Me removí incómoda en mi cama, una luz cegadora entraba por la ventana haciéndome sentir agobiada, solté un suspiro frustrado mientras tapaba con mi brazo mis ojos en un vasto intento de poder seguir durmiendo, pero me fue imposible. Anoche llegué tan cansada de mi coronación que ni me di cuenta de correr la cortina, "muy bien Kelly, sigue así" dijo mi loba sarcástica, giré los ojos y frustrada enterré mi cabeza en la almohada, con esa actitud no ayudaba. Levanté mi cabeza y un exquisito olor a canela inundó mis fosas nasales, con una sonrisa giré mi cuerpo y me encontré a Nathan durmiendo plácidamente aferrado a la almohada, no sé cómo consigue dormir con toda esta luz, una sonrisa traviesa apareció en mi rostro, si yo me tuve que despertar el también lo haría.
Con cautela y muy despacio me puse de rodillas y gateé hasta estar lo bastante cerca, observé cómo una sonrisa divertida apareció en su rostro y en menos de que pudiera decir, ¿qué?, él ya se había colocado encima mío, estaba atrapada, oí cómo se reía al ver mi cara de confusión, me maldije a mí misma por no haberlo visto venir.
- Vaya con que la marmota se levantó juguetona hoy, lo fulminé con la mirada, se estaba riendo de mí, pero oh no, esto no quedaría así. - Quizás, marmotita, ¿quieres jugar a un juego muuy divertido?. Dijo mientras hacia círculos con su dedo en mi vientre, mi cara se tornó de rojo pero rápidamente sacudí ese sentimiento, no iba a permitir que él ganara. Solté un bufido y rodé mis ojos, ciertamente era un ímbecil cuando se lo proponía. Le sonreí falsamente y con un rápido movimiento de mis piernas, lo tumbé y me coloqué sobre él. Le dediqué una mirada triunfante mientras él me la dedicaba pero sorprendido, me acerqué lentamente a su oido de forma provocativa.
- Tal vez el que quería empezar seas tú, ¿me equivoco?, le dije de forma provocativa lo que hizo que se estremeciera bajo mi cuerpo, ahogué una risa y continué. - Debes cuidar tus palabras porque podrías... Arrepentirte, dije haciendo una pausa, me levanté lentamente y al mirarlo ví que estaba levemente sonrojado, ahogué una risita, que lindo era sonrojado.
- Touché, dijo sonriendo aún sorprendido, no lo soporté más y estallé en carcajadas limpias, me levanté mientras limpiaba algunas lágrimas que se habían escapado de tanro reir y me dirigí al baño. Me pequé una ducha rápida de agua caliente, al salir me coloqué una toalla y salí pero Nathan ya no estaba. Suspiré decepcionada, ¿por qué no estaba? Inconscientemente había hecho un puchero, lo eliminé rápidamente y comenzé a reir ante mi actuación infantil.
Decidí ponerme un precioso vestido color coral, tenía unas finas asillas y era ligeramente apretado hasta cintura donde suavemente caía hasta mis rodillas, en la parche del pecho tenía unos encajes de flores, sencillamente precioso. Peine mi liso pelo negro y coloqué la corona, dí vueltas en el espejo observando mi reflejo, aún no podía creer que fuera la reina... Las imagenes de la coronación pasearon en mi cabeza y una sonrisa apareció en mi rostro inconscientemente pero ests se borró rápidamente al final recordar lo sucedido en la entrada del bosque anoche, enseguida miles de preguntas rondaron mi cabeza, tenía que investigar y empezaría hoy. No me puse tacones ya que pensaba ir al bosque asi que me coloqué unas bailarinas iguales al vestido, un último vistazo al espejo y salí al pasillo. Capté el olor de Nathan que se dirigía a una parte de la casa desconocida para mí, con curiosidad seguí su rastro, al llegar a unas puertas blancas el olor de Nathan se hizo más fuerte, una sonrisa apareció en mi rostro y fui a entrar cuando escuché que estaba manteniendo una conversación con alguien.
- Beta...¿estás seguro? Sonaba serio y preocupado.
- Sí alfa, captamos su olor en el bosque. Dijo preocupado, ¿de quiénes están hablando?.
- Bien, hay que atacar esta noche, quiero reforzar seguridad aquí que tres de tus mejores guardias se queden aquí cuidándola, no voy a dejar que le pongan un dedo encima, no de nuevo. Noté tristeza en sus tono y mi corazón se estrujó. - A los demás os quiero en la entrada del bosque. Dijo recuperando la compostura.
- Pero alfa... Ella es "Luna Dorada", debe ir, es su destino. Dijo en tono temerario. - Además Nathan... Sabes que es una testaruda por naturaleza y aunque le dejes veinte hombres cuidándola escapará. Dijo ahora en tono preocupado.
- ¡Pues que sean treinta los hombres que se queden!, dijo alterado, me empezaba a molestar que me tratara cómo si no pudiera defenderme.
- ¡No seas idiota!, sabes perfectamente que no puede ser, debes elegir si dejas que venga con nosotros y afronte su destino o que escape y lo enfrente sola. Dijo en un tono más alto, el aire se notaba tenso y yo empezaba a cabrearme.
- Bien Mitch, ella se quedará no hay más que discutir, no pienso ponerla en riesgo de nuevo. La rabia se apoderó de mí, ¿cómo podía pensar que no podía defenderme sola?, entonces su beta habló de nuevo.
- Estás siendo un crío, ella demostró ser fuerte, ¿o has olvidado que ella sola acabó con los dos hombres más fuertes de los cazadores?, eso me calmó un poco, al menos alguien lo había notado.
- Sí, Mitch, ¿y tú olvidas que casi muere envenenada?, dijo alterado, eso me dolió, sabía que había sido descuidada pero soy fuerte y salí de esa.
- Nathan, ella es la loba más fuerte del reino, sin ella estamos perdidos, recapacita. Rogó el llamado Mitch, mis ojos brillaron con cierta alegría al saber que al menos él creía en mí.
- ¡Silencio! Esta será mi última palabra, ella se quedará aquí así como si tengo que encerrarla, he dicho. Dijo frío y seco, ahora sí me había enfadado noté cómo la rabia y la furia se apoderaron de mí, mi vista se nubló para después agudizarse, mis ojos habían cambiado, sabía que me debía controlar, que no debía transforme teniendo la rabia como control, pero mi cerebro no respondía, había tocado mi orgullo y el de mi loba y no lo íbamos a permitir. Salí corriendo al tiempo en que oí unos pasos acercarse a la puerta, me deshice del vestido y de las bailarinas y me transformé, ignorando las miradas atónitas de rodos me dirigí al bosque, necesitaba paz y tranquilidad para controlarme.Tras lo que parecieron horas corriendo llegué a un hermoso lago el cuál jamás había visto, paré mi carrera y metí el hocico en el agua para beber agua, poco a poco sentí cómo mi cuerpo se refrescaba. Me alejé un poco de la orilla y me tumbé en el verde pasto, levanté mi hocico y dejé que los rayos del sol acariciaran mi negro pelo, abrí los ojos y observé mejor aquel hermoso lugar.
Ante mí se extendía un pequeño lago de aguas cristalinas, en las cuales se observaban en el fondo las rocas con musgo y pequeños peces de colores nadando de acá para allá. Pequeños renacuajos danzaban en el agua siguiendo, algunos, a los peces, subí mi mirada y me fijé en que encima de unso nenúfares se encontraban pequeñas ranitas croando una melodía desconocida pero hermosa y graciosa a la vez, a ellas se unieron pequeños pajaritos de colores vivos con su dulce canto mientras saltaban de rama en rama, el espectáculo que estaban dando era realmente hermoso. Una ligera brisa sacudió las hojas de los árboles, haciendo que sonara una hermosa melodía que inundó mis oidos, una sonrisa apareció en mi rostro al notar la armonía y la paz que desprendía este lugar, levanté el hocico y llené mis pulmones con el aire de este lugar, miles de exquisitos olores estallaron en mis fosas nasales haciendo que me sientiera más viva, tenía que traer aquí a mi pequeño pelirrojo. Mi loba ronroneaba feliz, era cómo si todo esto fuera nuevo para ella, y cómo si de un cachorro me tratase me lanzé al lago y comenzé a chapotear y a seguir a las ranitas, quiénes huían despavoridas. El ruido de una rama al romperse hizo que todos mis sentidos se pusieran alerta, mis músculos se tensaron y me puse en posición, preparada para atacar. Salí cautelosamente del agua y me acerqué poco a poco al lugar proveniente del ruido, salté detrás de los arbustos y... ¡zás! Lo atrapé, mi loba ronroneó feliz, me levanté para ver qué era lo que había atrapado y casi me caigo de culo al observar que habíamos atrapado una roca, ¡una asquerosa roca!.
- Buena caza loba, el mundo se ha quedado libre de... una roca, le dije con sarcasmo a lo que ella me respondió con un gruñido, quería reirme porque eso había sido patético pero no quería enfadar a mi loba. Me levanté del suelo y volví al precioso lugar, menos mal que no había nadie con nosotras porque entonces sí habría sido vergonzoso. Me acosté sobre la hierba, se sentía fresca y notaba cómo mi pelaje húmedo se secaba poco a poco con las dulces caricias del Sol, en un momento cerré los ojos y noté una mano tocar mi lomo, asustada me levanté y miré a todos lados pero no había nadie, vale, eso había sido extraño. Levanté el hocico y busqué un olor que no perteneciera al lugar, pero era muy débil, aún así conseguí relacionarlo con el olor que capté anoche.
- Debes volver a la mansión, pequeña, no es seguro que estés sola aquí. Una voz masculina sonó en mi cabeza, sonaba dulce y preocupado, ¿pero qué?.
- Loba, ¿quién es?, pregunté confundida pero ella solo gimió de felicidad. -Ah vamos respóndeme, no seas impertinente, dije molesta, me sacaba de quisio.
- No lo sé Kelly, pero me pone muy feliz escuchar su voz, siento que la conozco y que tú también, pero no consigo recordar, dijo sincera, suspiré cansada y decidí hacerle caso y volver, el hambre comenzaba a hacerse notar.
- Apúrate Luna Dorada, ellos están cerca. Volvió a sonar esa voz en mi cabeza, esta vez decidí empezar a correr, no quería averiguar de quién estaba hablando, sin perderme llegué rápidamente a la mansión, oí a kilómetros voces y capté muchos olores, uno de ellos muy conocido para mí, decidí ignorarlo y entrar en la casa, esta noche iría con Nathan, le guste o no.
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Bajo la luz de nuestra Luna #SinsajoAwards #EditoriaalAwards(Sin Corregir)
WerewolfKelly es una chica de 15 años que sueña con ser libre, a los 10 años de edad es obligada a convertirse en la sirvienta de su propia familia tras la muerte de su abuela, la única que la protegía y amaba sin condición. Sus padres se niegan a reconocer...