Cambios de opinion y un trato

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Scorpius se apareció en la mansión Malfoy, sollozaba sin poder parar, y con paso tembloroso se dirigió al despacho de su abuelo. No tocó a la puerta, la abrió y encontró a Lucius leyendo, con el ruido de la puerta levantó la cabeza molesto, no le gustaba que lo interrumpieran, pero se sorprendió mucho de ver a su nieto ahí y en ese estado

— Abuelo

— Scorpius, ¿qué te ha pasado? — le dijo Lucius incorporándose

— ¿Puedo quedarme aquí? Por el resto de las vacaciones

Scorpius lloraba y temblaba, pero le estaba dando a Lucius en bandeja de plata lo que quería

— Claro, esta es tu casa, pero ¿qué ha pasado? ¿Dónde está tu padre?

— Gracias abuelo, otra cosa, haré lo de la fiesta, para lo del compromiso, ese que quieres hacer con familias de sangre limpia, lo haré, pero no debes dejar que mi padre me lleve, no lo dejes, no quiero ver a nadie, iré a mi habitación

Y sin darle oportunidad a Lucius de decir nada más, se fue. Lucius se quedó pensativo, ¿qué pudo haber pasado para hacer cambiar de opinión al chico de manera tan radical?

La respuesta no tardó en llegar. Lucius escuchó gritos y golpes en una puerta. Salió de su despacho, se dirigió a las recámaras, afuera de la habitación de Scorpius, Draco aporreaba la puerta y le gritaba que saliera.

— Hijo, no servirá de nada, deja al chico, tenemos que hablar

— No quiero hablar contigo, abre la puerta, me llevaré a mi hijo

— Él no quiere irse

— ¡Ja! ¿Y qué pasó con eso de hacer lo mejor para los hijos aunque no lo entiendan?

— Si tú hubieras visto el estado en el que regresó no creerías que es lo mejor llevártelo, no se que ocurrió Draco, pero el chico estaba muy mal, vamos, hablemos un momento

— No me apartaré de aquí, quieres hablar, te escucho

— ¿Qué le pasó?

Draco suspiró y dijo

— Un malentendido con Rose

— Quiere hacer lo del compromiso

— Sabes que no lo permitiré

— Lo sé, pero al menos permite que se quede, le hace falta calmarse, tú no lo viste

— Yo conozco a mi hijo, no hace falta haberlo visto

— Entonces sabes que tengo razón, no sé que clase de... Malentendido haya tenido con la chica Weasley, pero algo cambió en él, su mirada ya no es la misma, él ya no es el mismo, debió ser grave

— Lo fue — Draco se sentó con la espalda apoyada en la puerta — lo voy a esperar a que salga

— ¿Por qué no vas a tu recámara?, estarás más cómodo

Draco sólo lo miró, conjuró su manta y se tapó con ella e ignoró a su padre. Lucius suspiró cansado

— Está bien, como quieras, buenas noches — y se fue a su recámara

Draco conjuró un patronus

— Hermione, Scorpius está con mi padre, dice que está muy mal y le pidió hacer lo del compromiso, se encerró en su habitación y no quiere hablar conmigo, voy a esperarlo aquí, toda la noche y todo el día si es necesario. Te amo, besa a Jane por mi — y el patronus se fue.

Rose abrió los ojos la mañana siguiente. Sentía sus párpados hinchados, sería a causa de todo el llanto de la noche anterior. Al parecer, aún no había acabado de derramar lágrimas. Nada más recordar los terribles sucesos de ayer, volvió a llorar. Entonces recordó que no habían tenido noticias de Scorpius y se levantó, quizá ya sabían algo. En ese momento escuchó voces en la parte de abajo, era la voz de Hermione. Muy despacio se levantó de su cama y abrió la puerta, escuchó:

— ¿Ya tienen noticias del mini hurón? — Ron no podía dejar sus resentimientos ni por esta ocasión

Hermione suspiró fastidiada

— Sí Ronald, Scorpius está en la mansión Malfoy. Recurrió a Lucius para que lo dejara quedarse a cambio de ceder a las pretensiones de Lucius

— ¿A qué pretensiones te refieres? — era la voz de Ginny

— El día que Scorp regresó de Hogwarts, Lucius fue a verlo. Al parecer, Scorpius es de los pocos magos jóvenes de sangre limpia que quedan en su estupido registro, Lucius quería hacer un compromiso con alguna familia, como el que hizo para Draco y Astoria en su momento.

— ¡Merlin! Hay gente que no aprende — dijo Ron con la boca llena

— Draco se negó por supuesto, y lo echó de la casa, pero al parecer Scorp ha hecho un trato con él ahora

— ¿No crees que actuó de manera muy impulsiva? — dijo Ginny

— Sí, desde luego, pero ponte en su lugar, el chico tiene roto el corazón

A Rose se le rompió más el suyo nada más oír esa reflexión. Las lágrimas caían sin cesar de sus ojos

— Draco está allá ahora, no quiere moverse de ahí sin hablar con Scorp, espera poder hacerlo entrar en razón

— ¿Y qué pasa si se niega? — preguntó Ginny

— Bueno — Hermione tragó saliva — Merlin nos ampare que el chico quede atrapado en manos de Lucius Malfoy

De vuelta en la mansión Malfoy, Draco seguía sin moverse de la puerta de Scorpius, por la tarde ese día escuchó que la puerta se movía y se incorporó

— Papá — le dijo un muy ojeroso Scorpius — ¿qué haces aquí?

Draco abrazó a su hijo, pero este no se movió

— Scorp, ven conmigo por favor, no dejes a Lucius meterse en tu cabeza

— Lucius no tiene nada que ver. Sé que me consideras incapaz de tener mis propias ideas, pero la verdad es que yo quiero estar aquí. Necesito reflexionar en paz, estar sólo, pensar que quiero hacer de mi vida. ¿Sabes? Tú tenías razón. Yo no sé que quiero de mi vida, no he considerado mi futuro, ya no sé ni quién soy o más bien, nunca lo he sabido, sólo que hasta ahora me doy cuenta. Sólo te pido eso, dame tiempo, dame espacio, lo necesito

— Entiendo todo eso, pero tendrás tiempo y espacio para reflexionar todo lo que quieras en casa no quiero dejarte aquí, eres mi hijo y además no confío en Lucius, él se aprovechará de ti ahora que estás vulnerable

— ¡Ja! Vulnerable... Vulnerable era cuando no podía ver más allá de mis narices, cuando creía que el mundo era rosa y que todo lo podías lograr con una buena actitud, siendo un héroe

— Es que eso es verdad Scorp, no dejes que un malentendido te haga pensar que no sabes quien eres, dudar de tus valores

— Yo no dudo... Yo sólo creo que lo estaba viendo de una perspectiva equivocada... Padre, esta es mi decisión. Nunca te he pedido nada... Tú le dijiste a Lucius que confiabas en mi, ¿le mentiste?

— No

— Entonces déjame. No confías en Lucius, pero confía en mi

— Scorp, no dejaré que por despecho hagas una tontería, lo del compromiso que Lucius quiere arreglar, no lo permitiré

— No importa, haz lo que quieras, sólo déjame aquí ¿sí?

Draco lo miró por un momento, el chico tenía un aspecto terrible, ojeroso, pálido, (más de lo normal) además notó su mirada fría y vacía, sin esa chispa tan característica de él, su corazón se encogió un poco y pensó que quizá forzarlo a convivir con la culpable de su estado no era lo mejor... tomó una decisión, con todo el dolor de su corazón pues sabía que arriesgaba mucho al dejarlo en las garras de Lucius

— Está bien. Te quedarás. Toma el tiempo que necesites, sabes donde encontrarme y espero que acudas a mi y no a Lucius antes de tomar cualquier decisión ¿lo harás?

Scorpius lo miró por unos momentos en silencio antes de contestar

— Está bien. Adiós padre — volvió a su habitación y cerró la puerta.

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