Ya había pasado una semana desde que habíamos acordado con Fitz, lo que teníamos que hacer.
Era extraño escuchar hablar a mi profesor como si fuera uno más en mi grupo de amigos. Aunque tuviera solo un par de años más que nosotros, su cronolecto seguía siendo adolescente.
Iba caminando por los pasillos del colegio. Cada vez se me hacía más cotidiano, pero todavía no podía asimilar que todos se hagan a un lado para dejarme pasar. Antes habría imaginado que lo normal era que me pasen por encima, golpeándome con sus enormes bolsos en mi cara. Pero nunca habría dicho que sería animadora, lo que cambia todo.
Y entonces, unas frías manos se posaron sobre mis ojos. Me di vuelta rápidamente y me encontré con un rostro que hace mucho tiempo no veía.
- Kim - chillé mientras saltaba a abrazarla.
Ella rió y me rodeó con sus largos brazos. Me separé y la observé por un segundo. La conocía tan bien a esta chica, que podría decir que le pasa algo solo con analizar su mirada.
Me acomodé la mochila al hombro.
- Ya, suelta. ¿Qué pasó? - pregunté un poco más seria preparándome para la respuesta.
Ella hizo lo mismo. Suspiró.
- No funcionó lo mío con Wesley. Ya sabes, tuvimos una pelea y lo peor es que me pescó en un momento en el que yo estaba de mal humor - respondió guiñando un ojo.
Entendía perfectamente. Estaba con su periodo. Y vaya que tenía mal humor en esos días. Creo que alcanza con decir que una vez intentó ahogarme. Exacto, nuestras reuniones de amigas pueden no ser siempre de color rosa.
Yo era muy paranoica con ese tema. Hasta lo llevaba anotado en un calendario, ya que mi madre me dijo que era lo más organizado que podía hacer al respecto.
Pensé en mi último periodo... Había pasado demasiado tiempo, o tal vez solo sea mi instinto enfermo, que me dice que esté alerta todo el tiempo.
- Lo siento mucho - le dije poniendo una mano en su hombro - Por suerte no intentaste matarlo.
Ella río y negó con la cabeza.
- Voy a extrañar a ese grandulón idiota.
Fue mi turno de reír. Tomé su mano y nos dirigimos a las escaleras para llegar a francés. En el camino Kim me ofreció una barra de chocolate, pero la rechacé. Tenía que cuidarme si quería seguir entre las mejores animadoras.
- Entonces alguien ya no se viste de blanco - murmuró levantando sus cejas repetidas veces.
Me puse colorada y rodé los ojos.
- ¿Qué tan rápido se difunden las historias? - pregunté sin ganas.
Se acercó más a mí y me chocó con su hombro.
- Anda, soy tu mejor amiga. ¿Cómo crees que no lo sabría?
No pude evitar analizar su comentario. Ella se empeñaba en ponerse al día con mi vida, mientras que yo poco tiempo tenía para siquiera verla. Últimamente me he distanciado mucho, lo que no me hace feliz, ya que Kim es una de las pocas personas que me entienden y estuvieron para mí cuando lo necesité.
Estuve pensándolo bien, y decidí contarle el asunto de Fitz - tal vez para poner una excusa de mi ausencia de atención hacia ella - y su hija, y la locura que tenía planeada hacer, a la que nos incluiría.
- Dime una cosa, ¿el secuestro no es ilegal?
Formulé una respuesta convincente en mi cabeza, mientras pensaba en la mierda en que me había enrrollado.
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Chica de Papel
Teen FictionClary es una adolescente de 16 años que se siente excluida, fuera de lugar y que no pertenece a su escuela. ¿Recuerdan a la chica que siempre se encuentra al final del pasillo, es empujada por todos los deportistas? Esa era ella. Una completa chica...