Favores

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Abro los ojos de golpe cuando la luz se enciende, apaciguando mi nervioso sistema que desea solo echarse a correr.

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La voz de Yugyeom me permite tener una bocanada de aire fresco, haciendo que levantarme sea más fácil.

Aún puedo sentir a NamJoon conmigo, todas aquellas sensaciones que me compartió en el poco tiempo que pudimos comunicarnos.

-Toma, ponte esto, tienes veinte minutos.

No me mira, deja a mi lado una pequeña bolsa deportiva y se da la vuelta, dirigiéndose a la puerta otra vez. Esta ignorándome, molesto por lo que hice.

-Él no podía quedarse aquí- Suelto de golpe, con la irrefrenable necedad de explicar mi acto- Lo habría hecho su nuevo juguete, y yo...- La voz se me quiebra de golpe, provocando que baje la mirada por lo doloroso que es este nudo en la garganta.

Dolor que no creo que desaparezca pronto.

Ambos nos quedamos en silencio, él con la mano en la perilla y yo tratando de no desmoronarme.

-Lo sé...- Levanto mi cabeza ante sus palabras, viendo como suspira fuertemente, recargando la cabeza en la puerta por un instante- Estas pagando mis errores.

Abro la boca para preguntar a qué se refiere, pero él es más rápido, saliendo de la habitación como un rayo, dejando apenas su aroma amaderado.

Cierro los ojos con fuerza, presa del desconcierto y el miedo, no habiendo nada que pueda hacer de esto, algo diferente.

Ignoro la bolsa, caminando hacia el baño con pasos lentos, tomando mis cosas en el camino. Abro la llave de la ducha, quitándome la ropa en lo que el agua esta lista.

Doblo con mucho cuidado la sudadera negra, cuidando de que el agua no la toque, odiando en lo profundo de mi pecho el hecho de quitarme su aroma de la piel.

El agua esta caliente, pero mi cuerpo parece no percibirlo. Me castañean los dientes, aunque sienta y vea el cuarto infestado de vapor, aferrando mis manos a la pared para intentar controlar los escalofríos.

Me quedo más tiempo del necesario en la ducha, secando mi pelo apenas, sintiendo pequeñas gotas rozar mi piel cuando escurren.

Camino al pequeño closet, acariciando con los dedos las fotos y arreglando aquellas que se han ladeado. Hoy, extraño la sonrisa de TaeHyung, ayer eran los ojos de JiMin. Abrazo con fuerza la sudadera, aspirando su aroma hasta que el pecho me duele por tanto aspirar. La dejo en la repisa más alta, acariciando el suave material y cierro la puerta.

Camino hasta la cama y abro la bolsa, sin mirar del todo el contenido. Muerdo mi labio inferior para controlar las lagrimas que desean desbordar mi rostro mientras me visto, mirando el techo en todo momento.

Estoy terminando de abrochar la suave bata de algodón blanca cuando tocan a la puerta.

-Adelante- Murmuro.

Yugyeom pasa de nuevo, pero no cierra la puerta ni tampoco me mira, solo hace un gesto.

-Él te espera.

Cierro los ojos con fuerza de nuevo, pero asiento, caminando hacia la salida, sintiendo los azulejos fríos bajo mis pies descalzos.

El viaje es corto, pero eterno a mi parecer, escuchando burlas y demás mientras soy guiada por Yugyeom hasta un lugar diferente al gran salón. Hago las manos puño cuando los temblores son tantos que no los puedo contener y aprieto los dientes, tragando grueso cuando puedo ver al frente una enorme puerta color caoba.

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