—Bien Onodera-kun, ponte de espalda y respira profundo.
Al igual que un niño pequeño, Ritsu se dió la vuelta en un giro rápido. Estaba sosteniendo una revista en sus manos, mirando fijamente los paraguas de colores impresos en sus páginas.
Miyagi, quien había estado cuidando de Onodera desde que llegó al instituto, todavía no tenía idea de por qué su paciente estaba tan interesado en los paraguas. El médico contó de uno a tres e hizo una señal a Ritsu para que comenzara a respirar profundo. Utilizando su estetoscopio escuchó la respiración del joven. Todo normal. Su presión, su azúcar en la sangre, todo era normal. Todo a excepción de lo que había dentro de su cabeza. Miyagi observó la espalda desnuda del joven y lentamente apoyó la palma de su mano sobre la pálida y suave piel.
—¿Te duele?.
Ritsu simplemente movió la cabeza en señal de negación.
Miyagi posó sus ojos en la espalda de Ritsu, sin duda, tener que ver eso le dolía profundamente. Jamás podría acostumbrarse a eso, le daba miedo y tristeza a pesar de las infinitas veces que ya la había visto.
—Onodera-kun, has estado observando los paraguas desde hace rato, te gustan mucho ¿No es así?—. Preguntó Miyagi, con su mano todavía presionando en la espalda del joven.
Ritsu se rió levemente y se giró un poco para poder ver al médico. Cambió la página de los paraguas y levantó la revista señalando una llanura verde y amarilla.
—Soy yo, Haitani dice que éstos son mis colores—. Después de eso se dió la vuelta y continuó mirando la revista.
Miyagi suspiró, con su dedo lentamente comenzó a trazar la larga cicatriz que iba desde el hombro izquierdo de Ritsu hasta su lado derecho del abdomen. El acto estremeció un poco a Ritsu y comenzó a reír debido a la sensación.
—Miyagi-san, ¡Me hace cosquillas!—. Decía el castaño entre risas.
Miyagi sonrió al chico y le dió una ligera palmada en la espalda.
—Bien, ¡Chequeo terminado! Ya puedes vestirte.
Mientras Ritsu se mantenía ocupado vistiéndose, Miyagi tomaba algunas notas en su carpeta.
[Ayer, dijo que su color era amarillo. Hoy, 16 de noviembre es verde amarelo]
Cerró la carpeta y se hundió en su silla.
Ritsu terminó de vestirse y salió tranquilamente del consultorio. Miyagi se masajeó la sien, sumiéndose poco a poco en sus pensamientos considerando varias cosas. Si sus acciones fueran sometidas al Código de Medicina y Salud Mental, lo que estaba haciendo sería una violación, aunque eso realmente no le interesaba. Había tomado una decisión y siempre se mantendría firme. La creación de Instituto fue solo para proteger a Onodera.
Sé que jamás podré repararlo, pero eso me importa un bledo.
El teléfono sonó haciendo que el médico volviera a la realidad, y su rostro se oscureció ante el nombre que marcaba el identificador de llamadas.
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Takano estaba convencido de que la enfermera con el pecho demasiado descubierto se había estado inclinado a propósito mientras le ayudaba a una anciana a recostarse en la camilla.
—¡Y luego Nobunaga Ieyasu dijo que quería casarse conmigo! Pero no acepté porque él es un noble y yo no soy más que una plebeya—. La anciana hablaba como si de un cuento de hadas se tratara.
La enfermera empujó suavemente a la anciana para recostarla, la mujer tomó el cuello de su bata tirando un poco de la tela y exponiendo aún más la piel. A la enfermera parecía no importarle en absoluto, al contrario, estaba más que feliz.
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Enfermo Mental - Sekaiichi Hatsukoi & Junjou Romantica #SA2017
FanfictionTakano Masamune es un médico psiquiatra que se ha aburrido prácticamente de todo. Cuando se transfiere a su nuevo puesto en un instituto mental, conoce a un particular "médico" llamado Onodera Ritsu. Takano nunca habría pensado que al conocer a Rits...