Celebraciones

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Rose y todos los Weasley estaban ya preparándose para la graduación de James. Hogwarts organizaba una cena para los graduados y sus familias, y Rose y Albus le habían pedido a su primo que reservara dos lugares más en su mesa. James había resoplado furioso, ya de por si su mesa sería la más grande de todo el colegio, con lo numerosos que eran los Weasley. Después de mucho rogarle, James aceptó y ahora sólo faltaba informarle a Ron

— ¡De ninguna manera Rosie! Esto es un evento familiar

— Pero si el chico es nuestro hermano, papá, es casi primo de James también — dijo Hugo burlándose

— Hugo — dijo Rose fulminando a su hermano con la mirada — papá, es la graduación de James, él estuvo de acuerdo en invitarlo, también va a ir la novia de Albus y mi tía Ginny no hizo un drama por ello

— Es que es diferente Rose, la chica es novia del hermano del graduado, eso sí cuenta como familia, Malfoy no tiene nada que hacer en la fiesta, con nosotros

— Papá es mi novio, un día va a ser parte oficial de esta familia, James lo invito, ¿qué te cuesta? ¡Por favor!

— Eso si me dio escalofríos

— Papá, por favor

Ron suspiró cansado

— OK, tu ganas Rosie, pero nada de besuqueo y toqueteo... Nunca — Iba a decir delante de mi, pero luego decidió hacer más definitiva su sentencia

— Mmmm demasiado tarde papá — Rose golpeó a Hugo en la cabeza y se levantó antes de que Ron la interrogara... Además iba a escribirle a su rubio dandole la buena noticia...

El chico recibió la buena nueva y se puso muy feliz, había pasado solo una semana y ya ardía de deseo de estar con su novia. Además, necesitaban hacer un plan para escapar en el cumpleaños de Rose...

El día de la graduación, Hermione acompañó a Scorpius a casa de Ron, además quería saludar a sus hijos. Ya sólo estaban esperando a Rose. Hugo se quejaba amargamente de que tardara tanto, Scorpius estaba nervioso, moría de ganas de verla. Cuando por fin bajó, todos se quedaron con la boca abierta, se veía sumamente hermosa, el vestido que usaba resaltaba sus formas femeninas, su cabello pelirrojo perfectamente domado enmarcaba su hermoso rostro, maquillado con discreción y haciendo resaltar sus ojos celestes. Scorpius reaccionó y se adelantó, al tiempo que con su varita conjuraba un corsaje que puso en la mano de Rose después de besarla, ella lo iba a abrazar, pero Ron se adelantó y los separó

— Rosie, lleva un sweter, hace frío afuera

— Papá, no tengo frío y no voy a tapar mi vestido, es para lucirse

— Y te ves absolutamente hermosa ¿no crees Ron? — dijo Hermione adelantándose y abrazando a su hija

— Bueno si... Pero...

— Pero nada, ya váyanse, la fiesta ya habrá empezado, corre Ron

Ron haciendo una mueca, tomó a Hugo y desapareció, Rose aprovechó para abrazar y besar a Scorpius en los labios, haciendo reír a Hermione, que los abrazó y los besó a ambos y les dijo

— Diviértanse — agitó su mano y desapareció

Ron volvió y tomó a Rose, la llevó y volvió por Scorpius, antes de desaparecer, le advirtió

— Te estaré vigilando

Scorpius sólo sonrió y asintió, ya se estaba acostumbrando a los desplantes de Ron

La fiesta era en los jardines de Hogwarts, para esa ocasión, removieron los hechizos que no permitían aparecerse a Hogwarts, y las velas encantadas flotaban en los jardines, iluminando el camino hacia una gran carpa donde se llevaría a cabo la fiesta, Scorpius le ofreció a Rose su brazo y caminaban muy alegres, mirándose de reojo y resistiendo las ganas de comerse a besos. Efectivamente la mesa de James era la más grande y por tanto, la más fácil de ubicar, ya nada más faltaban Ron y sus hijos pues ya todo el clan Weasley estaba ahí, incluso Helga y Albus, que nada más vieron a Rose y Scorpius entrar, les hicieron señas para que se fueran a sentar junto a ellos, los chicos lo hicieron y se alegraron de poder alejarse un momento de Ron y su mirada inquisitiva.

Scorpius hizo gala de sus impecables modales, retirando la silla de Rose cuando se sentaron, además todos pudieron constatar cómo el chico se desvivía en atenciones por la pelirroja, además, conociéndolo en persona, hasta se les hizo simpático. No podían creer que el hijo de Draco Malfoy, nieto de Lucius Malfoy, estuviera compartiendo la mesa con ellos, y que además tuviera tan buenos modales y fuera tan sencillo. Resultó que los temores de Rose eran infundados, su familia, aunque con un poco de recelo al principio, pero finalmente aceptaron al rubio como uno más de la familia.

El chico estaba feliz, siempre quiso ser parte de una familia numerosa, y los Weasley eran muy graciosos, se divirtió mucho en la cena, pero ya no aguantaba las ganas de darle un buen beso a su novia, cuando comenzó la música, se levantaron y se dirigieron a la pista, perdidos entre el gentío, por fin pudieron besarse, por fin pudieron decirse cuanto se amaban, cuanto se extrañaban, Scorpius se la comía con la mirada y no se cansaba de repetirle lo hermosa que se veía y lo enamorado que estaba de ella.

— Pasado mañana es tu cumpleaños, necesito que te escapes conmigo ese día

— ¿Ya me dirás a donde vamos?

— No... Es sorpresa... Sólo arréglatelas para poderte escapar todo el día

— ¿Todo?

— Todo...

Cuando la fiesta se terminó, los chicos volvieron a casa de Ron, Hermione fue a recoger a Scorpius, y aunque Ron no los dejó abrazarse y besarse como despedida, con una mirada, se dijeron cuánto se amaban y además se hicieron la silenciosa promesa de que se verían en dos días

A Rose le costó un trabajo enorme convencer a Ron de dejarla salir con Scorpius en su cumpleaños, más porque no le podía ni decir a dónde iban pues ni ella lo sabía, pero decidió decirle que harían algo sencillo, como una cita en las calles de Londres, era verdad a medias, porque sólo sabía que irían al mundo muggle, finalmente Ron accedió, y la llevó ese dia a la estación de tren, que fue el lugar designado para encontrarse ese día.

El rubio ya la esperaba ahí, y aunque Ron se acercó para advertirle que no tocara a su hija, que no fueran a sitios oscuros, solitarios, y mil cosas más que ninguno de los dos escuchaba porque se perdieron en sus miradas. Cuando por fin Ron se fue, Scorpius abrazó y besó a su pelirroja

— Feliz cumpleaños

— Gracias... ¿Ya me dirás a dónde vamos?

— Falta poco... Vamos... — Y comenzaron a caminar por las calles tomados de la mano, disfrutando del aire matutino de Londres. Llegaron a un edificio, y Scorpius llevó a Rose dentro, tomaron el elevador, hasta la azotea y Rose estaba cada momento más intrigada, casi se le cae la quijada cuando vio que un helicóptero los esperaba.

Scorpius todavía no le decía a donde iban, cuando se subieron al helicóptero Rose estaba sumamente nerviosa, pero el trayecto fue muy interesante, observaron paisajes impresionantes y paulatinamente ella pudo relajarse. De repente el piloto les anunció que ya estaban por llegar... Estaban en París..

El rubio le dijo a Rose que había leído que esa ciudad era considerada por los muggles como la más romántica del mundo. Por eso, había decidido llevarla ahí en su cita.

Caminaron por sus calles, admirando hermosos paisajes y escenarios, haciendo planes para volver alguna vez, a quedarse unos días. Él la condujo a una zona muy exclusiva y bonita, con elegantes casa y edificios, que además, al parecer, era una comunidad de magos, los Malfoy tenían una propiedad en uno de los edificios, era un lujoso y enorme piso, con una hermosa terraza, donde ya les esperaban un par de elfos para servirles la comida.

Rose estaba encantada, la cita había ido maravillosamente bien, pero... Ahora estaba nerviosa... Estaba en un país extranjero, sola con su novio, en un hermoso y privado apartamento... ¿Qué es lo que iba a pasar ahora?

ScorseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora