—Ritsu... Ritsu...—. Takano susurraba mientras golpeaba ligeramente las mejillas de la persona que dormía.
"Si se despierta ahora... él va a estar en el estado H... Así que hay muchas cosas a considerar"
Ritsu giró sobre su espalda parpadeando adormilado, en busca de la voz que estaba llamándolo. Se incorporó lentamente mientras se tallaba los ojos.
—Shin... ¿Qué pasa?—. Dijo el castaño mirando el techo adormilado.
Takano movió su lengua con impaciencia y rápidamente puso el sombrero y la bufanda alrededor del cuello de Onodera.
—¿Q-que está pasando... Shin?—. Ritsu se levantó de golpe, sobresaltado.
—Shin, Shin, Shin... Cierra un momento la boca y ponte esto—. Takano ordenó lanzando una chaqueta gruesa y un par de zapatos en el regazo de Onodera.
—Escucha, cuando vuelva quiero que ya estés listo, ¿De acuerdo?—.
Takano corrió hacia donde había medicina y píldoras de Onodera. Literalmente, rellenó la bolsa que anteriormente contenía su ropa de repuesto. Todo lo que era importante ahora eran las cosas de Onodera.
Sin decir nada, Takano agarró la mano de Ritsu y tiró de él hacia la parte trasera del oscuro instituto.
Después de todo, el estado H de Onodera resulto muy útil ya que el joven lo veía como Haitani Shin. Él debía ser tranquilo y obediente.
Los dos saltaron sobre la valla del instituto y desaparecieron en la oscuridad de la madrugada.
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El zumbido constante de las máquinas y monitores llenaba toda la sala. Los hombres daban vueltas perezosamente en sus sillas giratorias, sorbían de su café o charlaban un poco para matar el aburrimiento.
—¡Jefe! ¡Jefe!—. Un joven de alrededor de los veintidós años gritó mientras corría hacia el hombre tendido en la mesa con un libro que cubría su rostro.
El hombre se quitó el libro del rostro y con una mirada de fastidio movió la cabeza hacia su miembro novato quien ya ladraba tan temprano en la mañana.
—¿Qué quieres? ¡Eres muy ruidoso Sei!—.
—¡J-jefe!—. Sei sonó a falta de aire. —¡Tenemos una orden del cuartel general en Hokkaido! ¡El señor Usami Akihiko envía un trabajo para nosotros!—. Anunció el joven extendiéndole una tableta al hombre.
Al oír el nombre, fue como si todos los hombres en la habitación que no podían realizar lo que estaban haciendo recuperaran sus fuerzas milagrosamente. Sus ojos se centraron en Sei quien entregaba el aparato que contenía la orden de trabajo. El silencio en la habitación era intenso, a la espera de órdenes de su jefe.
Una sonrisa juguetona se formó en la esquina de los labios delgados y perfectamente formados del jefe.
—Escuadrón B... ¡Levanten esos culos de esas sillas! Tenemos que hacer un poco de limpieza—.
Y con eso todos los hombres vestidos de negro de pies a cabeza, gritaron como animales sedientos de sangre. El escuadrón B estaba formado prácticamente por monstruos. Unos bastardos, desalmados, psicópatas, asesinos despiadados capaces de matar a sangre fría sin importarles cuan inocentes sean las almas que se crucen en su camino. Eran parte del grupo militar privado de Usami.
Ahora se dirigirían a la prefectura de Nishijima para hacer un poco de 'limpieza' y que para ellos no era más que un pedazo de pastel que comerían muy pronto.
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Enfermo Mental - Sekaiichi Hatsukoi & Junjou Romantica #SA2017
Fiksi PenggemarTakano Masamune es un médico psiquiatra que se ha aburrido prácticamente de todo. Cuando se transfiere a su nuevo puesto en un instituto mental, conoce a un particular "médico" llamado Onodera Ritsu. Takano nunca habría pensado que al conocer a Rits...