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[JungKook]

Desde pequeño, me he considerado una persona envidiosa. No de la manera común y superficial, sino sentimental con respecto a lo que me rodea y de cierta manera me pertenece. Por ejemplo, TaeHyung. Desde que lo conozco he sido un poco posesivo, dando la cara por él y recibiendo varios golpes con tal de que nada le pase. Además de que... no lo comparto con nadie.

Al menos no con personas de las que desconfió y se, pueden hacerle daño, y cuando lo hago –rara vez- siempre dejo en claro que él es mi mejor amigo y yo el suyo. Que si algo le sucede se la verán conmigo. Pero por lo general no es necesario porque Tae se encarga de dejar eso en claro, echándoseme encima cada que tiene oportunidad, además de haber protagonizado uno que otro momento vergonzoso donde nos incluía a ambos en situaciones bochornosas.

Pero esta vez todo era distinto, no sabía cómo mostrar que ella me pertenecía por completo, a pesar de que era por completo erróneo. NamJoon había disfrutado de su compañía por mucho más tiempo de lo que yo lo hacía ahora. No sé si de la misma manera, pero él y ella habían permanecido juntos por mucho tiempo.

Y yo, prácticamente era un intruso. Uno que no quería compartir.

Porque sí. Ahora me doy cuenta de ello.

No quería compartirla y tener que hacerlo, me molestaba. Y mucho.

Observar como NamJoon la sostiene entre sus brazos, mientras acaricia su rostro apacible por el sueño, provoca que mis manos se cierren en puños y una carga de ira se mueva por mi cuerpo.

Y eso que ya lo habías asumido... me recuerda una voz en el fondo de mi cabeza, pero de inmediato la aparto de un manotazo.

-Volviste temprano- Me habla el moreno sin siquiera mirarme, con toda su atención puesta en la pelinegra que frunce el sueño entre sueños.

-Las clases terminaron antes- Miento sin remordimiento.

Su risa amarga llena la habitación y se digna a mirarme.

-Mientes bien- Niega con la cabeza y acaricia el cabello de ____.

-No miento... al menos no del todo- Camino hasta sentarme frente a ellos, en un sillón bastante cómodo a decir verdad, de una sola plaza.

-Reconozco a un mentiroso de oficio inclusive de lejos- Su comentario de inmediato me molesta- y es por eso que se, que ella está segura contigo.

Me enderezo y lo miro perplejo.

¿Eso fue un alago?

-Eso no significa que me agrades- Aclara de inmediato, antes de que me haga ideas tontas- eso debes de saberlo, sin embargo soy fiel creyente de que las cosas suceden por algo, que tienen un propósito, y quiero creer que tu llegada a nuestras vidas, es parte de eso. Ya te aclare que si alguna vez la veo llorar debido a ti, te arrancare la cabeza, y que si le pasa algo, tú pagaras por ello.

Asiento repetidas veces con la cabeza, mientras trago, recordando aquella charla que había iniciado como una simple invitación de desayuno.

-S-si...

-También debo aclararte que ella es una chica especial, que cualquier cosa puede darle un significado diferente- sonríe de medio lado- paso por una vida difícil, así que debes tener cuidado con el propósito que tomes para hacer tus acciones.

Sus palabras me confunden, pero él continua hablando sin dejarme procesarlas.

-Nunca he logrado entenderla del todo, pero yo sé que tu si lo harás- Sus ojos miran en mi dirección por unos segundos- No me decepciones, puedo ser un completo desconocido si eso pasa. Espero puedas comprender que a veces me comporte mal contigo, pero no puedo evitarlo, no cuando veo que ella se hace daño por protegerte.

CenturiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora