Cap 20

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Nathan

- ¡Silencio! Esta será mi última palabra, ella se quedará aquí así cómo si tengo que encerrarla, he dicho. Dije seco, mi Beta llevaba media hora intentando convencerme de que Kelly debía ir a la batalla, pero no iba a permitirlo. Entendiendo que no discutiría más, Rober me miró serio y salió de la habitación, al hacerlo un exquisito olor embriagó mis fosas nasales y mi lobo comenzó a gemir de felicidad... -¡Kelly!, chilló entusiasmado mi lobo, corrí hacia la puerta pero no estaba... - Pero si su olor es reciente... Dijo con decepción mi lobo, - Nathan...¿y si escuchó la conversación? Eres muy terco a veces..., encima con ironías. - Pues puede ser... Pero es lo que hay, no me arriesgaré a perderla de nuevo.
Pasé la tarde entre papeles y tinta, dos horas después ya resignado y mareado por el olor de la tinta, me levanté de la silla y me llevé las manos a la sien, "la migraña me matará algún día" dije gruñiendo, en ese momento un olor conocido llegó a mis fosas nasales. Hecho una furia me acerqué a la puerta y la abrí de golpe, ¿cómo se atreve a aparecer por aquí?, al abrirla me encontré con una bella chica rubia que me miró curiosa para después sonreir coqueta.
- Hola de nuevo, querido. Dijo con voz seductora mientras apartaba su pelo para dejar al descubierto el gran escote que llevaba puesto, zorra...
- ¿Qué quieres Steffi? Dije seco, ella sonrió y se acercó más.
- Creo que ambos sabemos a lo que he venido, dijo acercándose aún más y agarrando el cuello de mi camisa, aparté sus manos y dí un paso hacia atrás, en mi cama sólo había sitio para una mujer y esa mujer era Kelly.
- Oh vamos Nathan, ella ni se enterará... La fulminé con la mirada y todo mi cuerpo se tensó, no se iba a rendir y eso lo sabía perfectamente.
- ¡Fuera!, elevé la voz pero ella se cruzó de brazos y me miró desafiante. -¡Ahora!,  de un momento a otro perdería los nervios y no me hago responsable de mis actos, me miró seria y metió la mano en su bolso, de él sacó un pequeño bote de cristal con un contenido azul en su interior, la miré curioso y ella pareció notarlo porque sonrió de una forma malévola. Abrió el bote y derramó un poco de esa sustancia en su mano, susurró algo que no conseguí entender y sopló el polvillo azul en dirección a mi cara, no tardó mucho en rodearme y entrar por mis fosas nasales. Comenzé a toser mientras notaba cómo el polvo se volvía líquido en mi interior y se extendía por todo mi cuerpo.
- ¿Qué es esto? Pregunté casi sin oxígeno, ella amplió su sonrisa y un escalofrío recorrió mi espalda.
- Es un pequeño truquito para que no puedas resistirte a mis encantos, dijo orgullosa, esta tía está zumbada...
- Estás... loca, dije con dificultad a lo que ella estalló a carcajadas, me enfurecí más pero no podía moverme. - Lobo, ayúdame, vamos. Le rogué, pero no había respuesta, notaba cómo se retorcía en mi interior pero no podiamos salir de esta situación y de repente mi mente se desconectó, todo se volvió confuso porque yo veía lo que pasaba a mi alrededor pero no tenía el control de mi cuerpo. -Lobo...¿qué está pasando?, joder estaba sólo, Kelly cariño perdóname... Steffi se acercó a mi y me levantó del suelo rodeándome con sus delgados brazos, los míos se movieron por voluntad propia y la rodearon por la cintura. Oh vamos, esto no puede estar pasando... Pero desgraciadamente eso es lo que ocurría, acercó su fino rostro al mío y unió nuestros labios, mi boca se movió al compás de la suya, pero yo no la podía controlar, me sentía una marioneta. Un dolor muy intenso se instaló en mi pecho y un nombre se pasó por mi mente, Kelly, ay dios mío perdóname. Ya nos encontrábamos sin camisa y me rendí, no podía controlar mi cuerpo... De repente la puerta se abrió dejándome ver a una pálida chica de ojos azules y pelo negro revuelto, estaba muy débil, a penas se mantenía en pié. Al verme cayó de rodillas y soltó un sollozo, mi corazón se paró en ese instante en que la ví tan débil, eso fue suficiente para tomar de nuevo el control de mi cuerpo y lanzar a la rubia lejos e ir hacia mi chica. Pero al acercarme ella me rechazó haciendo que mi corazón se rompiera en mil pedazos en ese instante, oía la risa de Steffi a mi espalda, la mataré lo juro. Acto seguido la delicada mano de Kelly se estampó en mi rostro con una fuerza anormal, después se fue hacia alguna parte no sin antes dedicarme un bonito "púdrete Nathan".
Giré sobre mis talones y me acerqué furioso hacia la rubia que me esparaba ya con la camisa puesta y riendose cómo loca.
- Te das cuenta de lo que has hecho...¡¿Te das cuenta!?, grité desesperado mientras la señalaba con el dedo, ella no paraba de reir y yo ya había perdido la paciencia. Agarré su estúpido bolso y se lo lanzé a su estúpida cara haciendo que soltará un gemido de dolor, la agarré de un brazo y la arrastré hasta la sala principal dónde dos de mis guardias se acercaron a mí.
- Desde hoy, Steffi Clarckson, quedas desterrada de este reino para siempre. Dije con asco, mis guardias la agarraron y me miraron esperando una órden.
- No sabes el error que acabas de cometer, querido, haré de tu vida un maldito infierno. Y me escupió en la cara, tensé mi mandíbula y retiré con asco la saliva de mi rostro.
- Llévensela y... Que reciba un pequeño castigo para que aprenda a respetar. Dije con una media sonrisa, mis guardias sonrieron con diversión y se retiraron llevándose consigo a una muchacha aterrada por su destino, se merecía ese castigo y más, volví a mi despacho y comenzé a golpear todo lo que encontraba a mi paso. -Kelly, Kelly cariño perdóname... Susurré mientras golpeaba la pared, otro golpe más, y otro, y otro más mientras lágrimas de desesperación y frustración rodaban por mi rostro, acabé haciendo un boquete en la pared y me caí al suelo agotado, recargé mi espalda a la pared y sentí el dolor de Kelly en mi pecho, lo siento amor mío, lo siento...

(...)

Otra vez no, esto no puede estar pasando, no puede irse de mi lado... De nuevo Kelly se escapaba de mis brazos y no podía hacer nada. Ignorando el terrible dolor que recorría mi cuerpo la acuné en mis brazos y la elevé mientras hundía mi cabeza en su cuello aspirando su aroma.
- Porfavor Kelly... No te vayas, no puedes irte de mi lado, te necesito. Dije con miles de lágrimas rodando por mis mejillas, sus delicados brazos colgaban inmóviles a los lados de su cuerpo, la estaba perdiendo. - Kelly amor mío, escúchame, siento mucho todo el dolor causado, te amo, te amo más que a nada en este mundo, no puedes irte... Corría lo más rápido que mis piernas me permitían, a mi espalda escuchaba los gritos de Mitch pero no me importaba, mi prioridad era Kelly. Su cuerpo empezó a convulsionar y sangre comenzó a salirle de la boca.
- ¡Kelly aguanta!, pero su cabeza ya no se mantenía quieta sino que colgaba como sus brazos y el reguero de sangre no cesaba. - ¡No, no te vayas!, ya estamos cerca porfavor Kelly, aguanta preciosa..., pero sentí cómo algo se escapaba de mí, seguí corriendo hasta llegar a la mansión.
- ¡Ayuda!, ¡Ayuda porfavor!, una de las ayudantes de la curandera se acercó corriendo a nosotros y examinó a Kelly, gritó algo intelegible a mis oidos y enseguida apareció otra mujer y junto a ella la llevaron a algún lugar.
- Eh, ¡Eh!, ¿Dónde la llevan?, pero me hicieron caso humiso, las perseguí hasta llegar a una puerta que cerraron en mis narices impidiendo que entrara. - Kelly, ¡hermosa aguanta!, grité golpeando la puerta, pero la sensación de que algo importante se escapaba de mí se intensificó y se volvió en un dolor horrible en mi pecho, caí de rodillas al suelo y llevé una mano a mi pecho. - Es... Kelly..., me informó con dificultad mi lobo confirmando mis sospechas.
- ¡Kelly! Grité desesperado, -¡Kelly!... Te amo... Susurré antes de que todo se volviera negro.

Bajo la luz de nuestra Luna  #SinsajoAwards #EditoriaalAwards(Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora