Scorse

El diagnostico

Draco Malfoy caminaba de un lado a otro en los pasillos de San Mungo. Se comía las uñas y se veía pálido y descompuesto. Nadie jamás lo había visto tan afectado por nada, Harry sólo pudo recordar el día que volvió de su misión y se estremeció. Él y Albus lo acompañaban mientras esperaba noticias. Ron y Hermione abrazaban a Rose, que no había podido dejar de llorar en todo el rato, tenía la mirada perdida y los ojos hinchados de tanto llorar.

Finalmente el medimago apareció.

— ¿La familia de Scorpius Malfoy?

Todos se acercaron con semblante sumamente preocupado, pero el medimago les dijo

— Sólo dos personas pueden pasar

Draco se giró hacia Hermione y tomó su mano, la arrastró detrás del médico y los demás se quedaron con el corazón en la boca, esperando por noticias...

Draco y Hermione siguieron al medi mago hacia una habitación, en ella Scorpius descansaba aún inconsciente y había alguien más a su lado. A Draco casi se le sale el corazón del pecho y las lágrimas se escaparon de sus ojos sin pedirle permiso, perdió el equilibrio y por un momento se tuvo que apoyar en Hermione para no caer.

— Hola Draco — dijo el medi mago, ese que habían visitado tan seguido hace algunos años, ese que había atendido a Astoria — no esperaba que te diera gusto verme, pero cálmate un momento

— Espero que sólo estés aquí para saludar, pero me has dado un susto de muerte

— Me temo que no. Siéntense un momento

Hermione casi llevó a Draco en peso a sentarse y no se atrevía a hablar, pero ya se imaginaba qué ocurría . También sus lágrimas comenzaron a escapar de sus ojos sin remedio.

Una media hora después, Hermione caminaba arrastrando los pies por los pasillos de San Mungo. Era portadora de terribles noticias y debía aparentar fuerza y calma, y simplemente no era capaz de pensar cómo rayos lo iba a lograr. Cuando Harry, Albus, Ron y Rose la divisaron caminando a lo lejos, corrieron a su encuentro.

Hermione sentía que su corazón se estrujaba en su pecho, se revolvía como tratando de estrangularse pero todos la acribillaban a preguntas

Respiró hondo y comenzó, por lo más duro, no tenía caso hacerlos esperar más, la noticia los iba a matar de cualquier forma

— Scorp heredó la condición de Astoria, la maldición que aqueja a la familia Greengrass

Todos ahogaron un grito y Rose comenzó a llorar escondida en el pecho de Ron

— Pero las cosas han avanzado mucho desde entonces, seguro hay mucho que podemos hacer — Harry hablaba atropelladamente

Hermione suspiró

— Pues los tratamientos han avanzado, sin embargo la cura aún... — sintió un nudo en la garganta, no pudo continuar y los sollozos de Rose se convirtieron en alaridos de dolor, se desplomó y hubiera caído hasta el suelo de no ser porque Ron la sostenía

Los medi magos se acercaron a ellos y se ofrecieron a tratar a Rose, se la llevaron llorando histérica y le administraron pociones calmantes. Todos lloraban desconsolados... De repente miraron a Ron, que también lloraba a cántaros

— ¿Qué? — les dijo hipando — lloro por Rose, es que... Son tan jóvenes... Es tan injusto...

Todos dejaron de llorar por un momento, momento en que se rieron de Ron. No cabía duda que el pelirrojo tenía un gran corazón, aunque él tratara de negarlo

Hermione regresó a la habitación de Scorpius. Draco estaba sentado con la mirada perdida, tomando la mano de su hijo. A Hermione se le partía el corazón. Por un lado, su marido, que siempre había sido tan altivo y tan ecuánime, estaba hecho pedazos, y no era para menos... ya que por otro lado, aquel chico tan amable, tan sincero, tan leal, tan tenaz, tan querido por todos y estaba sentenciado a muerte. Ella sólo se sentó a su lado y lo abrazó. No había palabras que pudiera ofrecerle como consuelo, pero al menos, quería llorar a su lado.