Me despedí de tu madre. Me dio el abrazo más fuerte que pudo y me agradeció por ayudarlos y acompañarlos.
También se rió y me pidió disculpas antes de decirme su nombre: Giselle.
Sorprendida también reí, y también me presente. Tarde, pero no importó.
Al igual que ella me llamaba Giselle. Aunque la mayoría de las veces solo era Gissy.
Aunque para ti siempre fuí Giselle, así, completo.
Luego me tocó despedirme de ti.
Me abrazaste y me agradeciste por todo. Me envolviste en tu chaqueta, y a pesar de mis quejas, no me dejaste devolvertela.
— Hace frío — Respondiste a mis quejas.
Lo sentí poco importante pero igual me quedé con ella.
Sería una opción para volver a verte, ¿quizás?
Como si me hubieses escuchado, sonreíste de nuevo. Te acercaste y dejaste un beso en mi mejilla. Agradecí que el viento estuviera tan fresco como para tapar la verdadera razón de el repentino color y calor en mi rostro y cuello.
Me alejé y luego de observar a tu madre y tus ojos color océano, seguí mi camino.
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Un Último Recuerdo
Short StoryTodo fue tan rápido e intenso que algunas veces un lado de mi mente se preguntó si eso pasó en verdad. En cambio, el otro lado repitió con intensidad aquel dicho que un día alguien dijo sabiamente: Lo que rápido y fácil viene rápido y fá...