Falso

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[Yugyeom]

Mi primer recuerdo de la niñez es algo sencillo, casi ya olvidado, pero lleno de significado, propio de un niño de tres años que ve a su padre como el mayor héroe de todos. Quizás haya cosas que no sean del todo reales ahora que lo pienso, porque no puedo lograr entender cómo es que el hombre que alguna vez me cargó sobre sus hombros, sea un monstruo de negro corazón.

-Finaliza tu tarea y regresa, necesito otros favores.

Suspiró mientras guardo el teléfono en el bolsillo de mi chaqueta, ya ni siquiera tocado por su falta de despedida al terminar la llamada.

Mamá odiaría conocer tu nuevo yo.

Espero con paciencia a que mi maleta salga de la zona de equipaje y muevo mis dedos al ritmo de una canción que se reproduce en algún local del aeropuerto. El ambiente es tranquilo y hay muy poca gente para ser ya época de fiesta con Navidad y año nuevo a la vuelta de la esquina.

La maleta negra barre por la cinta en movimiento y la tomo, comenzando a caminar hacia el ascensor, en dirección al estacionamiento.

Saco las llaves de la camioneta y jugueteo con ellas, pensando en piel blanca y cabello negro con olor a flores.

Maldición


Coloco la maleta dentro del vehiculo, cerrando la puerta tras de mí mientras saco el contenido de mi bolsillo. ¿Lo vale? dice una voz en mi cabeza, ¿realmente lo vale?. Me muerdo el labio inferior sin responder, sacando el auto del estacionamiento, dirigiéndome a la dirección que marco en el GPS. 

Trago con dificultad y aspereza cuando el objetivo en la última semana, aparece frente a mis ojos, en el lugar que menos esperaría. Un bar. 

Doy un suspiro mental, con la conciencia tan fatigada como si hubiese estado haciendo ejercicio sin parar durante este mes fuera de casa. No muy alejado de la realidad.

JungWon me había enviado a cerrar unos tratos hasta el otro lado del mundo, tardando una semana más de lo normal debido a problemas con los contratos y otra más por motivos personales.

Los mismos que me tenían casi frente a Kim NamJoon. 

-¿Qué deseas tomar?

Miro a mi costado, encontrándome con un chico de cabello morado y ojos delineados que tardo unos instantes en reconocer.

Park JiMin.

-O positivo, por favor- No dice nada, asiente con la cabeza y se va, regresando a los pocos segundos con una copa – Gracias.

Extiendo un billete y él lo toma, dándome el cambio con un gesto en la cabeza. Agradezco de nuevo, viendo como se va a atender a otras personas de la barra.

Tomo un trago para hidratar mi garganta, con mi cuerpo hambriento agradecido por la mínima atención que le he otorgado. Ya ni siquiera recuerdo cuando fue la última vez que me alimente como la naturaleza lo manda.

Detengo el vaso a mitad del camino a mis labios cuando mi mente rencorosa me enseña la imagen de Kim.

¿La estarán alimentando?

Asqueado, dejo la copa en la barra y me obligo a recoger mis cosas, una mochila que cargo al hombro y tomo la fotografía de dentro de la bolsa de mi chaqueta. 

Una sonriente pelinegra camina por la calle del brazo de un moreno con hoyuelos.

Levanto la mirada, encontrándome con ese mismo moreno sentado en una de las mesas en la plataforma del costado de la pista.

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