She will be loved (Harry Styles y tu) terminada

Quinto capítulo.

Cuando caminaba, me dirigía con aire desafiante a cualquiera que se atreviera a mirarme, cuando me sentía más confiada de mi misma, cuando sentía que tal vez por fin las cosas me empezarían a salir bien, cuando sentía que las cosas podían mejorar, en ese momento, recordé que había una baldosa salida del piso, miré hacia abajo con la esperanza de que no esté allí, pero era muy tarde. Mi pie se había encontrado con aquella maldita baldosa, y yo estaba a punto de caer al suelo. Mientras caía, no entendía muchas cosas, ¿Por qué la vida se empeñaba en humillarme y en corroborar que sea una persona completamente solitaria? Si no me necesita en este mundo, ¿Por qué no me mata de un instante y listo? ¿Por qué era tan cruel conmigo? ¿Acaso no sería más fácil que me arrollara un tren? ¿Por qué una vez que me siento segura de mi misma, la vida me pone una baldosa salida en mi camino? ¿Acaso no merecía Brittany algo como eso, después de su cruel comportamiento conmigo? ¿Viviría yo de la opinión de los demás? ¿Me fijaría yo en mis errores y no en los buenos hechos? ¿Sería mi error? Sentí como mi débil cuerpo se desparramaba sobre aquella superficie plana durante mi estrepitosa caída.

Las risas no cesaban, y en cambio, aumentaban, cada vez eran más y más fuertes. Retumbaban en mi cabeza que estaba a punto de colapsar. Tantos momentos como esos habían sucedido en mi vida, en los que yo lloraba, y la maestra hacía una no muy buena actuación de cómo consolar a alguien, y al día siguiente mis compañeros se burlaban de mí. Pero hoy iba a ser diferente, hoy, iba a cambiar, hoy no podía permitirme derrumbarme otra vez. 

No pensaba derramar una sola lágrima más, no le pensaba demostrar a los demás lo avergonzada que me sentía, no iba a dejar que me vean caer. Cuando alcé la cabeza, me encontré con más de media escuela alrededor mío, ahogando sus risas en cuanto yo los miré. Solo había una persona que no se reía. Que no mostraba gracia alguna sobre aquel episodio. Y por primera vez esa persona no era yo. Vi como una mano se desplegaba delante de mi cara, una mano muy grande en verdad, y ahí lo tenía a él. Decidido a ayudarme. Decidido a no dejar que volviera a caer. Decidido a ayudarme si lo hacía. Decidido a esquivar las próximas baldosas salidas que se interpondrían en el camino. Decidido a hacerme sonreír cuando nadie podía hacerlo. Decidido a eso, y mucho más… Pero claro, yo no estaba enterada de lo mucho que podía llegar a significar yo para una persona, y el tampoco sabía cuánto me necesitaría. 

Levanté mi barbilla, tomé la mano de Harry, logré sostenerme con mis dos pies, y dejando atrás al pasado, los comentarios sobre mí, las risas, los llantos, la vergüenza, el pánico: sonreí, esta vez de verdad, y crucé la puerta de salida con un aire triunfante, y con los dedos de Harry entrelazados en los míos.

Escuché un reconfortante sonido de murmullos, detrás de mis espaldas. Caminamos una cuadra sin cruzar ni una palabra con Harry, hasta que me paré en seco, le tomé las dos manos, lo miré y decidí romper el hielo:

-Fue muy lindo lo que hiciste por mí allí adentro, ¿Sabes? – Traté de poner la voz más dulce posible, no estaba acostumbrada a hacerlo.

-No hay de qué, es horrible lo que hicieron sólo tropezaste, cualquiera puede caer. – Aquél comentario hizo que yo considerara que me había topado con la persona más amable y comprensible que había conocido.

-Gracias, yo doblo aquí. – Dije, mientras señalaba una dirección.

-De acuerdo, nos vemos pronto – Al terminar su oración, agachó su cabeza y depositó un tierno y suave beso en mi mejilla – Y no dudes en contar en mí si necesitas ayuda.

-No lo haré, y gracias por todo. –Le di un amigable apretón en una mano, la solté y cada uno tomó su rumbo. Qué suerte tuve d… 

-¡HEY! ESPERA- Un grito me sobresaltó y me sacó de inmediato de mis pensamientos. Giré sobre mis talones y pude divisar la figura de Harry a contraluz, como la primera vez que lo vi. El levantó su mano para llamar mi atención, y yo me quedé esperando que dijera algo. Por fin Harry elevó su voz y dijo:

-¡AÚN NO ME HAS DICHO TU NOMBRE!