Décimo capítulo.

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Su nariz estaba a escasos centímetros de la mía, los cuales ninguno de los dos se atrevió a quebrantar, esos centímetros que eran como una especie de límite entre los dos, una línea imaginaria que nos separaba a ambos, una línea a la cual le sacamos el filo, una línea que impedía lo inevitable.
Su aliento chocaba contra mi boca que se mantenía sellada, era como una especie de droga que me hacía volar por los aires y devolverme a la realidad entre sus ‘inhala, exhala’. Mi boca no tenía nada que decir, en mi cabeza era donde se desataba un caos. Mis pensamientos surgían y se volvían cada segundo más ilógicos, más ridículos, más absurdos, más disparatados, más extravagantes y más irracionales.
De repente estaba en una mazmorra oscura, escalofriante, sombría, tenebrosa y triste sin escapatoria visible. Hasta que una luz cegadora, deslumbrante y encantadora encandiló mi cara: sus ojos. Los míos y los suyos se encontraron y se unieron con un lazo. Un lazo que desencadenaría un vínculo eterno, irrompible, inquebrantable, o por lo menos eso me prometieron sus ojos; que se encontraban atentos a cualquier movimiento de los míos me miraban, con cautela, con precaución, casi con amor.
Cerré mis ojos, esperando algo, a la espera de lo que sea, lo que él quiera, lo que el destino quiera, pero no duró más que un pestañeo, sus ojos fijos en los míos me poseían, cuando los cerré aún tenía su imagen grabada en mi mente, despegué mis parpados rápidamente con el temor de que todo haya sido un sueño, pero para mí consuelo, allí estaban, expectantes. Buen intento.
Recordé que ese mismo día lo había conocido, recordé lo absurdo que era todo, recordé que esto debía ser costumbre para él, recordé que yo era la chica tímida, recordé que no era suficiente para nadie, recordé que él era un chico de ciudad, recordé que él era apuesto y simpático, recordé que él era todo lo opuesto a mí, recordé todo lo que no quería recordar, recordé la cruel realidad que me pisaba los talones día a día. Di un paso hacia atrás, aún mirándolo a los ojos porque aunque quisiera, no podía despegarme de ellos. Desesperada busqué una excusa para escapar de mis problemas como siempre, evitarlos. El valor no era suficiente para continuar esa situación.
- Creo que tienes que irte. – Dije entre dientes, cabizbaja, y señalándole a su padre que se asomaba a la puerta. 
El asintió, como todo caballero me dejó encarar el camino hacia la salida primera, y allí se encontraban mi madre y el padre de Harry aguardando nuestra tardía llegada. A la hora de despedirse luego de un saludo con Des, era su turno. No quería hacerlo, no quería dejarlo ir. Lo quería conmigo, sólo unos momentos más. Porque él era el único con el que me divertía, en realidad, el era el único, ya que Julie ya no estaba conmigo, Harry era lo último que me quedaba. Aceptando de nuevo la difícil despedida y teniendo en mente que hoy probablemente no pueda conciliar el sueño rápidamente dado que suelo pasarme horas reflexionando en lo que me sucede día a día, me acerqué a Harry, el a mí, un brazo me tomó débilmente de la cintura, e inmediato mis labios hicieron contacto con su piel. Esta era suave, y confortable que podía permanecer horas en esa posición. Deposité un ligero beso en su mejilla y sin más que hacer en ese territorio prohibido, como todo cartero que deja carta, me fui, dándole las gracias al destino por cruzarme con este chico de ciudad. 
Comencé a sacarme la ropa, cuando empecé a notar algo en el bolsillo de mi campera. Introduje mi mano en esta y me llevé una sorpresa, allí había un papel. Al abrirlo torpemente a causa del nerviosismo dado que sabía quién era el emisor de este mensaje, solté una leve risa por lo bajo, sin que nadie se diera cuenta. Me zambullí en mi cama, prendí el velador, y después de ver el papel nuevamente, me sumergí en mis sueños. Una imagen daba vueltas en mi cabeza y no me dejaba en paz. 'Por cierto, tienes una linda sonrisa’ rezaba el arrugado papel que reposaba en la superficie de mi lúgubre cómoda.

She will be loved (Harry Styles y tu) terminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora