Ela despertó en una sala que parecía pertenecer a una cárcel.
Sólo había una cama, un suelo sucio, un techo desmoronándose poco a poco y unas paredes recubiertas de cerámicos azul oscuro. Una sensación de deja bu, podía jurar que antes había estado en ese lugar, pero realmente no lo recordaba. Una puerta negra parecía observarle, era lo primero que había visto al despertar en aquella cama de colchón duro, rompe cuellos. La puerta tenía una pequeña abertura, Ela se levantó y observo a través de esta.
Había un pasillo, no podía realmente ver el final ni el comienzo. Otras puertas se veían, como si fuesen celdas y unas luces de techo iluminaban absolutamente todo, podías divisar la mínima mancha en los cerámicos grises de la pared y en el suelo negro. La puerta que había enfrente era la número 23, se quede observando el número, justo ese número tenía que ser. Una persona pasó, ella pudo agacharse antes de que la viera. Este se asomó a la abertura de la puerta 23 y se quedó observando el interior ¿Habría alguien más en esa celda y en todas las otras?
El joven tenía una remera naranja con unas líneas blancas al finalizar las mangas, un jean clásico y unas zapatillas blancas. Todo muy normal, sacando que tenía un cinturón en el que se veia un arma, unos cuchillos y un aparato extraño, Ela jamás lo había visto.
Este casi tira el sándwich que tenía en una de sus manos. Ela sólo podía ver su pelo castaño corto de atrás, era alto y algo musculoso. El sándwich cayó al piso, pero no pareció darse cuenta.
-¡D...Despertó! ¡Cora uno ya despertó!- Se estaba por lanzar a correr hacia la izquierda, luego vio su comida tirada -¡Ian prepárame otro sándwich! Una voz a lo lejos, grave, sonó -¡¿Pero qué crees que soy eh, tu sirviente?! ¡Mueve tú mismo tus nalgas! ¡Que aquí también se está despertando más gente!
El chico se fue corriendo sacando palabras que se formaron en lejanías cada vez que se alejaba más. Desde la otra puerta se escuchaba una voz que Ela perfectamente sabia distinguir. Volvió a subir y observo a través de los barrotes, esa voz venia de la puerta 23.
-¡Psttt Owen! ¡Heyy! ¿Me escuchas?
Este se acercó a través de los barrotes de la puerta 23. Tenía un ojo morado, pero su perfecta sonrisa seguía intacta. -¿Dónde estamos? ¿Qué pasó?
-No lo sé, ¿Te creerías si digo que tienes la puerta 23?
-¿23? ¿De verdad? –Ella asintió –Wow que locura, yo no sé exactamente que paso, fue todo muy raro sabes.
-Ni me lo digas a mí, fue horrible, parecían pesadillas, dios que espanto ¿Dónde estará Efip?
-Ni la más puta idea, tú estabas despierta, yo apenas lo hago.
-Querido, mira esto ¿Crees que tengo una mínima ideíta de lo que pasa?
-Cariño, me gusta tu voz pero no sé si te diste cuenta ¡Que estamos en jodidas cárceles y estas gritando!
-Mira quien habla, es mi tono normal, lo siento susurro, hablo más bajo- Empezó a bajar el tono de voz –Tengo una idea, sólo debemos idear un plan ¿Estás conmigo?
-No veo otra opción, pero tu cara da miedo.
-Sera divertido.
Al cabo de unos minutos, el joven de la remera naranja se acercó a la celda donde estaba Owen, ahora con una chica que parecía ser la líder de todo esto. Llevaba el cabello atado con una cola, era algo menos alta que él, pero su contextura parecía fuerte, llevaba unos pantalones negros un poco más altos que por sobre los tobillos y una remera corta con líneas blancas y marrones. Eso era solo el campo que podía ver Ela desde la otra celda, es decir de espaldas. La diferencia es que ella llevaba, además de ese cinturón como el joven, un palo como de escoba pero con un pequeño cuadrado en su punta, este era como una cajita abierta, en esa cara pendían dos cables que unían cada extremo. Ela supuso que sería algo para dar electricidad, pero ¿Eran buenos o malos? ¿Estarían con "La Mente"?
Como habían planeado, Owen se había hecho el dormido, por lo que cuando la chica observo esto, le echo una mirada de furia a su compañero fatal. -¿Acaso ves que estoy para bromas carajo? Dime naranjita ¿Tú ves que este despierto?- Alzo las cejas.
-Yo bueno... no, ahora no, pero juro que estaba despierto cuando yo le deje.
-No me importan los juramentos, si no las promesas, la maldita "mentita" está apoderándose de todos los cubos y si no recolectamos a los rebeldes, nos iremos a la...- Él no la dejo finalizar –Ya sé, ya sé, me quedare a vigilar y cuando realmente se despierte, te llamo.
-Muy bien, debo seguir, ya llegaron los Excusados y dicen que la situación está cada vez peor- Se dirigió hacia donde habían llegado, hasta ahora estaba todo como lo planeaban.
El chico se quedó mirando la celda a través de los barrotes, en ese momento Owen se levantó. En cuanto iba a gritar, Ela –que observaba todo a través de su celda, cerró los ojos- Cuando los abrió, apareció detrás de este y le tapó la boca.
-Ahora Owen ¡Ahora!- Este asintió y fue hasta donde ella utilizando el mismo método, lo tomo de las manos, obstruyéndole cualquier acción alguna. –Muy bien, muy bien. Realmente estoy impresionada Owen de nuestro poder de idealizar planes, esto fue muy fácil.
-Te sacare la mano de tu asquerosa boca, pero en la que hables, juro que ella te dará una linda patada en las bolas- Este asintió, Owen lo dio vuelta para ver su rostro. Tenía el cabello castaño corto, sacando un mechón que le caía por su ojo derecho. Ojos miel que mostraban lo aturdido y confundido de la situación, era de una test blanca, pero sus cara estaba completamente roja en ese momento.
-¿Cómo es posible?- Dijo mirándoles.
-Shhh no digas nada, veamos.- Ela empezó a sacar las cosas de su cinturón –Cuchillos, muy afilados, pero ¿Qué es esta cosa?- Tomo el aparato que no había podido identificar antes.
-Parece lo que usan en "Hombres de negro" para borrar la memoria- Dijo Owen enarcando sus cejas, Ela se rio por el comentario. – ¿Qué es?
-Les contare todo, nosotros somos los buenos aquí, pero antes debo decirles a Cora que están despiertos, ella es la líder.
-¿Parece sincero Capitana?
-Yo creo que si Capitán-
-¿Confiamos en este extraño Ela?
-Yo creo que no nos hará nada Owen- El joven ahora estaba 100% confundido. -Somos el dúo dinámico- Comenzó a decir Ela.
-Yo la papa, ella el kétchup- Agregó Owen.
-Esperen ¿No se suponía que ella sería la papa y tú el kétchup?
-Tiene razón, yo siempre le dije que era así, pero él se niega rotundamente a dejarme ser la papa a mí, es así, concuerdo contigo... ¿Cómo te llamas?
-Tyler, ustedes son...
-Ela ser yo, extraño Owen llamarse hacer- Dijo imitando a yoda.
-Bien, puedo mostrarles lo que es este asombroso lugar si me sueltan, somos sus aliados en esta batalla contra mentita.
-¿Quién es mentita?- Dijo Owen –Parece las mentitas, los dulces – Agregó ella.
-Habrán escuchado ya de "La Mente", pues le apodamos mentita porque para nosotros no es ningún dios ni nada por el estilo, si no, un cobarde que desde su despacho desencadena toda esta mierda.
-Sí, escuchamos de el por Efip- Menciono Owen.
-Esperen ¿Conocían a ese Efip? Entonces decía la verdad.
-¿De qué hablas?- Dijo ella.
-En el portal, sacamos a ustedes tres, entre otros más luego, uno de ellos era un Efip, ahora mismo está en el calabozo y estamos teniendo problemas en qué hacer con él, pero si no le hablo a Cora, seguramente lo liquiden.
-Entonces, tenemos que ir con Cora- Owen lesoltó y él agradeció con un gesto – En marcha, síganme- Empezó a correr haciala izquierda gritando el nombre de Cora.
ESTÁS LEYENDO
No real
FantascienzaEla comienza a sentir sucesos extraños. Todos los días ella cae desmayada en un profundo sueño exactamente a la una, nunca logra dormir como cualquier otra persona, porque ella viaja a otra dimención denominada "vida dos".