Promesas

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[JungKook]

Adelante, atrás. Adelante, atrás. Un paso a la derecha, giro y de nuevo adelante y atrás.

-Bailas bien- Sonrió y le doy otra vuelta.

Por ahora, lo único que podía darle como obsequio por su cumpleaños era complacerla en todo lo que me pidiese. Y el baile era una de esas complacencias.

-A Iseul le gustaba bailar- Revelo, acuñándola contra mi pecho y disminuyendo el ritmo del baile, solo creando un tenue vaivén en medio de la pista.

-Me gusta tu traje- Nuestras manos se entrelazan, quedando justo en mi pecho.

-¿De verdad? Me siento como si fuese Jack Skellington- Ríe tan alto, que de inmediato diversos ojos se enfocan en nosotros.

-De verdad- Deposita un casto beso en mis labios.

La separo de mí y dándole otra vuelta, la junto a mi cuerpo de nuevo.

-No tengo palabras para describir lo espectacular que te ves con este vestido- La miro de pies a cabeza, deleitándome cuando veo como poco a poco el sonrojo hace aparición en sus mejillas.

Golpea quedamente mi hombro y recuesta su rostro en mi pecho, mientras seguimos con tranquilidad la melodía. Beso su cabeza, memorizando su olor, uno que ha cambiado tenuemente para fundirse con él mío.

Ella huele a mí y yo huelo a ella.

Melodía tras melodía, nos quedamos en aquella posición, hablando de vez en cuando, sintiendo el calor uno del otro y de cómo mi corazón da tumbos al estar cerca de ella. Las horas parecen volverse segundos, fluyen como el agua, sin detenerse, pero a la vez, dándome una sensación de éxtasis inexplicable.

Hasta cierto punto.

-____...- Su voz me tensa de inmediato, provocando que rodee con mayor fuerza su cintura.

Levanta su rostro, el cual se había acoplado a la forma de mi cuello, mirando por detrás de mí. Sus ojos brillan, tornándose agradables, al igual que la sonrisa en sus labios.

La pelinegra me mira alarmada por un momento, pero al entender la situación, solo acaricia mis manos y con ligereza, las separa de su cuerpo.

-Volveré...- Se acerca, depositando un beso sobre mi cuello.

Libero poco a poco su mano, sintiendo cosquilleos en las puntas de mis dedos cuando se va, con las últimas notas de un piano solitario.

Alejándose cada vez más.

[____]

¿Por qué era tan difícil la sensación de cercanía pero a la vez de soledad? ¿Por qué ninguno de los dos podía permanecer junto al otro por tanto tiempo? ¿Por qué éramos tan iguales pero a la vez tan diferentes?

Antiguas preguntas se enmarcan en mi mente, provocándome un poco de incomodidad.

Sigo la silueta de Jin, intentando no chocar con nadie ya que el castaño camina con tanta fluidez entre la multitud, que parece como si intentase huir de todo y a la vez de nada.

Levanto un poco mi vestido, apresurando el paso a la vez que evito pisar la tela de lo que me viste. Llego al borde de los ventanales, respirando con tranquilidad cuando lo veo descansar sobre el barandal del enorme balcón que da vista al jardín.

Llego a su posición, ambos mirando la magnificencia de la luna llena que se revela ante nosotros, amarilla y luminosa a la vez, con un cielo un poco despejado.

-Es la misma fase que cuando nos conocimos- Su voz es un murmullo, pero el viento atrae sus palabras hacia mí con facilidad.

-Hace ya bastante...- Sonrió y lo miro.

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