XXX. Valor y Comodidad

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No podía pensar en otra cosa. Era puro dolor palpitante y desbordante. No sabía dónde colocar ese sentimiento. Era demasiado que me dejó en blanco.

En ese momento, me di cuenta de cómo se sentía el ser apuñalado en el corazón sin poder sangrar. Cómo morir mientras aún estás vivo.

Era sofocante; Se estaba apretando dentro de mi pecho. Quise gritar, pero cuando abrí la boca, no escuché mi voz sino un alarido.

Oí que algunos decían "pobre chico"... "pobre Onodera-san"... Pero, ¿quién era el verdadero patético aquí?... ¿El que se fue? O... ¿el que se quedó atrás?

Yo digo lo último.

Abracé el cuerpo flácido de Ritsu tan apretado que podía sentir sus huesos.

"Tócame, abre los ojos... Ábrelos..."—. Le supliqué en mi cabeza mientras levantaba la mano fría de Ritsu contra mis húmedas mejillas.

¿Cómo en el mundo sucedió esto?

"Te lo ruego..."

Todo el mundo estaba llorando en esa habitación que lo odiaba. Odiaba tanto que ya estuvieran de luto. Hacían que mi miedo fuera tan real.

"¡Por qué lloras! ¡No hay nada por que llorar!"—. Grité en mi cabeza. A pesar de que mis propias lágrimas empaparan el cuello de Ritsu.

Empecé a lamentar el haberle dicho que podía descansar... ¿por qué debería descansar cuando todo lo que hizo todo el tiempo fue estar allí sentado?... me hizo esperar, hacerme esperar y luego haberme herido así.

Eres tan injusto...—. Sollozaba, o gruñía. Ya no lo sabía.

En las esquinas de mis ojos, veía a todos llorar. ¿Era realmente por Ritsu? ¿O por mí? ¿O por nosotros dos?

Qué tan cruel podía ser, que el destino ni siquiera nos permitió a mí y a Ritsu comenzar algo que ambos deseábamos. Ni siquiera había comenzado y, sin embargo, ya terminó. Gracioso. Muy divertido. El tipo de diversión que te hace llorar.

Yo estaba llorando lágrimas que valían más que mi vida. Y sé que fue ridículo.

Takano, déjalo ir ahora. Déjalo...—. Oí a Yokozawa detenerse a medio camino.

Podía sentir la sangre corriendo a mi cabeza, lo miré fijamente.

—¡¿Dejarlo?! ¿Dejar que lleven a Ritsu a una morgue? ¿Preparar el funeral? De ninguna manera, de ninguna manera...—.

Abracé a Ritsu aún más fuerte. Lo abracé y me envolví sobre él, no quería que nadie tocara a Ritsu. O tocarme. Después de todo, sabía que ya estaba muerto.

Cuando vi la maldita línea verde, supe que una gran parte de mí también había muerto.

Me di cuenta de que el porqué Ritsu tenía ese estado D y H era un mecanismo de defensa para detener demasiado dolor. Y yo estaba empezando a desarrollar el mío. O eso pensé.

Sabía que me había vuelto loco.

Sabía que me había vuelto loco cuando empecé a forzarme a creer que la mano que estaba sosteniendo acariciaba ligeramente mi mejilla.
Me había vuelto loco cuando comencé a imaginar que el cuello donde estaba enterrando mi rostro volvería a ganar su pulso.

Daba miedo.

Yo estaba tan absorto en mi autocompasión, odio y tristeza que no pude notar un sonido lejano en la habitación. Tan diferente de los sollozos que me rodeaban. Algo tan desconcertante.

Enfermo Mental - Sekaiichi Hatsukoi & Junjou Romantica #SA2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora