El Sol golpeaba su rostro, acción que invitaba a sus párpados a cerrarse. Era ya el atardecer y la esfera de fuego se resistía a ocultarse. Como le gustaba el teñido del cielo en esos momentos.
Miro el suelo, una pequeña araña caminaba. Recordó cuando horas antes, él le dijo que poseía mini manitas. Un camión que pasó, produjo con su techo que las ramas del árbol impactaran haciendo ruido, la trajeron de vuelta a la realidad. Colocó su cabeza contra el muro y observo unos pájaros que volaban.
¿Cómo sería ese sentimiento y tal satisfacción de ser libre e ir a dónde quisieras?
La llamaban desde abajo. Natural en ella pregunto para que y también natural, no respondió nadie. Se levantó del suelo de la terraza de su casa –apoyada contra la pared como se encontraba- bajo las escaleras, sin abrir la valla que tenía, la pasó por arriba, rodeándola con sus pies.
No había nadie en la cocina, pero vio la puerta de la calle entreabierta. Encontró a su hermana mayor, junto a su pareja e hijo en su auto rumbo a su hogar. Su papá estaba en el escalón que poseía esa puerta, por los cimientos de la casa.
Se acercó y saludo con un gesto de mano, este la cerró, cuando el carro se encontraba a media cuadra de distancia. Volvió a su trabajo y ella a la terraza.
Ya sentada donde antes, miro nuevamente el Sol, esta vez fijamente, la media pared que había ya lo tapaba. Lo observó, pese que de niña le habían dicho que no lo haga, que le hacía mal a su vista. Este se hacía más intenso y era la atracción de sus ojos cafés, que ya se encontraban a punto de largar lágrimas. Su nariz hacia cosquillas y el cielo se pintó de anaranjado. Estornudó. Acción seguida, sus lágrimas cayeron por sus mejillas, recorriéndolas delicadamente.
¿Acaso sólo por el efecto del Sol lloraba? ¿Oh había algo más? Y aprovecho ese momento.
Cerró los ojos fuertemente y el dibujo del Sol quedó imaginario, notándose en sus párpados cerrados. Los abrió cuando sus lágrimas se habían escabullido mágicamente, pero su campo visual estaba más oscuro.
Miro una antena que proporcionaba luz a estas cuadras, giro y centro en una pequeña "selva" que era nada más que unos seis o cuatro árboles de lejos, que hacían darle esa ilusión. Incluso quizá, ni en el mismo sitio estaban plantados. Otro árbol más cercano y apartado de eso, con sus ramas desnudas por el invierno que aún acechaba y no dejaba florecer nada.
"Sólo un alma entusiasta vive dando felicidad en una estación así, sin color y vida" pensó.
Imagino que pasaría si estaba allí mismo acompañada ¿Se hubiera fijado tanto en esas cosas? Probablemente sí, luego de chequear cada objeto, por más mínimo que fuera, su mirada se centraría en la suya.
Le hubiera gustado que se encontrara abrazándola, con sólo eso, todo estaría perfecto.
Él tenía problemas y ella ahí. Lejos. Sin poder mirarle y brindarle un "todo estará bien" consolarle con un beso y escuchar lo que sentía. Le encantaba cuando se abría con ella, la hacía sentir especial.
En el suelo, musgos se abrían camino y brotaban aunque hubiese cemento. "La naturaleza vive" lo que decía su hermana en estas situaciones.
Miró una luz de calle ya encendida, era hora de volver adentro.
Se levantó, sacudió sus ropas, en especial su jean y bajo. Pensó si su madre le diría algo que no le importaría a ella. El jean era claro y el suelo de la azotea estaba sucio.
Cuando Elala se durmió, simplemente durmió.
Como toda persona normal, cerrar los ojos y despertarlos al otro día, en el mismo lugar, no había sucedido nada. No se había ido a otra esfera, nada.
Se sentía confundida ¿Por qué no se había transportado? ¿Qué había ocurrido con ese lugar extraño? ¿Oh acaso ya no era más una rebelde y no se acordaba de nada?
Esa tarde fue algo inusual. Recordó un día de verano, un verano pasado.
En el que se entretenía buscando insectos o plantas que observar en su microscopio. También recordó esos días en que su papá quería conseguirle un telescopio, pero se apareció con esto y Ela estuvo más que feliz cuando le dijo que era de ella. Como siempre, su madre pensaba en el futuro y le decía que se dedique a ser científica o cosas por el estilo. Pero la realidad es que, Ela no se quería dedicar específicamente a eso.
Esa tarde se encontraba en el patio y ve que todos señalaban un cascarudo, ya muerto. Se le ocurrió la idea de analizarlo en su microscopio. Fue hasta la sala, se subió a una silla y la arrimo al mueble donde se encontraba. En realidad llegaba a tomarlo, pero encima de la caja había otras cosas y no quería que se callera nada. Cuando las saco, se bajó y tomo la caja.
Hizo lugar "a su manera" en la mesa y la depositó. Abrió la tapa y saco otra tapa más pequeña, en la que poseía las instrucciones en un pequeñito libro. La primera vez que lo vio, como es de ella, lo leyó, pero estaba en inglés y no podía comprender nada. Hay que admitir que en ese sentido, era rara, hasta leía los ingredientes que tenía un remedio o un zumo de sobre. Cuando saco esta, se encontró con un cuadrado en su alrededor de telgopor con divisiones de su respectiva forma de cada herramienta. Retiró el microscopio y lo coloco en un lado, le puso el ocular y tomo una pinza. Con esta, se dirigió al patio y tomo al escarabajo. Lo dejo en una lámina de vidrio y aferrada a las pletinas.
Su parte favorita era esta, en la que jugaba con desenfocar o enfocar la imagen, que parte quería ver. Simplemente era algo asombroso para ella. Luego de un rato, lo retiro y esta vez, con la misma pinza y pequeña espátula, le saco el caparazón, dejando expuesto sus órganos. De un color amarillo claro. Su hermana la miraba mientras la otra le decía asquerosa. Luego de "destriparlo" como lo llamaron a eso, lo volvió a observar.
Algo le llamo la atención no solo a ella, a todos los presentes. Se encontraba observándolo cuando puede ver y jurar que estaba respirando, aunque le había retirado la cabeza del cuerpo, este seguía respirado. Era una pequeña línea que se abría y cerraba. Su papa le dio una linterna para ver mejor y su asombro aumento.
Ahora veia mucho mejor la situación. Lo amarillo se hiso mucho más claro y podía observar, dentro de esa membrana, unas pequeñas líneas que se movían. La respiración ahora estaba definida, seguía su cuerpo viviendo ¿Acaso sus órganos siguen viviendo mientras ya están muertos? Se preguntó ¿Y en los humanos pasa lo mismo?
Observó cada parte y también pudo ver como en una, unos líquidos se movían ¿Es que era la digestión? Entonces recopilo "El sistema respiratorio, el digestivo y el urinal siguen funcionando" Se quedó asombrada antes su teoría y sus imágenes vistas y guardo todo satisfecha. Antes limpio las herramientas usadas con alcohol y las guardo.
Cuando estuvo momentos antes con su ordenador, busco en internet sobre si los humanos tenían esas cualidades, de que algún órgano funcione luego de la muerte. Lo que descubro fue que: Luego de la muerte, tenemos actividad cerebral, regeneración de piel, podemos hasta incluso orinar o expulsar sustancias, como en el insecto, hay digestión y movimiento celular.
Luego de lo descubierto se quedó intrigada y en modo pensativa por un momento. Cerró los ojos y sin darse cuenta, se durmió.
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No real
Science FictionEla comienza a sentir sucesos extraños. Todos los días ella cae desmayada en un profundo sueño exactamente a la una, nunca logra dormir como cualquier otra persona, porque ella viaja a otra dimención denominada "vida dos".