Disculpas (Parte 2)

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[JungKook]

Corro por un pasillo bordeado de ladrillo, tratando de no perder el sonido de su voz, junto a un JiMin que no deja de gritarme de cosas.

-¡JungKook!... ¡Hijo de madre, ven aquí!-Lo ignoro por completo.

Conforme avanzo, una serie de celdas comienzan a abrirse paso, al igual que diversos pasillos, uno más oscuro que el otro. Comienzo a sentir claustrofobia. Veo una pared al fondo y comprendo que estoy a punto de llegar a ella cuando su voz de nuevo resuena por el lugar.

-Kookie...- Es apenas un susurro, pero me eriza la piel de inmediato.

Solo retrocedo un par de pasos y me detengo, frente a una puerta de madera clara, lisa y con apariencia cualquiera. Un grueso escalón se extiende debajo de ella, provocando que se vea más grande de lo que realmente es.

Tiene una mirilla, sin embargo no es como la típica mirilla de siempre, sino una bastante antigua, extensa y con remaches, la cual tiene una manija para poder jalarla y mirar en el interior. Acerco con cuidado mi mano y tomo de la manija, dispuesto a jalar de ella cuando JiMin me detiene.

-Espera...- Quita mi mano de un manotazo y mirándome mal, tira de la mirilla.

Casi caigo al suelo debido al susto. Aparece de la nada. Los mismos ojos verde neón de hace un rato, me miran con atención detrás de aquella pequeña ventanita, burlones y atentos. Su risa llena mis oídos de pronto, haciéndome sentir incómodo.

-Cuidado, Kookie- Pronuncia con una voz melosa y continúa riendo.

Miro a JiMin y este achicando los ojos se dedica a examinar a ____ con atención.

-Deja de jugar, Kim- Le dice en forma de regaño, consiguiendo que la pelinegra desvié su atención de mí.

-¿Qué haces tú aquí?- Su voz ahora es fría y molesta, incluso su mirada cambia por una asesina y veo como la puerta tiembla al recibir un golpe desde adentro.

-Vine a acompañar a JungKook.

-El no necesita niñera, y menos un enano como tú- JiMin aprieta tanto los labios que forma una línea con ellos.

-Suficiente, vámonos JungKook.

-Pero...- Observo como va cerrando la mirilla y sus ojos desaparecen detrás de esta- ¡No!

Detengo sus manos y con fuerza, abro de nuevo la ventanita, la cual cruje y se traba, pero al final abre por completo. De nuevo me encuentro con sus ojos, pero ahora son distintos, solo uno de ellos es color neón, el otro, ha regresado a su bello color marrón común.

-____...- Le hablo, captando su atención.

-JungKook...- Frunce el ceño, como si no me reconociera por completo y después mira a JiMin- Llévatelo- Le pide con amabilidad.

Ahora soy yo quien frunce el ceño, desconcertado por completo con su cambio de humor tan drástico. JiMin tira de mi brazo pero logro zafarme y me aferrarme a la manija de la puerta.

-Vete, JungKook- Con ambas manos toma su cabeza mientras hace un gesto de dolor.

-No, no pienso irme sin ti- Contesto, decidido e intento abrir la puerta, sin mucho éxito.

-No seas necio...- Gira su cabeza y puedo ver como las venas de su cuello y mejilla ahora son negras y se marcan con fuerza sobre su pálida piel.

-No debes estar aquí- Aseguro, porque yo la veo bien.

-Tu no debes estar aquí, ahora vete, yo estaré aquí por unos días- Mira el suelo con preocupación y se da la vuelta, escondiéndose entre la oscuridad de su celda.

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