Cap 32

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Tras habernos terminado de vestir, Marta y yo nos dispusimos a dar un paseo por la manada. Marta estaba ensimismada mirándolo todo, desde las cabañas de la manada, hasta los pequeños que correteaban de un lado a otro. Yo en cambio estaba sumida en mis pensamientos mientras observaba todo lo que me rodeaba, estaba preocupada. Mi mirada viajó lentamente entre todas las cabañas mientras pensaba en cómo podría protegerlos, ¿Y si algo salía mal? Ese mal presentimiento no abandonaba mi cabeza y, en consecuencia, sentía una presión en el pecho que amenazaba con ahogarme, debía protegerlos, ahora eran mi familia y, para ello, debía despertar el poder de Marta. Dirigí mi mirada hacia ella quien sonreía a los niños que se acercaban a saludarnos, un niño de no más de siete años se acercó, junto con otro chico un poco mayor, a nosotras.

- Hola Luna. - Dijeron a l unísono mientras hacían una pequeña reverencia, les sonreí un poco avergonzada, todavía no me acostumbraba a aquel trato. El pequeño, de cabello castaño y ojos color miel se acercó a mí y, con un gesto, me hizo agacharme hasta quedar a su altura.

-Luna, ¿Quién es la chica que está junto a ti? - El pequeño miraba a Marta con desconfianza, le dediqué una sonrisa para tranquilizarlo.

- Ella es Marta, mi mejor amiga. - El niño desvió su mirada hacia mí mirándome con extrañeza, en ese momento un extraño olor a hojas secas y vinagre, arrugue la nariz al instante.

- Pero Luna, es que ella huele raro, ¿No la hueles? - Me susurró al oído, mordí mi labio inferior con preocupación y dirigí mi mirada hacia Marta, quien, con disimulo, se olía las axilas y las manos. Fue entonces cuando el otro niño se acercó a mí.

- Luna, estamos en peligro, ella tiene un gran poder dormido en su interior. - Lo miré con extrañeza, ¿Cómo podía el saber eso?

- ¿Cómo lo has sabido? - El niño elevó un poco la comisura de sus labios, lo miré confusa. - Pero escúchame cariño, ella no es peligrosa. - Él negó con la cabeza.

- El poder es muy fuerte y peligroso, la cosumirá a la primera oportunidad. - Trague un nudo y miré a Marta, ¿Quién era aquel niño?

- ¿Quién eres tú?

- Mi nombre no importa, solo recuerda mis palabras. Adiós, mi pequeña Luna. - Y tras decir esto, el niño se desmayó, lo agarré antes de que tocara el suelo.

- Ei, ¿Estás bien? - Apurada, le apartaba el pelo de la frente mientras lo zarandeaba un poco, entonces, el niño comenzó a recobrar la conciencia.

- Hola Luna, ¿Qué hago en el suelo? - Estaba confuso y desorientado, lo miré preocupada y lo ayudé a levantarse.

- ¿Recuerdas algo? - Me miró arrugando la frente y negó.

- Lo único que recuerdo fue estar jugando y después... Todo está negro. - Miré a Marta y esta arrugó la frente en señal de que no entendía nada,  coloqué el pelo del pequeño y le sonreí de manera tranquilizadora.

- Bueno cariño, no te preocupes, pero la próxima vez ten cuidado, te podrías hacer daño. - Asintió y se fue junto con el otro niño a jugar, solté un suspiro y comencé a caminar seguida de Marta, ¿Qué acababa de pasar?, ¿Acaso el niño estaba poseído?  Un escalofrío recorrió mi espina dorsal, ¿Quién podría haber sido?

Tras varios minutos llegamos a un punto alejado de la manada, nos habíamos adentrado en el bosque y, tras unas enredaderas que caían en forma de cascada, se encontraba un pequeño lago en el que desembocaba una pequeña cascada. Olí el perímetro pero no percibí nada, así que en teoría, sería seguro. Me senté en el césped seguida de Marta, permanecimos así, sentadas y calladas mientras mirábamos el agua caer en el lago hasta que Marta rompió el silencio.

Bajo la luz de nuestra Luna  #SinsajoAwards #EditoriaalAwards(Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora