Los primeros rayos del Sol entran a través de la ventana, otra vez se me ha olvidado cerrar las cortinas. Gruño por lo bajo y llevo uno de mis brazos a mis ojos en un intento de tapar la luz, pero ya me he desvelado, suspiro frustrada e intento levantarme pero el brazo de Nathan me impide moverme. ¿Cómo puede ser posible que pueda seguir durmiendo? Es increible... Con cuidado de no despertarle aparto su brazo y coloco un almohada debajo al ver que gruñía.
-Es como un niño pequeño, suspira divertida mi loba, sonrío y le doy la razón. Observo sus elegantes rasgos y casi se me cae la baba, nunca me cansaré de ver su perfecto rostro todas las mañanas... Me doy la vuelta y me dirijo hacia las puertas del balcón, las abro lentamente para no hacer ruido.
- Erick, devuélme eso... Mitch compórtate, ya no eres un niño. Me doy la vuelta al oir su voz y me sorprendo al ver que sigue dormido... ¡Ha hablado en sueños! Tapo mi boca para reprimir mi risa y salgo al balcón cerrando las puertas tras de mí. La humedad me cala los huesos y la fría brisa me abraza haciendo que mi piel se erizara, me abrazo a mí misma y abanzo hasta la barandilla. El invierno se acerca, mi estación favorita pero por lo que he oido es la más difícil ya que no hay tantos animales para cazar asi que nuestro grupo de caza ha estado cazando de más para guardar reservas, me alegra ver que mi reino funciona a la perfección. Me fijo en las casas que forman la manada, todas están colocadas de manera estratégica, hoy mismo iré al pueblo a visitarlo, llevo un mes aquí y todavía no he ido a visitarlo. Aspiro el olor del bosque y algo distinto entra en mis fosas nasales, me pongo alerta y agudizo mi olfato. No es un olor perteneciente al bosque, agudizo mi oido y escucho a alguien correr y un llanto me quiebra los esquemas, siento necesidad de ayudar.
-Mi Luna espero que estés despierta, hay un intruso en el bosque. La voz del Beta de Nathan en mi cabeza me sobresalta, sin importarme el hecho de estar en pijama me convierto y salto del balcón, esto de saltar de lugares altos se me ha hecho costumbre. Caigo perfectamente sobre mis patas y sacudo mi cuerpo, corro en dirección a donde se encuentran mis hombres.
-Informe Mitch, digo autoritaria, todavía me sorprendo cuando me sale esta voz, él asiente.
- Hace unos diez minutos uno de los vigilantes nos alertó de que había notado un olor distinto al del bosque y que le pareció oir pasos, fuimos a la entrada y confirmamos este hecho. Fue entonces cuando le avisé, Luna, espero no haberla despertado. Dice agachando la cabeza, ante mí se encuentran tres lobos, uno color chocolate, otro color vainilla y otro gris con pintas negras.
- No te preocupes, llevaba despierta desde hacía un rato, pero Nathan aún duerme. Digo divertida, miro a los tres lobos. - Ustedes tres vengan conmigo, Mitch tú quédate a controlar a Nathan porque seguro que cuando despierte y no me vea se pondrá cómo loco. Le pico un ojo y él niega con la cabeza.
- Luna debo ir con usted, no puedo dejarla sola. Suspiro y giro los ojos.
- No estaré sola, voy con ellos y con él. Digo señalando con la cabeza a la gran sombra negra que se aproximaba a nosotros, se posa en mi lomo y dirijo mi mirada a Mitch.
- Pero Luna... No lo dejo continuar, sé cuidarme solita a parte de que no iré sola.
- No es una pregunta, Mitch, es una orden. Digo con mi voz autoritaria, no le queda más remedio que asentir no muy convencido y marcharse, suspiro cansada... Odio que me traten cómo si fuera una niña, soy la reina, no soy débil. - En marcha, tengo su rastro, no perdamos más tiempo. Asienten y comenzamos a correr, mi cuervo alza el vuelo y yo aumento mi velocidad.
A medida que avanzamos el olor se intensifica y el llanto se hace más audible, es una mujer, necesito llegar hasta ella. A unos metros de nosotros aparece una mujer de rodillas en el suelo, llora desconsoladamente mientras tapa su rostro con manos temblorosas.
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Bajo la luz de nuestra Luna #SinsajoAwards #EditoriaalAwards(Sin Corregir)
WerewolfKelly es una chica de 15 años que sueña con ser libre, a los 10 años de edad es obligada a convertirse en la sirvienta de su propia familia tras la muerte de su abuela, la única que la protegía y amaba sin condición. Sus padres se niegan a reconocer...