Estaba yendo de camino por los pasillos cuando, al abrir mi casillero, cayó una nota de Hunter.
" Veme en el auditorio a las 15:30"
No pude evitar sonreír. Ya era raro audicionar para ser porrista, pero no alcanzaba con ese toque inusual. El chico más guapo de la escuela tenía que estar tratando de coquetear conmigo. No me malinterpreten, es dulce y tierno, pero ya es demasiado... ¿extraño?
Antes de irme a clase de biología, acomodé los libros que en ese momento no necesitaba en el casillero. Lo cerré lentamente al ver a Kim corriendo hacia mí.
- Clary, entraste - dijo agitada, flexionando las rodillas para poder tomar aire después de su corrida.
- ¿Qué?Me tomó del brazo y salió disparada hacia el quinto pasillo, lo que me llevó a seguirla hasta que se paró en frente del pizarrón y me hizo una seña para que me acerque a leer la lista. Empecé a marcar nombres con el dedo, tratando de no saltearme nada de las ancias. Finalmente, ahí estaba yo. La número cinco.
Me di vuelta con una sonrisa hacia Kim, y salté a abrazarla. Bailamos y festejamos juntas, hasta que nos percatamos de que todo el mundo nos veía como si fueramos una serie de televisión de "cumple tus sueños, o sigue intentando" o "America got talent"
Cuando ya nos calmamos, dimos la vuelta de regreso a nuestro camino. Ella pasó un brazo por alrededor de mi hombro y se acercó lo suficiente para que pueda escuchar:
- Te dije que lo harías.
Pude notar algo de felicidad en su voz, lo que me llevó a preguntar:
- ¿Acaso tomaste la medicación que te haz vuelto tan cariñosa?
- Pues sí si esa medicació se llama novio.Rodé los ojos mientras entrábamos en la clase del Sr. Fitzgerald. Quinn estaba sentada en una mesa, aguantando los coqueteos o intentos de coqueteos de parte de todo el curso.
Hunter estaba charlando con unos compañeros, hasta que me miró sonriendo y no pude controlar el rubor que comenzó a adoptar mi rostro. Hasta que el profesor rompió ese silencio, gritando que cada uno se siente en su lugar o tendría que suspender a alguien.
Estaba tratando de comprender lo que el profesor, que no modulaba, trataba de decir, hasta que un bollito de papel terminó dándome en la cabeza. Me di vuelta para ver quién había sido, cuando Hunter me observó y me dijo por lo bajo:
- Lo siento. No soy bueno lanzando.
- ¿En serio? Porque se supone que eres el mariscal de campo.
- Buen punto - dijo estirándose en su propia silla e inclinando la cabeza.Abrí el papel y encontré escrito más de diez veces la palabra felicitaciones.
Le escribí preguntándole porqué quería verme en el auditorio, y antes de poder lanzarselo, al darme vuelta el profesor me pescó.
- Clary Fray.
- ¿Sí? - dije volviendo la cabeza al frente con cara de temor y los ojos cerrados.
- A la oficina de la directora.Tomé mi bolso sin protestar, aunque mi cara decía otra cosa, y me retiré del salón, quedándome fuera de la dirección esperando a que la directora se desocupara.
Vi salir a Santana que me observó con una cara de odio. Se dio vuelta antes de que le preguntara qué le pasó, pero rápidamente pude ver una lágrima que se deslizaba sobre su mejilla. ¿Qué habrá pasado entre el romance con el profesor? Al parecer, no algo muy bueno.
Tomé aire y decidí entrar. Ella estaba con los anteojos puestos y sonriéndome de oreja a oreja.
- Hola Clary.
- Hola tía.
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Chica de Papel
JugendliteraturClary es una adolescente de 16 años que se siente excluida, fuera de lugar y que no pertenece a su escuela. ¿Recuerdan a la chica que siempre se encuentra al final del pasillo, es empujada por todos los deportistas? Esa era ella. Una completa chica...