XXIII. Callejón Sin Salida

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Ritsu sentía que estaba en las nubes. Estaba seguro de que recordaba algo. Finalmente.

"Estábamos en una playa... Yo estaba señalando algo... un paraguas... Shin estaba a mi lado... y... había un abuelo"

Ritsu apretó el pomo de la puerta con más fuerza. Sus cejas se arrugaron y su corazón tamborileaba dentro de su pecho.

"El abuelo... el abuelo dijo..."-. Golpeó ligeramente su dolorida cabeza en la delicadamente tallada puerta. Cerró los ojos, obligándose a volver a la escena de la playa de hace tres años.

-Argh-. Gruñó mientras golpeaba su puño cerrado en la puerta.

-Dios mío... el recuerdo... no continua...-. Susurró al aire.

Ritsu golpeó ligeramente sus mejillas para aligerar sus oscuros pensamientos.

-Si me acordé de algo, seguramente seguirán viniendo más cosas. Sí-. Se animó a sí mismo. Aunque profundamente dentro de él, tenía miedo de saber la continuación.

¿Y si el recuerdo no era más que un recreo en la playa y una charla con un viejo al lado?. Lo estaba molestando, pero eligió mantenerse positivo.

Ritsu tiró de las mangas de la enorme camisa que se deslizaba sobre su pálido hombro. Con una respiración profunda, sonrió y agarró el pomo de la puerta con una nueva esperanza en su pecho.

"Misaki-kun debe estar esperándome ahora..."-. Ritsu pensó mientras empujaba lentamente la pesada puerta.

Justo después de cerrar la puerta, sin siquiera tener la oportunidad de escanear la habitación, Ritsu de repente sintió que el suelo dejó sus pies y en un instante, yacía tirado con un cortador de papel presionando en su garganta. El movimiento repentino le causo náuseas después de que la base de su cabeza dolorida golpeara el piso.

Luchó contra el impulso de querer defenderse y abrió los ojos, sólo para encontrarse con el par de ojos de Misaki.

-¿¡Mi-Misaki-kun!? ¿Qué est-?-. Ritsu fue interrumpido cuando sintió el cortador presionado más fuerte en su cuello. Sentía que el filoso artefacto pronto cortaría en su piel blanda.

El joven se sentó sobre Ritsu poniendo todo su peso en el pecho de él, haciendo que Ritsu luchara por querer respirar. Con una mano en el cuello de Ritsu y la otra presionando el cortador, Misaki se mordió el labio inferior con los ojos enrojecidos.

Ritsu no se atrevía a moverse. Sabía que estaba en desventaja. Así que en lugar de luchar, intentó calmar su cuerpo y liberar la tensión que tenía en cada nervio. Respirando lentamente, tocó la mano de Misaki que estaba apretando la cuchilla con tanta fuerza.

-¿Por qué estás haciendo esto?-. Preguntó Ritsu en un susurro.

-¡¿Por qué?! ¡¿Por qué estoy haciendo esto?!-. Misaki siseó, sus dedos cavaban en la carne de Ritsu. -¡¿Te... te resulta divertido que Usagi-san me haya tirado como una basura mientras te esta mimando?!-.

-...-.

-¿Incluso me has pedido? ¿Sabes lo que me dijo Usagi-san?-. Misaki, quien ya estaba llorando, miró por la ventana un momento antes de cerrar los ojos. -Me dijo que debería estar agradecido, porque si no fuera por ti, si no fuera por ti... ¡me hubiera echado en algún lugar porque soy inútil! ¡A diferencia de ti que eres tan especial!-.

Ritsu se preguntó de dónde sacaría tanta fuerza ese chico. La delicada figura parecía tan frágil que un fuerte viento podría incluso derribarlo. Ritsu hizo una mueca y tosió cuando su garganta comenzó a contraerse.

Enfermo Mental - Sekaiichi Hatsukoi & Junjou Romantica #SA2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora