Twenty three

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Pasaron un par de meses después de aquello.

Mi atención volvió a caer en lo importante y esa mirada azulina se fue quedando poco a poco en el olvido.

Era lo que más necesitaba en ese momento. Más cuando empezaba de nuevo a sentir el mundo caerme encima.

No, definitivamente no necesitaba un enamoramiento tonto en ese instante de mi vida.
O eso sentía yo.

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