Desayuno para todos.

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(...)

Narra Tiffany

El ruido en la cocina hizo que me despertara. Me levante de la cama y estaba desnuda. Me puse la camisa de Stefan que estaba tirada en el suelo y mi braga. Baje las escaleras y lo vi cocinando. Camine hasta donde el estaba y lo abracé por la espalda.

-Buenos días mi princesa.-Dijo con la voz ronca.

-Buenos días. ¿Me hiciste desayuno?-Pregunte haciendo girar. El sonrió y asintió.

-Pero aun no vamos a comer por que invite a tu hermano y a Lia junto con el bebe.-Sonreí y lo bese. El me subió en la encimera y entro sus manos por la camiseta. Me toco las abdominales y los senos. Me sonrió picaron y yo lo bese. Puse mi mano en sus abdominales.-No comiences algo que no podremos terminar.-Dijo mirándome picaron. Le di un ultimo beso y me baje de la encimera.

-Me iré a bañar. Ayer la pase bien pero apesto. Así que nos vemos en algunos minutos.-Le dije y me fui caminando. Subí las escaleras y entre a la habitación. Me quite la ropa y me adentre a la ducha. Me enjabone y enjuague muy bien. Salí y me entre al armario para sacar un conjunto que me favorezca muy bien.

 Salí y me entre al armario para sacar un conjunto que me favorezca muy bien

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Baje las escaleras ya vestida y camine hasta la cocina.

-¿Como me veo amor?-Le pregunte y el se giro. Abrió sus ojos como platos y camino contoneando sus caderas exageradamente como una mujer.

-Te ves sexi, radiante y es, pec, ta, cu, lar.-Dijo en tono de mujerputa. Ademas movía su mano y su pierna exageradamente. Me carcajee y lo bese.

-Aveces pienso que eres bixesual.- Subió sus cejas y me beso.

-Claro que no lo soy.-Dijo con voz exageradamente de hombre.-Yo soy un hombre hecho y derecho.-Sonrió y se giro. Le di una palmada en la nalga y chillo. Se carcajeo y siguió con el desayuno. Me gire y en ese preciso momento sonó el timbre. Camine lento hasta llegar a la puerta y la abrí. Mi hermano Caleb y mi hermano David con sus respectivas mujeres y niños estaban delante de mi. Los chicos me miraron con los ojos como platos.

-¿Estoy tan bonita que no dicen ni un buenos dias?-Pregunte burlona. Ellos carraspearon y se pusieron serios.

-Buenos días hermanita.-Dijeron los chicos al unisono.

-Bueno entren si no se quedaran sin desayuno.-La niña de David vino corriendo.

-¡¡Tia Tiffany!!-Sonreí y la cogí en brazos.

-Mi pequeña rubia estas muy grande.-Dije y le di un beso en la mejilla.-Vamos a comer.-Ella levanto sus bracitos y sonrio. La lleve hasta la cocina y la dente en una silla. La esposa de David tenía una pancita crecida y yo me emocione. Ella me miro y camino hasta donde yo estaba para abrazarme.

-¿Como estas Tiffany? Hace mucho tiempo que no te veía.-Dijo con una sonrisa.

-Tuve unos problemas y me tuve que mudar pero aquí estoy. ¡Oh por Dios! ¡¡Tendrás otro bebe!!-Grite emocionada y ella sonrió aun mas.

-¡¡Si!!-Chillo y nos sentamos en la mesa para conversar. Stefan, David y Caleb hablaban animados mientras nosotras tres hablábamos de otras cosas. Me levante y fui a buscar el desayuno. Lo traje todo hasta la mesa y me senté para poder pasarle los platos a los demás y que se sirvan la comida. La pequeña estaba emocionada y con la boca llena de un poco de nutella. Los chicos reían escandalosamente. Los mire ceñuda y di un puño en la mesa. Todo se quedo en silencio y los chicos me miraban.

-¿Pueden bajar la voz chicos? No puedo escuchar a las chicas.-Ellos asintieron y comenzaron a susurrar. Mire hacia donde estaban las chicas pero no estaban en ningún lugar, voltee hacia los chicos y no estaban. Solo estaba yo y la pequeña rubía.-Genial.-Me levante decidida a buscarlos pero ahí mismo la pequeña tomo mi mano.

-Quiero ir a jugar con la nieve.-Dijo con su voz chillonsita. Me agache y sonreí.

-Bien entonces déjame cambiarme.-Me fui a levantar pero ella me halo.

-Es que si no voy ahora me quedare dormida.-Dijo bajando la cabeza. La tome de la manita y camine hasta la entrada. Abrí la puerta y salí junto a ella para poder jugar con la nieve. Empezamos a tirarnos bolitas de nieve, a hacer angelitos a reír como focas y a restregarnos por toda la nieve. Me senté junto a ella en la nieve y comencé a contarle un cuento.

-Había una vez una pequeña niña rubía. Esa pequeña jugaba en la nieve cada vez que venía a la casa de la tía. Sus padres siempre la consentían y le enseñaban a ser feliz. Un día su tía comenzó a jugar con ella hasta que la pequeña se quedo dormida.-Vi como sus ojitos se cerraban de apoco y abostezaba. Me levante con ella en los brazos y camine hasta la puerta de entrada. La abrí, muchos globos, rosas y velas estaban por todos los lugares. Camine con la pequeña rubia hasta la sala y la acomode en el sillón. La cubrí con unas pequeñas sabanas que habían y camine hasta mi habitación. Dentro estaban todos. Sonreí cuando todos estaban durmiendo. Cerré la puerta y me acomode en las escaleras a pensar. No se en que momento mi vida cambio radicalmente pero así paso. Tengo a un prometido, dos sobrinas y una que viene en camino. Tengo dos culadas, una mejor amiga y una casa grandisima. Lo que no concuerda con mi vida es el boxeo. Intentare regresar de nuevo al gimnasio y comenzare una nueva rutina como antes.

Boxeadora  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora