No sé si fue casualidad, pero fuimos al lugar favorito de quién supe luego que era tu madre, y a la vez el que era el mío. Sin planearlo mucho, se los hice saber.
Ambos me sonrieron.
Habíamos llegado a la playa.
Tú llevabas a tu madre con cuidado en la silla de ruedas y yo ayudaba llevando algunas mantas y unas bolsas llenas de refrigerios.
Se sentía extraño estar contigo y tu madre allí, ¿sabías?
Se sentía una salida muy íntima para dos personas que a penas se conocían.
Pero no me arrepentí de observar como tratabas a tu madre. Con tanta dulzura y cariño. Te asegurabas de arroparla bien y de que si tuviese ganas así fuera de agua lo obtuviese.
Le dabas besos en la frente y hablaban de todo un poco.
Tu madre se veía tan cariñosa y linda. Y tú te veías igual a su lado. A pesar de que ella se notaba cansada, ambos soltaban una extraña chispa de alegría que hasta el más ciego y negativo notaría de lejos.
Me empecé a preguntar qué era lo que ella tendría.
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Un Último Recuerdo
NouvellesTodo fue tan rápido e intenso que algunas veces un lado de mi mente se preguntó si eso pasó en verdad. En cambio, el otro lado repitió con intensidad aquel dicho que un día alguien dijo sabiamente: Lo que rápido y fácil viene rápido y fá...