Rencores

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[Jin]

Habían pasado los suficientes días desde aquel incidente y no fueron necesarios más de cinco segundos para darme cuenta de mi error. Uno que apenas tenía el valor de enfrentar.

¿Siempre seré el causante de que todo lo que quiero, desaparezca?

La sensación de nerviosismo comienza a embargarme y se siente extraño, juraría que fue hace más de un siglo que no tengo esta sensación. Es como si hubiera rejuvenecido.

Me miro al espejo y acomodo mi cabello al igual que mi sudadera. ¿Estará bien?

Me veo fruncir el ceño con angustia y eso solo provoca que un nudo extraño se forme en mi estómago. Me dirijo una última mirada y tomo las llaves de mi carro y mi celular. Mientras bajo las escaleras, puedo casi invocar la imagen de nosotros peleando, una en donde me reconozco a la perfección, pero que se, ella desconoce... o al menos lo hacía.

Cierro la puerta tras de mí y en el horizonte puedo ver perfectamente el sol esconderse. Una escena que me trae tantos recuerdos que por momentos me siento abrumado. Paso de largo por mi auto y decido caminar, siguiendo el viejo rastro de aroma que ella dejo y que ni siquiera la tenue lluvia de hace un par de días pudo borrar.

Quizá... solo sea yo quien no puede borrarla.

Meto ambas manos en mis bolsillos y parece que pienso cada paso que doy, porque el paisaje a mi lado desaparece con extrema lentitud.

-Buenas noches, Jin- Me saluda una anciana que vive al final de la calle.

-Buenas noches, señora Cho- Finjo una sonrisa radiante y continuo caminando, borrando casi de inmediato aquel gesto de mis labios.

Si supiera...

Aun no me he planteado que decir en cuanto llegue. Un "Hola, ¿Cómo te encuentras?" no formula de ninguna manera en mis planes, sería demasiado hipócrita de mi parte hacer eso. Tampoco pienso pedirle una disculpa. En definitiva no.

No soy de las personas que suelen disculparse y lamentablemente ella nunca fue mi excepción. ¿Lo intente? Claro. Con una chica tan perfecta como ninguna, con una mirada sincera, y un corazón tan grande como su belleza... me es imposible analizar el por qué nunca logre hacer algo bueno por ella.

Nunca la merecí.

Las pocas veces que suelo dormir, ella ocupa casi todo mi sueño, juega no solo con mi mente, también con mis sentimientos, y es que, a más de un siglo de nuestra ruptura, es como si yo aún esperara que ella regrese como en otras veces. Suena más que ridículo, teniendo en cuenta quien soy yo, pero cuando la miro a los ojos... puedo verme reflejado en ellos, sin sombras ni miedos, sin temor ni rencores.

Solo yo.

Levanto la mirada que sin pensarlo, ha permanecido baja y a unos metros de mí, puedo ver el carro de NamJoon, parado en la acera y con solo dos figuras dentro. Giro el rostro cuando veo lo que hacen y disminuyo, aun mas, mi avance, dándoles tiempo para disipar esa atmosfera melosa y diabética.

Unos cuantos pasos más y ya tengo su mirada marrón sobre la mía. Ni siquiera veo miedo o molestia en ellos, me miran como siempre lo han hecho. Con sinceridad y como si fuese único.

Lamentable...

JungKook y yo conectamos miradas un segundo después y no puedo decir lo mismo de él, que de inmediato se torna agresivo y comienza a maldecirme desde su asiento, porque ____ lo ha encerrado en el auto.

Me detengo cuando ella lo hace, con apenas unos treinta centímetros separándonos.

-Hola, ____...

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