La tregua

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El plan de Rose había funcionado. Scorpius se portaba más discreto desde ese día. Ya no se metía en problemas, ya no se enredaba con cuanta chica se encontraba, pero había algo que molestaba a Rose. Ya casi no lo veía. Salvo en clases y él ni la miraba. Había abandonado el equipo de quidditch, no iba a los partidos, casi no iba al comedor. Ella seguía arreglándose y él caminaba mirando el suelo, todo el tiempo. No la veía.

Ella comenzó a desesperarse, necesitaba hacer algo, necesitaba avanzar. ¿Pero qué? Nada venía a su mente.

En una clase, preparaban la poción de amortentia. Rose estaba fastidiada, trabajaba distraida, y entonces de repente, un familiar aroma a menta y hierbabuena inundó sus sentidos, se giró agitada, pero el chico no estaba ahí. Trabajaba unas mesas más adelante, con Albus, que había encontrado la forma de volver a estar con él. Su corazón se estrujó. Así que a pesar de todo, todavía lo amaba...

Unas mesas más atrás, una chica Slytherin trabajaba con un Gryffindor, pero al parecer tenían problemas. Rose decidió ayudarles. Al fin ya había acabado su poción. Entonces, un accidente, se escuchó una explosión. Scorpius buscó a su pelirroja instintivamente, pero ella no estaba por ningún lado. Avanzó por entre la gente, que ya se amontonaba alrededor del accidente, y para su horror lo vio. Ahí estaba Rose tirada en el suelo. De una herida de su cabeza manaba la sangre y parecía tener quemaduras en su brazo. Todo lo vio como en cámara lenta. Como el profesor la llevaba a la enfermería, como la sangre manaba de su herida, como él se quedaba estancado...

Cuando pudo reaccionar y moverse, se fue a la enfermería, lo sacaron mientras la atendían, pero inmediatamente después entró y se negó a separarse de su lado. Ella seguía inconsciente pero le aseguraron que ya estaba fuera de peligro.

Él la observaba y acariciaba su rostro. Tomó su mano y la besó. Comenzó a hablar aunque sabía que ella no lo escuchaba (o al menos, eso creía)

— Me asustaste... A pesar de todo... No quiero que nada te pase... Te ves muy bonita... Siempre has sido bonita pero últimamente... No... No puedo... No sé qué me hiciste pero sólo no puedo... Rose... Despierta... Te quiero... — puso sus labios sobre los de ella y luego recargó su cabeza por un lado de su cama y se quedó dormido

Ella soño que estaba en el campo de quidditch. Scorpius llegó y tomó su mano, le decía cosas, que lo asustó, que no quería que nada le pasara, que se veía bonita y últimamente más bonita, comenzaba a balbucear un poco, luego escuchó claramente: te quiero. Entonces se besaban. Y Rose despertó

Estaba en la enfermería. Sentía su brazo entumido. Madam Pomfrey la revisó y le dijo que quizá en la noche ya podría irse. Rose estuvo en las nubes todo el día, recordaba el sueño y sentía mariposas en el estómago.

— Yo también te quiero Scorp... Te extraño — una lágrima corrió por su mejilla

Ese día la dieron de alta y sus primos y sus amigos la ayudaron a volver a la torre de Gryffindor

Al día siguiente todos sus compañeros le preguntaban si ya estaba mejor, le deseaban que se recuperara. Luego llegaron a clases Albus y Scorpius, se veían relajados. Era bueno ver que al parecer ya habían arreglado lo suyo. Al pasar a su lado, se detuvieron y Albus le dijo

— Hey Rosie, bueno ver que estás mejor

— Gracias Al

Miró a Scorpius, pero él solo lo miraba con una expresión que Rose no supo descifrar, los chicos siguieron su camino hacia su mesa y se sentaron.

Ya era tiempo de vacaciones de Navidad.

Draco se alegró de ver a su hijo caminando tranquilamente con Albus. Todos respiraron aliviados al ver al chico rebelde volver a la normalidad. Hasta Ron se contuvo de hacer comentarios al respecto. Los chicos irian primero con Hermione. Mientras hablaban con Ron, Draco que cargaba a Jane, se llevó aparte a Scorpius.

— ¿Estás mejor?

— Sí

— ¿Volverás a escapar?

— No está en mis planes

— ¿Debo renovar los hechizos de las recámaras?

— No es necesario — Jane jaló su cabello y rio cuando lo hizo gritar —Hey mandragora, suéltame — la pequeña se divertía tratando de jalar su cabello y Scorpius jugaba a esconderse de ella

Rose lo miraba a la distancia, hacía muchos meses no lo veía reír así, parecía él mismo otra vez. Envidiaba a Jane que ahora estaba en sus brazos y tocaba su cara y jalaba su cabello, además el chico besaba sus mejillas y luego fingía que la dejaba caer. La niña estaba sumamente divertida.

Ginny se acercó discretamente a Rose

— Creo que funcionó — y le guiñó un ojo a su sobrina. Eso le dio esperanzas a Rose.

Finalmente se despidieron de Ron y los Potter y se fueron con Hermione hacia donde Draco miraba a Scorpius jugar con Jane

— Hey mandragora ¿ya me olvidaste? — Hugo llegó y Jane lo miró por un segundo, luego rio y escondió su cara en el cuello de Scorpius — Traidora — le dijo al oído haciéndola reír más

— No te ha olvidado Hugo, mira — le dijo Hermione señalando la carreola, donde estaba la bufanda de Hugo, un poco maltrecha, pero era por que Jane dormía con ella todos los días y la llevaba a todos lados. Jane le sonrió y luego se volvió a esconder en Scorpius.

Hermione y Jane se desaparecieron primero junto con Draco y Scorpius, dejaron a la pequeña con él y volvieron por los pelirrojos. Ya estaban todos ahí y el ambiente era mucho mejor que en verano. Rose y Scorpius no hablaban entre ellos, pero al menos no estaban peleando, se ignoraban amistosamente. Además Jane puso mucho de su parte para aligerar el ambiente.

Por fin se sentía paz en esa casa donde hubo tanta tensión últimamente.

Scorpius y Hugo jugaban ajedrez mágico en el jardín y Rose leía, en la sala. El partido terminó por fin y Hugo entró en la casa. Rose observó desde la ventana que Scorpius se acostó en el pasto y se quedó dormido. Cuando ya era hora del té, Rose caminó hacia él, pudo mandar un elfo pero quiso acercarse ella misma. Odiaba estar así con él. Pero no sabía cómo dar el paso. Se acercó y se arrodilló a su lado iba a tocarlo para despertarlo, pero algo lo sobresaltó y tomó su mano incorporandose de repente

— Ah, Rose, lo siento, ¿qué ocurre? — dijo desperezándose — ya estoy despierto no hay necesidad de que me tires agua

— ¿Eso fue una broma? Wow...

— No fue broma, sólo trato de no pescar un resfriado — le dijo sonriendo de lado

— De cualquier forma... Sólo quería decirte que es hora del té

— Ah... Podías haber mandado un elfo a avisar — dijo bajando la mirada

— Sí... pero quise hacerlo yo

— ¿Por qué? — preguntó levantando nuevamente la mirada

— Es que hace mucho que no hablamos — murmuró sonrojada

El chico suspiró

— Scorp... ¿Crees que algún día podrás escucharme?

Él la miró unos segundos, sintiendo como su corazón se aceleraba. Sintió un calor salir de su pecho y recorrer todo su cuerpo. Un trueno se oyó a la distancia

— Averigüemos

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