Centuries

Verdades

***Por favor, leer la nota al final***

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Cuando era pequeña, recuerdo que mi padre me dijo una vez "las mentiras son malas, sin embargo, pueden salvarnos si tienen un propósito" . No lo había recordado... hasta ahora.

Los brazos de Jin se apretujaban a mi al rededor con bastante fuerza, sin embargo ya no tenían esa calidez tan propia de él, mis palabras lo habían dañado lo suficiente como para volverlo cauteloso y abierto los ojos lo suficiente para darme cuenta de lo mucho que ya empezaba a querer a Kook.

No podía dejar que siguiera jugando con la mente de JungKook como lo había hecho horas atrás, haciendo creer al pelinegro que lo había engañado de una forma tan baja, teniendo sexo con Jin.
Pero el pelinegro no entendía que todo era un engaño, el no sabia sobre mi trauma con el sexo.

Y era tarde para arrepentirme el no habérselo dicho. Ahora me odiaba con todas sus fuerzas, por haberle mentido y haberlo forzado a irse, sin embargo, asumiría cada una de esas consecuencias en cuanto regresara, por ahora, mi objetivo era salvar a aquella personita que era tan importante en la vida de JungKook como NamJoon y Jimin lo son mi en mi vida.

TaeHyung.

No tenia ni siquiera dos días mas para replantearme esta situación, TaeHyung estaba al borde de la muerte por inanición y yo debía hacer algo. No podía ver a JungKook llorar y sufrir por algo que yo podía evitar.

-¿Perdón por qué?- La voz de Jin me saca de mis pensamientos, haciendo que me remueva y deba mirarlo a los ojos.

-Por todo... -Miro directamente mis manos- Lamento no haberte hecho caso... saber que tus palabras fueron siempre ciertas y yo...

Me coloca un dedo en los labios, lo miro y observo con detenimiento la media sonrisa que se ha extendido por sus labios. Tengo mas que en cuenta que revivir una vieja platica puede causar mas estragos de los que puedo evitar, pero no tengo de otra. Debo ocupar lo que esta a mi alcance.

-Cuando te dije que compartíamos un pasado muy parecido, lo decía en serio- Sus dedos acarician con delicadeza mi pómulo derecho y bajan hasta descansar en mi barbilla.

Hacia muchos años, Jin me había tenido la confianza suficiente como para contarme parte de su vida. Fue esclavo de un vampiro durante siete años, hasta que el día en que se decidió a convertirlo, satisfecho por su buen comportamiento, Jin decidió tomar justicia con sus propias manos. Era por eso que los de nuestra raza le temían y aborrecían.

Habia cometido "canibalismo", sin embargo la palabra estaba siendo empleada de manera incorrecta. Él no se había alimentado del cuerpo de aquel vampiro, solo de su sangre. Lo había drenado hasta matarlo... pero aun hasta ahora, no había encontrado una palabra mejor que describiera su acto.

Muchos afirmaban que aquel viejo vampiro no era su única victima, que Jin seguía con aquella extraña alimentación, pero yo no creía en eso... al menos no del todo. Pero me era inevitable no sentirme amenazada con su presencia a pesar de los años compartidos a su lado.

-Lo se... y créeme que me arrepiento el haber tardado tanto en hacerte caso... - El parecer mártir era el arma mas preciada que poseía ahora. Cien años menos y con una especie que solo servia para el deseo y la lujuria, me ponían debajo de la pirámide, con Jin reinando sobre toda posibilidad.

-Nunca es tarde para darse cuenta de la verdad- Había momentos en los que deseaba no mentir, y estos eran uno de esos, pero no tengo de otra, JungKook vale la pena.

Me arrojo a sus brazos como si temiera mas de lo debido, como si realmente me estuviese rindiendo ante su dominio y aceptara todo lo que el me pidiera. Giro mi rostro de manera en que el no pueda verme y finjo un suspiro que parece mas un sollozo solo para terminar de ganar su confianza. Sus brazos me estrechan con mas fuerza y hunde su nariz en mi cabello, provocando cierta sensación de nerviosismo en mi estomago.