Apretando los dientes a causa del dolor, hizo todo lo posible para no hacer ruido. Sei contempló el borroso techo antes de cerrar sus ojos. El disparo en la parte baja de su abdomen dio un dolor abrasador, pensó que pronto colapsaría.
"No... todavía no puedo. ¡No después de matar a Yokozawa!"-. Gritó en su mente. Y como un león furioso, volvió la cabeza para mirar a su Jefe, sonriendo como un idiota recostado en el suelo, con ese odiado hombre a punto de matar a Kirishima.
Había estado escuchándolos mientras descansaba su cuerpo contra la pared. Escondiéndose de los agudos instintos de Kirishima, escondiéndose de los ojos de Yokozawa para poder matarlo con facilidad. Respiró profundamente. Con manos temblorosas, levantó su preciosa pistola que le dio el propio Kirishima y apuntó a la cabeza de Yokozawa.
Con una expresión de dolor, los cabellos oscuros enyesados en su frente y con su respiración dificultosa, poco a poco empezó a presionar el gatillo.
-Ahora sé por qué te odio Yokozawa... Eres esa persona-.
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-¡¿En serio Jefe, me está dando esta pistola?!-.
Totalmente desinteresado, Kirishima suspiró y alzó las piernas sobre su mesa antes de cerrar los ojos.
-¿Cuántas veces piensas hacer la misma pregunta? Te estás poniendo irritante...-.
Sei, que estaba sentado en un sofá, maravillado por la vieja pero brillante pistola, corría como un cachorrito emocionado sobre la mesa de Kirishima. Inclinandose, con los ojos brillantes, casi se sentó en la mesa.
-P-pero Jefe... ¡No puedo creer que voy a tener algo tan importante como esto de usted! Sabe que soy su fan número uno... así que esto es como... ir más allá de mi imaginación...-.
Kirishima abrió los ojos con el ceño fruncido y levantó la palma de su mano para apartar la cara de Sei de la suya.
-Mocoso, dejame decirte, que elegiste seguir al tipo equivocado-.
El chico, todavía recuperadose de una guerra de pandillas miró fijamente a Kirishima, de repente deprimido.
-Pero, Jefe... cuando mató a esos pandilleros, era genial. Era como si nadie fuera capaz de detenerlo. Desde ese día, pensé, en querer ser como usted, inmejorable, fuerte...-.
Con una mirada de exasperación, Kirishima se levantó de su asiento, el crujido de su silla giratoria hizo eco bastante fuerte. Caminó lentamente hacia la ventana cubierta por una gruesa cortina y se la corrió, revelando un enorme y rojo, sol poniente. A los ojos de Sei, su jefe parecía estar de luto por algo.
-Es algo que no puedo detener. Una vez que comienzo, no puedo parar hasta que el último hombre esté muerto en el suelo-. Dijo Kirishima mirando hacia fuera. El brillo rojo del sol emitía una misteriosa sensación por toda la habitación. -Más como una máquina de matar-.
Con la superficialidad de un niño, Sei parecía preocupado.
-¡Pero eso es lo que lo hace genial! ¿Por qué pararía si debe acaba con ellos...?-.
Suspirando, Kirishima se giró un poco para mirar al novato que se había invitado a sí mismo y empezó a aferrarse al grupo.
-He estado buscando a alguien que pueda detenerme-.
-¿...?-.
Kirishima empezó a caminar hacia Sei y lo miró con una sonrisa de anhelo.
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Enfermo Mental - Sekaiichi Hatsukoi & Junjou Romantica #SA2017
FanfictionTakano Masamune es un médico psiquiatra que se ha aburrido prácticamente de todo. Cuando se transfiere a su nuevo puesto en un instituto mental, conoce a un particular "médico" llamado Onodera Ritsu. Takano nunca habría pensado que al conocer a Rits...