Scorse

Ilvermorny

Después de su plática con Draco, Rose fue a entrenar, luego fue a la biblioteca a revisar un par de cosas para su tarea. Se había quedado hasta tarde, pero ya iba caminando por el pasillo, y decidió entrar al baño. Nada más entrar, escuchó un sollozo. Ella no era empatica como Hermione, no sabía consolar a la gente, quería irse pero entonces escuchó

— Hanna no llores

¿Hanna? ¿Por qué lloraba?

— ¿Qué ocurrió? ¿Ya hablaste con Scorp?

— Sí

A Rose la recorrió un escalofrío

— ¿Y qué te dijo? ¿Qué le dijiste?

— Yo estaba acobardandome ¿sabes?, desde que falló el plan de San Valentin, creí que quizá no era el mejor momento, pero ya no quería esperar más, tenía que hablar con él, decirle la verdad, lo esperé hoy a la salida de la práctica de quidditch, y le confesé todo, que lo de san Valentin había sido una trampa, que el plan era para que ustedes nos dejaran solos y poder decirle que yo había estado enamorada de él desde siempre, que habíamos planeado lo del castigo en 4to año para conocerlo, que me dolía verlo sufrir por Weasley, que yo lo quería y si me daba una oportunidad yo lo haría olvidarla, pero... Él dijo que no, que no podía hacerlo, que me quería pero que no tenía caso darme falsas esperanzas, y luego yo... Lo bese

Helga ahogó un grito, Rose también pero habían estado tan sincronizadas que no lo notaron

— Hanna... Y ¿que hizo?

— No... No me correspondió, me dijo que lo sentía, pero que no podía, Helga, lo he perdido... — y sollozó con fuerza

— Tranquila, no puedo creer que te atrevieras, eres muy valiente Hanna, si él no supo apreciarte es un ciego y un idiota, un día se arrepentirá, tu eres una gran persona, si no fue él el indicado, encontrarás a alguien mejor, ya lo verás

— No quiero a nadie más ¿por qué no me quiere? Yo lo quiero, puedo hacerlo feliz, nunca lo trataría como Weasley, no es justo...

Rose no podía seguir escuchando. Se fue de ahí. Directa a su recámara. Pensó en todo lo que había escuchado, compadeció a Hanna. Pero le había molestado que ella había dicho que lo haría más feliz que ella. Albus también pensaba lo mismo. En el fondo, estaba feliz de que él la hubiera rechazado.

Los días siguientes observó que las Hufflepuff ya no se juntaban con Albus y Scorpius. Todos se veían tristes, hasta Scorpius.

— ¿Estás celosa Rose? — se preguntó — tuvo que reconocer que sí le molestaba que el rubio extrañara a la chica, era tonto porque ella era su amiga, pero sí le molestaba...

Los meses siguientes pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Por fin llegó el gran dia, aquel por el que tanto habían trabajado. Viajarían a Estados Unidos por traslador. Había muchos alumnos que habían ido a despedirse de ellos, y a desearles suerte.

Entre esos alumnos dos chicas Hufflepuff cuchicheaban en la multitud. Buscaban a alguien con sus ojos. Y de repente lo encontraron. Scorpius y Albus venían caminando hacia el punto donde estaba el traslador.

Helga empujó a Hanna, como dándole valor, como obligándola a actuar, ella salió al encuentro de los chicos dando trompicones por la fuerza que su amiga usó para empujarla hacia ellos