Me hiciste olvidar levemente lo que me pasaba, con tu constante parloteo, tu atención, y el par de veces que colocaste una de tus manos encima de las mías que descansaban a los lados de la taza que me habías pedido.
Hacías que una extraña explosión apareciera en mi estomago y mi pecho hormigueara. Creo que mis mejillas también sufrían las consecuencias.
Siempre junto a ti mi cara ardía.
Me pregunté esa vez dónde había quedado el chico callado y que me ignoraba esa noche que estuvimos en el apartamento con tus amigos.
Parecías otro.
Eras otro.
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Un Último Recuerdo
Short StoryTodo fue tan rápido e intenso que algunas veces un lado de mi mente se preguntó si eso pasó en verdad. En cambio, el otro lado repitió con intensidad aquel dicho que un día alguien dijo sabiamente: Lo que rápido y fácil viene rápido y fá...