cuarto capitulo.

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Tan sólo era yo caminando casi en zancadas hacia el baño. El camino se hacía más y más largo. La gente no solía reparar en mi presencia, pero en aquel momento sentía como si todos los ojos estuvieran clavados en mí, incluso los de Harry. Escuchaba y hasta podía imaginarme a las personas viéndome pasar y murmurando cosas no muy agradables sobre mí que surgían mientras que yo me dirigía hacia el baño, las risas y los susurros eran cada vez más fuertes en mi cabeza; pero ¿Qué más da? Si siempre la que salía lastimada fui yo, la que lloraba por las noches , la que imitaba una sonrisa era yo, la que decía que todo estaba bien mientras sabía perfectamente que montones de lágrimas podían caer en ese instante, la que había huido siempre de los problemas, siempre fui yo. 
Mi otro refugio además del amistoso y nostálgico árbol, era el baño, donde podía llorar sin ser descubierta dentro de la institución en la que la única que debía terminar hecha pedazos fui yo. Me encerré en uno de los vestidores, y me dejé caer sobre el frio piso. Una húmeda y espesa lágrima recorrió mi rostro, haciendo que mi vista se tornara nublada, y todo a mi alrededor se tornara gris. Aunque ya lo era de por sí, ya nada podía salir peor, ya estaba en el medio de la tormenta, en el medio del mar naufragando sin una luz de esperanza, sin una señal de vida, sin ninguna bandera blanca flameante que me declarara que ya había sido mucho por hoy, la vida no me firmaba la paz.
Bastó una punzada en medio de mi corazón para que pudiera sentir como todo se derrumbaba ante mí, todos esos momentos que había con ella, ya no significaban nada, solo eran momentos que se volverían recuerdos y que con el paso del tiempo serían olvidados –pensaba -. Recordé cuando Julie vino por primera vez a Canterbury, me intentó enseñar a tocar un raro instrumento con cuerdas muy tensas (que se me familiarizaba con algo en aquel momento pero dado que no me encontraba muy bien sentimentalmente no hice ningún esfuerzo para recordarlo) que cuando trató de enseñarme a manejarla, le dije que en realidad me gustaba escucharla a ella dejándose llevar por las vías de música que creaba él instrumento, porque sabía que yo nunca podría dominarlo. Pero recordar ya no me servía de nada, porque al fin y al cabo ahora sí que me estaba sola, más solitaria que nunca, y aunque estaba rodeada de personas, es como pedir ayuda a gritos pero nadie pudo oírme; como si buscara a alguien que me librara de mis penas, pero todos se preocupan demasiado por qué tipo de peinado usas. Las lágrimas cayeron por mi rostro, y podía sentir su gusto salado y tristón cuando alguna que otra lágrima se desviaba del camino y se volvía hacia mi boca. Pude ahogarme en un mar de tristeza. Donde las olas no cesaban y cada vez eran más altas y fuertes. Aún así, sabía que no todo puede ser tan terrible; que el sol iba a salir, que las olas perderían fuerza, sabía cómo habría sido la escena de Julie tragándose las lágrimas para no demostrarle a Brittany lo mucho que le dolía esta separación. Sabía lo mucho que Brittany deseaba ese momento en el que me tendría a sus pies, quebrada. Pero no fue así, yo huí, porque sabía que por más sola que esté jamás cometería el mismo error dos veces, no volvería con el grupito de las inútiles sin pensamientos propios que hacen lo que a Brittany se le antoje , y mucho menos, le daría el placer de demostrarle lo débil que era a aquella morocha desquiciada.
Pensé en lo duro que sería para ella, Julie, mucho peor que lo que yo tendría que afrontar. Tendría que intentar formar una nueva vida, una nueva casa, una nueva escuela y nuevos amigos. Sería muy difícil encontrarle la vuelta a esa situación, sabiendo que ella era igual de tímida que yo. Pero seguí siendo fuerte por Julie, seguí resistiendo, seguí desafiando a las altas olas que me rompían de frente, sabiendo que todo esto me haría más fuerte, seguí resistiendo por nuestra amistad. Dejé caer mi última lágrima, en la que el pasado salió de mí, y lo que quedaba de mi alma comenzó a creer, y entre dientes me prometí no dejar que Brittany me tire abajo una vez más. 
Limpié mi rostro con abundante agua fresca que me hizo sentir como nueva y sonreí, porque una extraña intuición que recorrió mi cabeza me advertía que lo que estaba haciendo era lo correcto. Examiné mi cara para no dejar evidencias visibles de mi profundo desempeño en cuanto al llanto, y paso a paso, con los labios uno con otro y el ceño fruncido, retorné hacia el salón.

She will be loved (Harry Styles y tu) terminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora