Unos dedos delgados levantaron los párpados de Ritsu, una mini linterna apuntando a las pupilas inmóviles. Otro par de manos sintiendo el pulso en la muñeca de Ritsu. Entonces, el sonido irritante de la pluma contra el papel vibró en los oídos de Takano.
Era el chequeo regular de Ritsu, Takano había estado de pie con la espalda contra la pared, sus ojos escudriñaban lo que los médicos estaban haciendo. Si Yokozawa no hubiera insistido en que otros médicos debían cuidar a Ritsu, él sería el que haría todas las pruebas.
—¡Mírate a ti mismo! ¡No estás en condiciones para cuidar de él!—. Exclamó Yokozawa. —Por lo que veo, estarás tumbado muerto en algún momento. No te esfuerces demasiado. Si te enfermas y Onodera despierta, ¿quién lo cuidaría y le daría apoyo? Cálmate. Los médicos de EHO son todos competentes—.
Takano cruzó los brazos contra su pecho cuando la doctora llamada Samara se paró frente a él, revisando sus registros. Empezó a hablar, pero Takano no escuchaba.
¿Cuántas veces tenían que repetirle que los signos vitales de Ritsu se debilitaban? ¿Que había una posibilidad enorme de que si Ritsu se despierta, él no podría ver nada? Habían descubierto que algunos de los principales nervios ópticos cedían debido a la presión en el cerebro.
No tenían que darle una bofetada en la cara a Takano para que entendiera que el caso de Ritsu estaba cayendo. Lo sabía por sí mismo.
—Gracias—. Takano respondió cuando notó que la doctora ya había dejado de hablar.
La mujer solo sonrió amargamente sabiendo que el hombre no había prestado atención a una sola palabra que ella dijo. Ella se limitó a hacer una reverencia y llamó a su ayudante fuera de la habitación. El aura de Takano sólo decía "déjanos en paz".
Una vez que Takano y Ritsu estuvieron solos, Takano se sentó en la cama de Ritsu lentamente y tomó un libro sobre la mesa al lado de la cama.
—Mira Ritsu, un autor favorito mío lanzó un nuevo libro. ¿Quieres que lo leamos juntos?—. Los ojos avellana observaban la lenta respiración del joven ante él. Takano sonrió, tragó saliva y empezó a hojear el grueso libro.
Era temprano por la mañana y la delgada cortina blanca revoloteaba suavemente con la brisa fría. La luz del sol entraba por la ventana abierta, haciendo la habitación un poco más cálida. Posteriormente Takano tendría que cerrar la pequeña ventana para evitar que el frío se filtrara dentro de la habitación, después de todo, el invierno ya estaba a la vuelta de la esquina.
Takano cerró el libro por un momento, luchando contra el líquido caliente en sus ojos. ¿Por qué el libro decía esas cosas? Robando una mirada a Ritsu, Takano finalmente abrió la página que dejó y siguió leyendo.
—Casi nunca he llorado...—. Takano comenzó a leer una vez más con una voz más lenta, como si se hubiera olvidado de Ritsu y ahora estuviera leyendo el libro por sí mismo. —Probablemente por eso estoy llorando ahora, por todas las cosas de las que nunca había llorado antes; perder lo que importa, perder el amor... Mierda—. Takano murmuró en voz baja. No quería leer algo así en una situación como en la que estaba. Quería parar pero no podía.
—Lloré porque era una manera terrible de terminar una relación. Lloré porque tenía miedo de que fuera demasiado tarde para encontrar el amor. Lloré porque estaba perdiendo a mi Lay Me Down*...—. Takano pasó una mano sobre su húmeda cara y miró a Ritsu. Lay Me Down parecía estar representando a Ritsu... Un caballo que tranquilamente esperaba a que llegara su fin, y su dueña se sentía parte de su muerte, para después ver a su amado caballo caer a la muerte.
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Enfermo Mental - Sekaiichi Hatsukoi & Junjou Romantica #SA2017
FanficTakano Masamune es un médico psiquiatra que se ha aburrido prácticamente de todo. Cuando se transfiere a su nuevo puesto en un instituto mental, conoce a un particular "médico" llamado Onodera Ritsu. Takano nunca habría pensado que al conocer a Rits...