Pareja de sangre

2K 223 9
                                    


[____]

Después de que me dijo aquello, sobre JungWon, me quede callada, no sabía si era bueno decirle que aquel pelinegro era su abuelo de hace unos siglos, pero su actitud negativa con solo hablar de él, me dijo que era mejor callar. No deseaba que se molestara, por ahora él era inestable y podría haber muchas consecuencias.

Pase el resto de la noche en un rincón del cuarto hecha un ovillo, escuchando la respiración de JungKook, que a pesar de mi insistencia, se había quedado dormido sentado en el suelo y no había regresado a mi habitación. Tonto.

Cerca del amanecer, escuche los pasos de NamJoon y un pequeño bufido. El menor lo había desobedecido tal y como pensé, pero no dijo más, lo levanto en brazos y lo dejo en mi habitación, para después regresar a la suya y verme con un gesto de tristeza desde la puerta. No le devolví la mirada, escondí mi rostro y el entendió que no quería hablar de nada ni hacer nada, se sentó en su cama y me miro hasta que fueron más o menos las diez y decidió ir a ver a JiMin, sin antes despedirse de mi con un largo beso en la frente y decirme:

-Yo siempre estaré contigo.

Sus palabras esta vez no surgieron el efecto de siempre, pero asumí que era debido a mi repentina depresión y que más tarde lo harían, ayudándome a ser la misma de siempre.

Se marchó casi sin hacer ruido, solo el sonido del motor de su auto aviso de su partida y este con los segundos, se perdió con la distancia. Y eso solo significaba una cosa.

Estoy sola con JungKook.

XX

Me debatí cerca de veinte minutos entre el ir a verlo y el quedarme donde estaba, pero mi curiosidad siempre es más grande que nada, así que decido ir a verlo. Mis pasos son lo suficientemente silenciosos para ser una asesina a sangre fría, pero ese nunca fue mi oficio, a pesar de lo que soy, y la Primera y Segunda Guerra Mundial no cuentan, tampoco la invasión japonesa, ni siquiera la Guerra Fría.

La puerta de mi habitación está abierta, así que apoyándome en el marco con ambas manos, asomo lentamente mi cabeza, viendo como JungKook, duerme casi desparramado sobre la cama. Doy unos cuantos pasos más hasta que ya estoy dentro de la habitación, pero no tan cerca de él para despertarlo.

-¿Ya lo sabrá?- Me pregunto en un murmullo mientras lo observo.

¿Sabrá en lo que se ha convertido pero lo ignora, o es demasiado para procesar que necesita que se lo explique? Hago un leve puchero, indecisa, queriendo saber qué es lo que piensa este lindo pelinegro con cara de conejito saltarín.

No sé con exactitud, cuanto tiempo paso observándolo, solo sé que es suficiente cuando me siento fastidiada. Me he convertido en una acosadora y eso no es bueno. Con una última mirada, me doy la vuelta, pensando en si debo prepararle algún tipo de desayuno, pero mi pregunta se contesta sola cuando apenas he dado un solo paso.

JungKook me ha engañado lo suficiente como para creer que estaba dormido y "atacarme por la espalda". De inmediato sus colmillos se clavan en el lado derecho de mi cuello y me obliga a pegarme todo lo posible a él, rodeando mi cintura con un brazo y con la otra sosteniendo mi mentón.

-Ah... JungKook es-espera...

Su ya típico gruñido molesto me calla lo suficiente como para que se acueste sobre mi espalda cuando me posiciona en la cama, boca abajo. Puedo sentir cada uno de los músculos de su pecho, la manera pesada en que respira y como su olor se impregna en cada poro de mi piel de una forma delicada, pero agresiva a la vez.

Me muerdo el labio inferior, tratando de no soltar ningún gemido, ya que me resulta bastante vergonzoso. ¿Qué si Nam estuviera aquí? ¿Nos echaría agua fría por ser dos adolescentes precoces o entendería lo que siento en esta situación? Sinceramente no quiero saberlo y menos cuando algo duro comienza a chocar contra mi trasero.

CenturiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora