Secuestrada por mafiosos...

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(...)

Narra Stefan

Mientras iba manejando lagrimas caían por mis majillas. Yo no quería dejarla, pero era eso o algo peor. Antes de irme de la casa me aparque, el grito desgarrador fue lo que hizo que mi corazón poco destrozado se fuera a la mierda. Ya ella estaba rota por completo pero no pude hacer nada. Más gritos desgarradores se escucharon pero uno hizo que mi corazón se erizara.

-¡¡STEFAAAAAAAN!!-Ese grito me oprimió el pecho.-¡¡STEFAN!!-Se escucho otro grito y ahí decidí marcharme. Voy de camino al aeropuerto, me voy a Ohio para no tenerla cerca. Los minutos en el auto se me hacían mas largos hasta que el teléfono comenzó a sonar, extendí mi mano y lo tome. Conteste la llamada y la puse en alta voz.

-Stefan, se que me estas escuchando, no cuelgues. No te alejes de mi, yo en verdad te amo. No me puedes hacer esto.-Lagrimas cayeron cuando escuche su voz muy ronca.-Por favor, no me hagas esto.-Dijo esto muy pero muy ronca.

-Ya esta echo Tiffany, no puedo volver. Ya no te amo, nunca lo hice. Solo me acerque para hacerte daño, nunca te ame y nunca me interesaste.-Colgué.

Eso no era cierto, pero si no lo hacia ella sufriría todo lo que no sufrió mi hermano por robar en una mafia. Yo no la quería muerta, pero tampoco la quería rota. Entonces que puedo hacer, no puedo verla en una tumba, pero tampoco con el corazón roto. Estaba dispuesto a salvarla y no dejarla morir. Llegue al aeropuerto y me baje del auto. Baje las maletas y me dirigí a la puerta del avión. Le entregue mi pasaje a la mujer que atendía y me subí al avión. Coloque las maleta en la parte de arriba y me senté en mi lugar. Estaba dispuesto a pagar todo antes de que ella lo pague, estoy dispuesto a dar todo de mi a que ella lo de, estoy dispuesto a morir antes de que ella muera. Mi mente esta concentrada en ella. No puedo verla muerta, ya lo dije pero es que no supero haberla dejado ahí sufriendo. No puedo. El avión despego y desde lo mas lejos se vio la gran mansión donde antes yo vivía y ahora esta todo roto. Baje la cortina de la pequeña ventana y me acomode de una manera que me pude dormir rapido.

Narra Tiffany

Después de la llamada tire el teléfono por la ventana, alguien se quejo y mire.

-Lo siento...-Dije desde la ventana. El joven se volteo y asintió. Siguió con su camino y yo fui a la cocina. Desde muy lejos vi algunos cuchillos y algunas navajas que antes usaba. Me senté en el suelo y llore. No supero que me halla dejado, es tan difícil dejarlo, dejar que tome rumbo hacia no se donde y con otras personas. Tocaron el timbre de la casa y me pare del suelo. Limpie las lagrimas que caían, me acomode el cabello y lo que estaba fuera de lugar. Abrí la puerta y unos hombres estaban ahí parados.

-¿Eres la esposa del señor Stefan?-Asentí, mintiendo. Entre ellos se miraron y me tomaron. Patalee y grite pero era inútil. Nadie iba a escucharme, llore, me pusieron un paño en la nariz y de apoco quede dormida.

(...)

Una bofetada me desperto, abrí mis ojos de golpe y estaba en una silla con las manos y piernas atadas. Encima de mi cabeza había una lampara que alumbraba el típico circulo al rededor de la silla. Mire al frente, el mismo joven que le dio mi teléfono ese mismo joven estaba al frente mío.

-Ya era hora que despertaras, antes de que preguntes donde estas, te voy a explicar algo. Tu esposito tenía un hermano el cual le robo a mi mafía, busque por cielo y tierra a Stefan y cuando lo encontré estaba contigo. Lo amenace pero el muy cobarde decidió marcharse a otra ciudad dejándote sola y sin protección. Aquí estarás hasta que el pague el dinero que debe su hermano ya fallecido.-Lo mire y me carcajee.

-Déjame decirte que te mentí, el no es mi maldito esposo, el es mi ex prometido. Con mas razón al que deberías de tener aquí es a él. Ademas quiero ver a tu jefe, se supone que esto este bien planeado y por lo que veo no lo esta.-Me solté suavemente la cuerda de los pies.-Otra cosa odió cuando se creen malditos inteligentes y ni siquiera saben contar.-Me solté la soga de la mano derecha, luego la de la izquierda. Salté sobre el y le di de los puñetazos que descargo en los sacos cuando estoy enojada. Le di un puñetazo en la cien y callo al suelo inconciente. Busque las llaves y me dirigí a la puerta. La abrí, salí al pasillo y corrí. Es como un maldito laberinto, pase por algunos pasillos unos chicos me vieron y corrieron hasta donde yo estaba. Gire mis talones para correr pero ya era tarde. Me tomaron de los brazos y me llevaron a una habitación. Me tiraron ahí dentro, un gran ventanal estaba frente a mi, me acomode en el suelo, puse mi cabeza en mis piernas y me balancee. Las cortinas se movieron y eso creo que me pusiera mas nerviosa. Tome mi cabello fuertemente y grite con todas mis fuerzas. Me quede balanceandome, mientras lloraba y pegaba puños en el suelo. La puerta se abrió, un chico moreno me miro mal. Se acerco y tomo mi cabello. Me arrastro por el suelo y me tiro contra una pared. Me quede acostada, mi nariz sangraba, me cogió por los brazos y me hizo mirarlo.

-No te atrevas a golpear al jefe otra vez, mucho menos intentar escapar, no te servirá de nada.-Me apretó los brazos más fuerte y me estrello otra vez contra la pared. Salió de aquí y cerró la puerta. Me volví a arrinconar, prefiero la muerte antes que esto. Llore aun más, la sangre después de un tiempo se seco y los moretones en los brazos se reflejaron. Mi cabeza dolía, bueno literalmente todo mi cuerpo. La puerta se volvió a abrir y el mismo chico entro con otro hombre. Se me acercaron, me miraron mal y después intercambiaron miradas.

-Vamos muévete mujer, es por las buenas o por las malas.-Me dijo serió el hombre. Negué.

-No puedo moverme, este idiota me arrastro por el suelo y me golpeo.-El hombre le frunció el ceño al chico y luego me miro. El chico tomo mis brazos y me arrastro por todo el suelo. Me sentó en una silla y me amarro aun más fuerte. Me dolía aun más. Salieron, cerraron la puerta y yo solo me dispuse a dormir.

Boxeadora  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora