La cita

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El día finalmente había llegado, Rose estaba muy nerviosa, Scorpius todavía más, se quedaron de ver en las afueras de Hogsmeade, Scorpius fue a Gringotts a cambiar algunos galeones, le había dicho a Albus la verdad, no podía mentirle a su mejor amigo, él se había quedado como piedra, no podía creer que su amigo se había estado viendo con su prima todo este tiempo, y que ahora tenían una cita... En el mundo muggle... Pero nadie podría haberse opuesto al rubio, estaba más que feliz, así que Albus le prometió que lo cubriría.

Esperaba nervioso a la pelirroja, quien llegó corriendo, lo que hizo ponerse a sus mejillas coloradas, lo que la hacía ver hermosa, el rubio le sonrió embobado.

— Hola, te ves bonita — dijo sin poder contenerse, cuando se dio cuenta de su atrevimiento, se puso muy nervioso — quiero decir, siempre te ves bonita, solo que hoy es una ocasión especial, y te ves especialmente bonita, ay no, lo hice otra vez, ¿verdad? Lo siento, no puedo parar

Ella se sintió alagada, y sólo pudo sonreír mientras le decía

— Ya está bien, vamos — y sin ser plenamente consciente de sus actos, lo tomó de la mano y comenzó a caminar

— ¿Ya me dirás a donde vamos? — preguntó nervioso el rubio

— No... Te dije que era sorpresa — Rose trató de sonar misteriosa — pero te diré algo, el camino será largo, viajaremos en autobús

El chico abrió los ojos como plato. Nunca se había subido a un autobús muggle, no tenía ni idea de qué esperar, pero recordó que a las chicas les gustaban los chicos valientes, o al menos eso le había dicho Delphi, pero ahora no estaba tan seguro que fuera verdad, después de todo, hablábamos de Delphi, pero creyó que quizá eso fue lo único honesto que le dijo la chica, así que trató de sonreír y ser positivo, sin dejar de ser honesto...

— Oh, un autobús muggle, nunca me he subido en uno, ¿alguna recomendación?

— Sí, que no se te ocurra repetir eso delante de la gente, ¿qué clase de chico de tu edad no se ha subido a un autobús nunca?

— Un mago ¿quizá?

— Exacto, y los muggles no saben que existimos así que compórtate normal, sólo haz lo que yo haga, ¿de acuerdo?

— De acuerdo — dijo sin poder evitar dejar escuchar un tono de preocupación en su voz

Sin embargo, la experiencia no estuvo tan mal, se sentía un poco extraño ese vaivén, pero una vez que se acostumbró se pudo relajar, charlaban en voz baja, pero era difícil tener temas de conversación que fuera apropiado para oídos muggle, pero lo bueno fue que finalmente llegaron, o eso le anunció Rose

Bajaron del autobús y caminaron un par de cuadras, Rose decidió llevarlo de la mano porque la realidad era que el chico poco o nada sabía de las reglas de vialidad y hubiera terminando atropellado o causando un accidente, él se dejó llevar y ella estaba secretamente feliz de poder tomar su mano con ese pretexto sin evidenciar el conflicto interno que sentía sobre él.

— Y ahora sí llegamos

— Aja... Y... ¿A dónde exactamente?

La chica rio por la cara de confusión del rubio que estaba divertido, asustado y emocionado a la vez, sin saber muy bien por qué

— Esto es lo que los muggles llaman un parque de diversiones

— ¡Wow! — y recorrió todo el lugar con la vista

— ¿Has escuchado de ellos, verdad? ¿Sabes lo que son?

— Bueno, no realmente, pero supongo que si los muggles vienen aquí a divertirse, debe ser... Pues, ¡divertido! ¿vamos?

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