Trigésimo sexto y último capítulo.

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Ingresamos por la amplia entrada en la cual caían delicadamente gigantes telas de color blanco. Miramos a nuestro alrededor para contemplar el ambiente tan festivo y melancólico que nos rodeaba. La gente reía, hablaba, mientras yo sentía un vacío que me inundaba el alma. Aún así, me exigí fingir que realmente lo disfrutaba para que Harry también lo haga. Fingiendo, sonriendo, aparentando que todo estaba bien, como solía hacerlo años atrás.
Cruzamos el salón, mi mano estaba atada a la de Harry, se suponía que era una tradición, así que ambos nos vimos obligados a hacerlo. Nos ubicamos en nuestra mesa correspondida y aguardamos en silencio a que los demás encuentren sus lugares y empiece el show. Claramente Harry no era el mismo de antes, si lo fuera, en aquél momento hubiéramos estado riendo a carcajadas por algún chiste tonto que él hubiera inventado para ablandar el ambiente, pero no era así, el no volvía y yo no reía. Sus ojos no me buscaban y yo no los encontraba. Su sentido del humor no era el mismo y autoestima tampoco. Todo había cambiado en un par de segundos. Era triste querer abrazar a Harry y decirle lo mucho que lo quería y lo extrañaba, y tener que recordarme que él no estaba allí. El antiguo Harry no estaba muerto, pero tampoco vivo. Sólo desapareció, se lo había llevado el viento que solía recorrer nuestros rostros cuando reíamos a carcajadas, o tal vez fue el sol que podría haber estado celoso de los ojos de Harry que eran más brillantes que cualquier bola de fuego resplandeciente y se lo llevó. Sin piedad. Sin saber las consecuencias que eso dejaría en mí. Sin conciencia absoluta de que allí había una chica pidiendo auxilio a gritos, pidiendo que le devuelvan lo que anteriormente era suyo, pero nuevamente todos estaban ocupados en cosas más importantes, nuevamente estaba sola. Quién sabe si volvería a ver esos ojos verdes infinitos que me mostraban el fondo del mar, en el medio del campo; me mostraban el panorama del cielo, sin tener que mirar hacia arriba; me mostraban tantas cosas, que nunca antes había percibido. Y otra vez estaba sola. Perdida en una desierta multitud de personas, solitaria. 
Escuchar mi nombre que se expandía por todo el salón me devolvió a lo que sí era la realidad. 
-¡_____! –me sacudió Harry suavemente tomándome de los hombros. 
Me levanté despistadamente de mi silla, tomé el diploma y luego de dedicarle una de mis mejores sonrisas falsas a la cámara, cabizbaja volví a mi respectivo lugar. La luz que me había apuntado derecho a mi rostro me había dejado atolondrada, por lo cual decidí tomar algo de agua para recuperarme. 
-¿Vienes? –me preguntó Harry al ver que las demás parejas se ubicaban en medio de la pista preparadas para bailar el gran vals. Lo tomé de las manos y las sentí frías, no estaba ese calor que hacía que yo reconozca esa mano entre miles. Me miró a los ojos y lo imité, luego de recibir otra decepción más al saber que sus ojos no eran los mismos, nos encaminamos al centro del lugar. 
Nos tomamos de la mano, el me pasó un brazo por la cintura, y me obligué a mirarlo a los ojos hasta que la música empiece. La primera nota resonó notablemente y algo nuevo renació.
Algo nuevo renació en sus ojos. Un hilito verde se esparcía rodeando el circulito negro que se dilataba, se hacía cada vez más espeso, era verde, pero no era el mismo verde que me había atormentado durante aquellas últimas semanas, era el que yo tanto esperaba. Volvía. Estaba volviendo. Los distintos hilitos se propagaban por sus pupilas haciéndolas únicas, irrepetibles. El ciclo terminó y los ojos de Harry se dilataron tanto que pensé que tendría que llamar un doctor, pero no fue así porque pestañó suavemente. Abrió los ojos y su boca se abrió de par en par. 
-¿Qué tanto me miras, Emma?
Sonreí, porque supe que era él, había vuelto. Había escapado de su encierro. Sólo él sabía mi segundo nombre. Mi ser se desbordó de alivio y satisfacción. Mientras el rió y me abrazó. Me abrazó como solía hacerlo en aquellos momentos en los que más lo necesitaba. Me apretujó contra su cuerpo mientras yo soltaba risitas nerviosas, y sin perder la oportunidad también lo abracé, mis brazos rodearon su espalda y suspiré. Nos separamos.
-¡Te extrañé tanto Harry! –Lo besé en la mejilla.
-Sabes… hay cosas que no entiendo. No entiendo cómo llegué acá, no entiendo que pasó conmigo, no entiendo porqué ambos tenemos moretones por todos el cuerpo, no comprendo muchas cosas, pero estoy feliz de tenerte junto a mí, _____. Estoy feliz de que podamos estar aquí.
Luego de explicarle lo sucedido a Harry en breves palabras, ya que seguíamos en el medio de la pista, el chico reflexionó:
-Estoy feliz de tenerte junto a mí, y lamento mucho que me hayas perdido por un tiempo. Por eso no quiero que se vuelva a repetir ese dolor, y para hacerlo tenemos que aclarar algo, y después de eso siempre estaremos juntos… -hizo una significativa pausa. -_____ ¿Querrías ser mi novia?
-Sí. –respondí a secas, y sin dudar, tomé su cara con mis dos manos, y le regalé un beso. Harry pasó sus manos por mi cintura mientras seguíamos besándonos. Nos besamos como si no hubiera otro beso más. Nos besamos aprovechando la situación. Nos besamos como si eso recuperara el tiempo perdido. Nos besamos, y aquél beso selló todo lo que no había quedado claro, todo lo que dudábamos, se acabó en ese beso. Desde aquél instante supimos que sin importar la distancia, los problemas, las personas, el tiempo, y todo lo que se interponga en nuestra relación, seguiríamos juntos. Siempre estaríamos a la par del otro, de la mano del otro. Ese momento, fue un final y un nuevo comienzo. 
-Te amo. –dijimos los dos al mismo tiempo, como si el destino lo hubiera planeado, como si la vida estuviera esperando a ese momento, como si nosotros estuviéramos actuando. << Entendí que todo tiene su recompensa. Luego tanta soledad, había llegado Harry. Luego de tanta convivencia, perdí a Harry. Y luego de tanto sufrimiento, recuperé a Harry. Porque comprendí que en esta vida hay que luchar. Las cosas van y vienen. La vida es como un tren que pasa cada tanto, es como las olas que vienen y van, hay muchas oportunidades, y algunos soñadoras como yo, disfrutamos ver el tren pasar y aprender de eso. Aprender más de los errores, aprender más de lo correcto, aprender más de la vida. Aprender, junto a Harry Styles, el chico con el cual recordaría momentos, disfrutaría el presente, y sorprendería al futuro. >> 
-Harry Styles, el chico de ciudad. -Dije para mis adentros, mientras separaba mi rostro del de Harry y él me alzaba por los aires.
Ambos riendo, disfrutando, viviendo. 

She will be loved (Harry Styles y tu) terminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora