Eleven

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Solo observaba a dos chicos tirados en el suelo, uno de ellos encima del otro.

El de arriba eras tú.

Lo habías separado de mí y no parabas de golpearlo.

Después me di cuenta de los otros dos chicos, que intentaban separarte de él.

Erika, luego, volvió a acaparar mi campo de vista y preguntó de nuevo.

— Oye, escúchame chica, por favor, ¿estás bien?

Y yo por fin asentí, dejando que mi llanto saliera con más fuerza y que el dolor en mi pecho y las enormes ganas de vomitar cesaran.

Un Último Recuerdo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora