Septimo año

1.2K 104 19
                                        

Cuando ya Rose y Scorpius se pudieron mantener despiertos, que fue hasta que llegaron al colegio, durante el banquete, escucharon sobre las vacaciones de Helga y Albus, que pudieron convencer a los padres de la chica de dejarla ir con los Potter a Rumania, igual ellos les contaron de sus vacaciones en el Mediterráneo, así como la famosa fiesta de cumpleaños de Scorpius, todos rieron con ganas de recordar o relatar sobre la cara de Lucius, pobre.

La rutina que los chicos habían mantenido antes de salir del colegio continuaba, estaban juntos todos los días, el último año Slytherin solo compartía una clase con Gryffindor, pociones, en clases era el único momento en que Scorse se podía ver separado (también les pusieron un apodo, eran considerados la pareja más popular en Hogwarts), era curioso porque el año anterior cuando habían vuelto, muchos habían apostado cuánto durarían esta vez, y algunos que Scorpius se volvería a poner loco, pero ahora era inconcebible pensar en ellos separados.

Esos meses habían sido todavía más divertidos que el año anterior, porque ahora además de compartir sus días con su mejor amigo, ahora lo podía besar, lo único que les molestaba, era que no habían vuelto a hacer el amor, por lo que en la primer excursion a Hogsmeade se escaparon y se aparecieron en el departamento de París, ese que había sido el escenario de su primera vez, y que ahora sería testigo de cómo se desquitaban por el tiempo que no habían podido estar juntos así en el colegio.

Scorpius había vuelto al equipo de quidditch de Slytherin, así que todos en la escuela fueron al partido de Gryffindor contra Slytherin, por el puro morbo de ver a Scorse enfrentarse y ver quién ganaba. La pelirroja no le dio cuartel al rubio, y aunque el claro vencedor entre el duelo de Rose y Scorpius había sido ella, Slytherin ganó el partido cuando su buscador superó al de Gryffindor, ¡cómo les hacía falta James! Rose estaba triste, pero se tragó su orgullo y fue a la fiesta de celebración de Slytherin, sólo porque Scorpius le había prometido que se escaparían a su habitación un momento... Y asi el rubio consoló a la pelirroja y la compensó por el coraje que hizo al perder contra las serpientes.

El tiempo pasó y la primer nevada cayó, pero una de esas frías mañanas de noviembre, Scorse encontró a sus amigos Helga y Albus cabizbajos

— ¿Ocurre algo Al? — preguntó el rubio sentándose junto a su amigo

— Sí... Scorp, es que... — Helga sollozó, y Albus la abrazó

Ambos los miraban sin saber qué decir, finalmente Helga habló con la voz entrecortada por el llanto

— Estoy embarazada

Los dos se miraron, y Rose se sentó junto a Helga y la abrazó

— Oh, bueno, no llores, un hijo es una bendición, será difícil, créeme — dijo recordando a Jane en su primera semana — pero tú y Albus lo harán bien

— Es que tengo miedo — dijo ella volviendo a llorar

— No lo tengas, ya te dije que estaré contigo, en cada paso — Albus la besó en la sien

— ¡Qué bien! ¡Seré tío! — dijo Scorpius y los abrazó a los dos — esto es genial, Al, debes hacerme su padrino, ya tengo muchas ideas para pasar nuestras vacaciones, además soy bueno con los niños, mi hermana me adora ¿verdad Rose?

Todos sonrieron por el entusiasmo del rubio, que no dejaba de parlotear llevándose toda la tensión del momento y haciendo que los cuatro comenzaran a hacer planes, cuando las chicas estaban distraídas, Albus miró a su amigo y su boca formó la palabra Gracias, ambos sonrieron y se unieron al parloteo de sus chicas.

Scorse caminaba por los pasillos, tomados de la mano, todavía comentando la nueva, Scorpius se comenzó a poner nervioso, no sabía cómo abordar el tema

— Oye Rose, yo realmente estoy feliz por Al, y todo, pero nosotros... ¿Crees que sea momento de..?

— ¡No, claro que no! ¿Qué no recuerdas a Jane? Yo no quise decir nada, pero no la tienen nada fácil, yo quiero unos años de paz, he estado tomando medidas, no te preocupes

— Ah, que bien... — dijo pero su sonrisa no llegó a sus ojos, ¿se sentía triste? Ella notó su cambio de ánimo y se paró frente a él, puso sus brazos alrededor de su cuello y le dijo

— Dímelo

— ¿Qué cosa? — dijo él poniendo sus manos en su cintura

— Lo que piensas, lo que no te atreviste, lo que te molestó, ¡suéltalo! — dijo tratando de imitar el entusiasmo del chico para animarlo a hablar

— Es que es raro, no sabía que estabas tomando precauciones y debi sentirme aliviado pero no fue así, ¿es raro no?

— Sí... ¿Preferirías que no las tomara?

— No... No es eso tú tienes razón, como siempre, pero ¿lo has considerado?

— ¿El qué?

— El tener un hijo conmigo... Algun día quiero decir

Ella bajó su mirada ruborizada

— Yo la verdad, ya no concibo mi vida sin ti

Cuando levantó la mirada se encontró con la de él que le transmitía sin decir palabra lo mucho que la amaba, tomó su cara en sus manos y la besó.

Ya se acercaba el baile de Navidad, obviamente Rose fue invitada por Scorpius y estaba emocionada de que sería su primer baile juntos, pero había alguien que estaba sumamente nervioso

Albus había decidido pedirle a Helga que se casara con él ese día, aunque Scorpius había hecho lo posible por animarlo y quitarle los nervios, el chico no lograba calmarse.

Ambos salieron de las mazmorras y se dispusieron a esperar a sus chicas. Primero llegó Helga, se había arreglado muy bonita para la ocasión y lucía un hermoso vestido azul. Albus la tomó de la mano y se la llevó a la fiesta, mientras Scorpius cada vez más ansioso esperaba a su pelirroja. Pero la espera valió la pena. La chica lucía un hermoso vestido negro, que hacía resaltar su piel y su cabello, además que dejaba ver sus formas femeninas y vaya que la pelirroja se había moldeado bien estos años, tenía al rubio boquiabierto mirándola.

— Rose... ¿Cómo haces para verte más bonita cada día? Ahora ya no quiero ir a la fiesta, me quiero desaparecer por ahí y arrancarte ese vestido

Ella soltó una risita y le pego en el hombro.

— Scorp, que cosas dices, vamos, hay que entrar de una vez... Antes que te tome la palabra — y comenzó a caminar dejando al rubio boquiabierto mirándola andar

— Eres mala Rosie — dijo en un murmuro y la siguió

Estuvieron tan concentrados en ellos mismos que no notaron cuando Albus y Helga salieron de la fiesta. De hecho, no los vieron hasta el día siguiente, cuando tomaban los carruajes para irse a la estación.

En el camino, Helga les confesó emocionada que Albus le había pedido que se casara con él. Ella obviamente aceptó y ya habían hecho planes para hablar con sus padres, primero Albus hablaría con los suyos y les pediría lo acompañaran a pedir la mano de Helga. Albus ya se veía mucho más relajado y además se veía feliz.

Llegaron al andén y esta vez Helga si fue a saludar a los Potter, Rose fue a saludar y a platicar con su padre un momento, mientras Scorpius jugaba con Jane, que ese año cumpliría dos años y que cada día estaba más bonita. Cuando Rose y Hugo se despidieron de Ron, desaparecieron a la casa de Draco y Hermione, donde pasarían su primer semana de vacaciones. Rose y Scorpius no podían esperar para volver a dormir juntos, por lo que en medio de miradas furtivas toda la tarde, la noche por fin llegó y Rose se escabulló al cuarto de Scorpius para volver a hacer el amor con su amado rubio y posteriormente, dormir plácidamente en sus brazos.

ScorseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora