Mason

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Todavía estaba asimilando que estaba viendo a la persona a la que tanto anhelaba ver. Me miró seriamente, hasta que dibujó una bella sonrisa de manera lenta en su rostro y me tiré sobre él. Tardó en reaccionar a mi abrazo, pero después me alzó y, recién cuando mis pies tocaron el piso, lo pude saludar.

- Hola, Mase. ¿Cuánto tiempo ha pasado?
- Hola hermanita - dijo besándome la mejilla.

Mi hermano se había ido a terminar la universidad en Nueva Jersey, donde conoció a una jovencita muy guapa llamada Caroline, que terminó siendo su novia, la razón de su tardanza del regreso a casa.

En este momento sólo pensaba en abrazarlo hasta dejarlo sin aire en los pulmones. Hace 5 años no lo veía. Estaba más alto y más guapo. Aunque la altura nunca se me dio bien a mí. Pero, en cambio, él siempre fue ese niño larguirucho de la clase, que se tiene que poner atrás de todos para no tapar a nadie en las fotos.

- Cuéntame. ¿Qué hay de nuevo?
- Salgamos a tomar algo a fuera y te cuento todo. Ya le avisé a papá.

Tomé mi abrigo y colgué la pequeña cartera en mi hombro.

En serio quería que me cuente todo, porque, vamos, es mi hermano mayor. Aquella persona que pegaba mocos en mis camisas favoritas, la misma persona que arrancaba la cabeza de mis muñecas para jugar al fútbol, que también agarraba mi diario íntimo y lo leía en voz alta por toda la casa.
Pero también era aquella persona que le pegaba a los chicos que se me acercaban (menos a Hunter), esa persona que pegaba chicle en el pelo de Quinn para que en vez de molestarme a mí, lo molestara a él, la misma que llevaba a su hermana pequeña a días de campo, ese hermano que estuvo para apoyarme en cada caída que tuve (desde una rodilla raspada, hasta dolores generados por mis sentimientos).

Caminamos por las silenciosas e iluminadas calles, dirigiéndonos hacia el bar conocido como Rose Grill.

Allí una mesera que conocíamos hace años, nos recibió y atendió.

- Vaya, Mason. Mírate, ya eres un hombre - dijo abrazándolo.
- ¿Y tú Melanie? Clary me dijo que tuviste una niña.

Como cualquier madre primeriza, sacó su billetera con veinte fotos de su pequeña hija, dispuesta a mostrarle todas y cada una de ellas a mi hermano. Así que esperé a que terminara de hablar y mostrar las imágenes, para retomar la atención en Mason.

Él pidió dos cervezas.

- ¿Sabes que mamá te asesinará si vuelvo a casa más ebria de lo que estoy?
- Claro que lo sé, pero simplemente que no se entere y listo - dijo sonriendo.

Se lo veía preocupado, y la única razón por la que tenía esa expresión en el rostro, era que quería contarme algo pero no sabía cómo hacerlo. Lo miré detalladamente. Me senté más erguida y me acomodé el cabello.

- Ya. Suéltalo.
- ¿De qué hablas?
- De que tienes ganas de hablar con tu hermana.

Me miró con cara de que no tenía nada que ocultarme y que era mentira, pero yo insistí:

- Dale, Mase. Te conozco, te pones así cuando no puedes ocultarme algo.

Rindiéndose, tomó un fuerte trago, que tragó lentamente volteándose hacia mí. Lo único que significaba ese gesto es que lo que quería decir iba en serio y era muy importante para él.

- Bien. - dijo sacando un pequeño paquete del bolsillo de su campera - ¿Qué opinas de que... Le voy a proponer matrimonio a Helena?

La noticia me impactó tanto que me quedé mirando un rato las puntas de mis zapatos. Cuando por fin pude mantener la mirada en alto, la clavé en los ojos de mi hermano.

No me malinterpreten. Me cae bien Helena, y creo que se quieren mucho ambos, pero de ahí a casarse. Claro que me sentiría feliz por Mase, pero es una decisión muy importante. Pero como dije, era mi turno de apoyarlo a él.

- Bien decidido. Así me gusta mi hermano. Igual  déjame decirte, es obvio que yo seré dama de honor, ¿no?- dije dándole una palmada en la espalda.
- Obvio, Clar. Pero, ¿Tú crees que aceptará? ¿No te pone de celos que pronto viviré en otra casa, que no será la misma que la tuya?
- Obvio que me pondré celosa, pero es lo que te hace feliz a ti. Y si a ti te hace feliz, a mí también. Y además estoy segura de que no aceptará, sino que se tirará encima tuyo gritando que quiere casarse contigo.

Mason no pudo ocultar una pequeña carcajada, lo que le llevó a preguntar:

- ¿Y dime tú hermanita? ¿Me tengo que poner celoso de Hunter?

Una sonrisa se dibujó en mi rostro, a la vez que mis mejillas se calentaban.

- Uuuh. Miren eso amigos, Clary se está sonrojando.

Le pegué un codazo en las costillas.

- Espera, ¿nos espiaste desde la casa? ¿Qué demonios viste?
- No vi nada. No vi nada si no cuentas el desesperado beso que te dio.

Lo fulminé con la mirada. Era bueno volver a verlo. Era bueno estar de vuelta con él. Era como una divertida broma que no tiene fin y nunca lo tendrá.

Saludamos a Melanie, que estaba hablando de biberones con Pitt (pobre hombre, aguantarse el día entero a Melanie puede ser un poco muy duro), y salimos de regreso a casa.

Ya no había tantas luces prendidas. Los negocios ya estaban cerrando, y cada vez circulaba menos gente por las veredas.

Me tomó de la mano, y ya me sentía protegida nuevamente. Mi hermano, dispuesto a matar a cualquiera que me hiciera daño, estaba de vuelta conmigo. Y como él me contó lo que tanto lo tenía preocupado, creo que yo tendría que decirle lo que me llevaba preocupada a mí. Por lo tanto, cuando llegamos a casa en puntas de pies para no hacer ruido, me acompañó hasta mi habitación y me dio un beso en la frente dispuesto a irse a dormir a la habitación de huéspedes. Hasta que lo tomé del brazo e hice que se siente a mi lado en la cama. Era mi turno de confesar:

- Mase, yo también temo a algo.
- Pues, ¿qué es?

Mordí mi labio inferior. Nervios. Tal vez celos. Amor. Hunter. Jace.

- Jace vendrá en tres días a visitarnos.
- Clary, - dijo con ironía en su rostro - ¿cómo pudiste meterte en un triángulo amoroso?
- Es que no me metí. Vendrá con su novia. - dije llevándome las manos a la frente.

En el momento en que terminé la frase, lágrimas se desprendieron de mis ojos, y una expresión de asombro y dolor tomó lugar en el rostro de mi hermano.

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Gracias a todos aquellos lectores que leen mi novela y apretan la estrella regalandome un like. En serio estoy muy agradecida por todas las personas que la leen y estoy muy contenta porque ya casi llego a 1k de vistos. Y todo gracias a ustedes.

Los quiero.

Besos,
Sofi.

Chica de PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora