Scorse

La oportunidad

Rose no se esperaba eso. No se había preparado. Pero le estaba dando la oportunidad, así que tenía que aprovechar

Se sentó frente a él, sin dejar de mirarlo a los ojos. Tomó aire y comenzó

— Todo lo que te dije en Ilvermorny fue verdad. Sólo que me faltó contarte algo. No lo hice porque no tuve el valor, aunque en ese momento me consolé pensando que fue porque no era importante. Pero de alguna forma, eso fue mi primera pista de que algo me pasaba. Fue en verano, el año pasado, fue después de que... De lo que ocurrió aquí, ya sabes, el día que me encontraste llorando y me besaste la primera vez. Te dije que senti algo muy fuerte. Pero me aterro. Yo las escuché hablar. Compartían experiencias, decían que había una leyenda sobre los chicos de Slytherin, que eran los mejores, ya sabes, con las chicas, y empezaron a hablar de Al y de ti, dijeron que quizá sería la excepción — el chico resopló pero ella continuó — yo entré en ese momento, les dije que yo lo haría, que yo... Probaría tus habilidades... ¡Pero! Lo hice porque la verdad, eso me daba un pretexto para acercarme a ti sin aceptar que necesitaba un pretexto

— No necesitabas un pretexto, sólo tenías que tronar tus dedos y yo estaría ahí a tus pies, listo para hacer lo que sea que me pidieras

— No digas eso

— Pero es cierto

— No lo creo, es decir, yo trataba de averiguar lo que sentía por ti y rogaba por que no lo lograra a la vez, y tú... Nunca le dijiste nada a Albus, sobre nosotros y lo que ocurría a veces ¿por qué?

— Me gustaba pensar que porque era un caballero, pero la verdad Rosie, ya todo el mundo nos había visto, nuestros padres, Al, aunque no lo quisiera aceptar...

Rose sonrió recordando

— Sabes Scorp, todo esto fue porque me negaba a aceptar mis sentimientos por ti. Pretextos, mentiras, más mentiras, y es irónico... Ahora mis sentimientos se niegan a abandonarme... — ya las lágrimas comenzaban a caer — gracias por escucharme, te quiero — y se levantó y se fue llorando

Él la miró alejarse, y en un susurro le contestó

— Yo también te quiero — pero ella ya estaba lejos para escucharlo.

Scorpius subió a su habitación, ya era de noche, pero él casi no podía dormir de noche, así que estaba acostado con los brazos detrás de su cabeza, pensando, cuando comenzó a escuchar truenos. La lluvia que había comenzado a caer se había convertido en tormenta, y de repente se encontró preguntándose cómo estaría Rose. Se levantó y sin pensarlo mucho salió de su habitación. No sabía si su padre había hecho los hechizos, pero sonrió cuando abrió la puerta y pudo ver un bulto enredado en las sábanas que supuso era Rose.

Se acercó y le habló con voz suave

— ¿Rose?

Ella se destapó la cara y él notó su expresión asustada, (además, notó que aún dormía con su sudadera, lo que hizo a su corazón dar un vuelco) y le dijo con el tono más amable que pudo

— Soy yo, tranquila — y se metió en su cama

Ella se abrazó a él y él comenzó a acariciar su espalda y su cabello, la tormenta seguía, pero poco a poco disfrutando de su calor y sus caricias, los chicos se quedaron dormidos abrazados

Al día siguiente Rose abrió los ojos, sintió un peso sobre su cintura, se giró un poco para ver si estaba soñando, pero no, ahí detrás de ella, abrazándola por la cintura, dormía Scorpius plácidamente. Ella no se quería mover, para no despertarlo, pero lo quería ver. Hacía mucho que no lo veía de cerca y no pudo resistir la tentación. Se giró con mucho cuidado, pero el chico despertó. Abrió sus hermosos ojos grises y la miró, como si no la reconociera, pero luego, le dedicó una de sus más hermosas sonrisas y le dijo