Capítulo 33: La intriga

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El aire era denso, quizá por la situación tensa en la que se encontraban.

Los bordes del espiral visibles giraban lentamente, estos hacían el ambiente algo más oscuro y les hacía acordar a todos que de allí podría salir algo en cualquier momento. Ian no paraba de caminar por toda la zona, muchas veces paraba y se quedaba de frente, atrás de la reja abierta (Utilizada por Park como respaldo) mientras dejaba unos segundos su mano en aquel cabello despeinado, particular de él. Su pie derecho mecía dando pequeñas pisadas, sus ojos se perdían mirando y se mordía el labio constantemente.

Por su parte, Cora no paraba de hacer sonar sus dedos de una forma precipitada, para luego parar repentinamente y elevar su dedo índice mostrando atención en los sonidos que había en la celda. Era algo automático, cada 30 segundos –aproximadamente- cambiaba y, al oír tan solo los pasos de su compañero se mostraba alarmada. Pero no era la única que se veia atenta. Park, que se encontraba como ya dijimos en la reja, tirado en el suelo con una de sus piernas, doblada y su codo apoyada en esta, tiraba como piedras a un lago papeles que tenía en su chaqueta. Casi todas llegaban a la barrera casera, que habían fabricado con esa escases de tiempo y el terror en sus ojos. Los ojos y rostros inclusive de todos se veían de repente demacrados, habían ganado ojeras e incluso Tyler mantenía las cejas levantadas, esperando paciente pero con certeza que de ahí vendría la persona que le mataría. Él no aparto la vista ni un solo momento del portal, con sus dedos hacia una especie de secuencia. Los golpeaba como el tronar que generan los caballos en su pantalón. Todos parecían haberse olvidado de incluso pestañar, habrían roto un record. Es algo irónico, cuando uno no piensa en algo quizá lo está haciendo, pero cuando nos dicen ¡No pestañees! Lo hacemos al instante, como si fuera imposible.

Scarlett estaba en una de las paredes, mirando un cuchillo que le había dado Ian momentos antes. "Lo necesitaran" eso que le había dicho no se lo podía sacar se su mente ¿Acaso ya había llegado la hora de salvarnos el pellejo? Cami en otros momentos le habría dicho a Dina que no le agarrase el brazo tan fuerte, como lo hacía ahora, pero estaba en otro mundo como cada persona de allí presente. No importaba lo que estaba pasando si no el "Que pasara". Mientras ella le tomaba el brazo fuertemente, Kang lo único que hacía era observarla, mientras tragaba saliva. Era a cada segundo, como si fuera una fábrica lo que había en su boca, pero parecía no tener ni una sola gota de agua, como si a cada tragada pasara su sabor áspero que sufría a todo su organismo.

-Cora, chicos en sí. Pasó algo antes y no tuve tiempo de decirlo- Los ojos de Ian se habían plantado en el suelo y llevaba la cabeza gacha, como si fuese un niño pequeño que acababa de cometer una travesura y fue descubierto por su madre.

-¿Qué sucede Ian?- Cora lo miraba y tuvo que aclararse la garganta para decir esto, su amigo se veia realmente preocupado y aterrorizado - ¿Qué debes decirnos?

-Momentos atrás, estaba yo con Owen y... oímos un ruido desde arriba. Estábamos justo hablando de mentita, lo raro es que él dijo que este no era nada y paso todo... Nos armamos de valor y subimos, vimos un Efip caído. Parecía descompuesto ¡No lo sé! Lo triamos aquí, está en mi celda.

-¿Qué hicieron que?- Park se había levantado, estaba muy furioso y cuando sucedía esto hablaba entre dientes.

-¡No funciona hombre!

-¿Y si está poniendo ahora algo para hacer volar toda la zona?- Vale dejo de mirar su arma.

-¿Si está utilizando el portal como distracción?- Dijo Dina desajustando la fuerza que ejercía en el brazo de su compañera.

"Y si..."

Se había generado un revuelo en la celda, algunos decían suposiciones, otros que Ian y Owen le pusieron en peligro, otros que no deberían dejar de mirar los pasillos, etc. Cora en estos casos siempre dejaba hablar y cuando notaba que no paraban, ahí actuaba. -¡Cállense! No están sirviendo para una mierda. Solo ¡Hablan y hablan maldita sea! –Golpeo la pared, le había dolido pero su estado de sangre hirviendo no se percataba, o quizá lo hacía pero no debía perder la cordura, estaba alineando el auto en la carretera -¡Aquí nadie puso en riesgo a nadie! No están prestando atención en lo que dijo Ian. De hecho esa será el arma más útil que tendremos para poder derrotar a mentita ¡Minimizarlo! ¡Hacerlo nada! Ya con tan solo nombrar a ese cabrón es algo ¿Ustedes se dan cuenta que nunca vimos su aspecto? Ni sabemos realmente que es, porque – Se rio, esa risa irónica –Para mí no es nada ese maldito.

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