Cap 30

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Maratón- 1

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       Ríe y el mundo reirá contigo, llora y el mundo, dándote la espalda, te dejará llorar.
                        
                                      Charles Chaplin.

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Una suave brisa acarició con suavidad mi rostro, sin abrir los ojos palpo con mis manos la húmeda superficie en la que me encuentro y arrugo la frente al notar que lo que estoy tocando es césped. Abro los ojos y me incorporo rápidamente, a mi alrededor miles de altos árboles se alzan majestuosos dejándome a mí en el centro de aquella belleza natural. Miro desorientada el hermoso lugar, ¿Dónde estoy?, hace un momento me encontraba en la cama con Nathan... Ay Luna mía, a mi mente acudieron las imágenes de lo ocurrido y mis mejillas se calentaron de manera sobre natural.

Me levanto con dificultad y observo que llevo un hermoso vestido negro, acaricio con las yemas de mis dedos la suave tela de la falda del vestido, ¿Qué está pasando?, ¿Dónde estoy?, unos pasos se escuchan trás de mí y sobresaltada me giro brúscamente, pero allí no hay nadie.

- ¿Hola? Pregunto tímida, pero no hay respuesta. Claro Kelly, seguro que si alguien te está acechando te va a saludar y a invitarte a tomar el té. De nuevo unos pasos se escucharon, pero esta vez, en la dirección opuesta.

- Hola cariño... Como si la ligera brisa que corría por el lugar hablara, esas palabras llegaron a mis oidos, me giro léntamente y me encuentro con una hermosa mujer de largo cabello negro y cálidos ojos azules. Me acerco lentamente mientras ella abre sus brazos en señal de abrazo, me paro en seco y estudio su rostro. Sus ojos me miran con cariño y dolor, su pelo negro cuál seda cae en cascada por sus hombros... Inconsciéntemente llevo una mano a mi cabello y observo que es igual, bajo mi vista y en su delicado cuerpo cuelga un hermoso vestido igual al mío, sólo que el suyo es blanco.

- M...¿Mamá?. Pregunté con dificultad, parecía una diosa, tan delicada y femenina, pero con una aura poderosa... Definitivamente me recordaba a una diosa, ella asintió levemente mientras dibujaba una sonrisa en su rostro.

Mis pies se mueven involuntariamente hacia ella y cuando estoy a escasos centímetros me lanzo a sus brazos, aspiro su aroma, menta y rosas, y cierro los ojos. Es entonces cuando mi cabeza hace un 'clic' y mis ojos se llenan de lágrimas, es mamá, está aquí. Sin poder controlarlas, las lágrimas resbalan por mis mejillas y flaquean mis piernas, mamá se agacha sin soltarme y caemos delicadamente en el césped.

Siento los dedos de mamá acariciar mi pelo y ese gesto hace que mis sollozos aumenten, hacía mucho tiempo que necesitaba este gesto de seguridad, de cariño, siempre había soñado con este momento. Levanto la cabeza lentamente y mamá deja un beso en mi frente, cierro los ojos y me concentro en la calidez de sus labios y en la sensación de estos sobre mi piel, siempre me había preguntado cómo sería sentir esto, ahora ya lo había averiguado.

- ¿Por qué mamá?, ¿Por qué nos separaron?. Mi voz salía débil y entrecortada gracias a los pequeños espasmos que daba mi pecho para recuperar el oxígeno gastado al llorar, un nudo se formó en mi garganta y la abrazé más fuerte.

- Shh... Tranquila mi noche oscura, todo estará bien, mírame. Levanté la vista hacia sus ojos y su pulgar limpió los restos de las lágrimas que habían recorrido mi rostro. - Escúchame cielo, debo contarte muchas cosas y tengo poco tiempo. La miré confundida y ella sonrió para darme confianza, solté un suspiro y me coloqué a su lado sin soltarla de la mano.

Bajo la luz de nuestra Luna  #SinsajoAwards #EditoriaalAwards(Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora