Y ahí, en medio del campo de quidditch, rodeados por sus compañeros de equipo, observados por todo Ilvermorny, las escuelas y padres invitados, ellos se besaban. Todo y todos desaparecieron de sus mentes, de sus sentidos, para ella, sólo estaban las heladas manos de Scorpius en sus mejillas, sus fríos labios acariciando los suyos, su olor a menta y hierbabuena colándose por sus fosas nasales. Sin pensar, sólo sintiendo, brincó de su escoba a la de él, quedando sentada en su regazo y rodeando el cuello del chico con sus brazos, él bajó una de sus manos a la cintura de ella, para sostenerla mejor. Ambos, ajenos a todo el ajetreo que había a su alrededor.
Los primeros en darse cuente de lo que ocurría fueron evidentemente sus compañeros, fue raro ver a Rose moverse de su sitio en el que observaba el espectáculo de fuegos artificiales para colocarse al lado de Scorpius Malfoy. Pero el show con fuegos artificiales era tan impresionante, que sólo lo siguieron mirando, pero de repente, en un súbito movimiento, Rose brincó de su escoba a la de Scorpius, mientras se besaban. Nadie pudo evitar emitir sonidos de exclamación y aplaudir ante la escena. Absolutamente todos en Hogwarts sabían que Scorpius se moría por Rose, pero de igual manera, todos sabían que ella lo odiaba. A muchos les hacía gracia, a otros les daba pena por el chico que parecía no perder su entusiasmo por la orgullosa pelirroja que no cedía ni un poco ante los esfuerzos del rubio... al menos no aparentemente... pero nadie podía negar que las acciones del chico del día de hoy habían sido heroicas y sumamente románticas, del tipo que normalmente una chica no resistiría, aparentemente, ni siquiera Rose Weasley.
El alboroto llamó la atención en las tribunas. Los chicos de Ilvermorny se unieron al griterío y los aplausos de los chicos Hogwarts. Las acciones de Scorpius habían arrancado suspiros a lo largo y ancho de todas las gradas. Las chicas Ilvermorny, al igual que todos los presentes, notaron que Scorpius había estado preocupado por Rose todo el partido, afectando su desempeño, pero que ante el peligro inminente de su chica, había hecho una jugada que había al mismo tiempo evitado el daño hacia ella y les había dado el partido. Además, viéndolo bien, el chico era guapo. Las fans de Scorpius suspiraron además por el atrevimiento del rubio de besar a su chica ahí frente a todo mundo y haciendo un espectáculo aún mayor de ellos mismos que de la celebración del campeonato. Los chicos admiraban a Scorpius, por haber tenido la calma de en un segundo planear la jugada que había salvado a su chica y ganado el campeonato. Además, era un atrevimiento enorme besar así a una chica como Rose Weasley, hermosa y orgullosa, además de letal. Una fría mirada de la pelirroja había disuadido a muchos chicos de acercarse a ella siquiera, así que el rubio debía tener mucho valor debajo de esa facha de niño inocente.
Por último, estaban las reacciones de los padres, y ahí si había de todo un poco: Ron había abierto los ojos como plato, soltó un par de maldiciones al tiempo que buscaba entre sus ropas su varita, al mismo tiempo, Harry y Ginny que estaban a su lado, habían sonreído y lanzado una exclamación al igual que todos en las gradas, pero al segundo se dieron cuenta del peligro, se lanzaron sobre Ron que ya apuntaba a los chicos con su varita y lo abrazaron para calmarlo, Harry pudo quitarle su varita. Ron no lo había podido evitar. Lloraba de rabia y frustración, y luego ya no sabía por qué lloraba. Era evidente para todos que lo que estaban presenciando no era fruto de hormonas alborotadas ni de calentura adolescente, ni de la fiebre del momento, era evidente que era amor. Aún no estaba seguro como sentirse al respecto.
Hermione había ahogado un grito por la sorpresa, estaba sumamente conmovida, al punto de las lágrimas, pero en un segundo, se había dado cuenta que Ron forcejeaba con Harry y Ginny, había estado a punto de intervenir, pero ya Harry le había quitado la varita a Ron y ambos lo abrazaban fuertemente, dándole apoyo, consuelo y a la vez, previniendo cualquier acción de su parte. Así que Hermione puso su cabeza en el hombro de Draco y ambos miraron conmovidos la escena que sus hijos protagonizaban.

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Scorse
Hayran KurguElla se niega a aceptar sus sentimientos. Él no se lo pone fácil, está decidido a conquistarla. ¿Podrá más el amor o los viejos prejuicios? NOTA: Este fanfic continua después del final de mi fanfic llamado Dramione, no es una continuación como tal...