Es diciembre, la nieve había cubierto todo con su fría capa blanca, provocando que el espíritu navideño inundara los hogares de la gente y compartieran el calor o una bebida caliente con quienes lo necesitasen; los Alvaren celebraban durante todo este mes con cenas y almuerzos pomposos, invitaban a familiares, amistades y conocidos, algunas veces cerraron la calle entera y todo el mundo puso la olla; este era el mes en el que toda la familia se reunía en una de las casas de los hijos de los patriarcas y celebraba con felicidad.
Aunque este año se había roto la regla tácita; mis padres, hermano y los tíos Tomas y Jenny habían decidido celebrar el mes estero por su cuenta, conmigo claro. La extensa familia Alvaren tenía una pequeña fijación contra mí, al menos lo noté desde que tengo uso de razón, les agradaba ignorarme, realmente lo hacían con un placer un tanto extraño que me causaba siempre la misma incomodidad, a veces podía ver en los ojos de papá o mamá el temor de dejarme sola cuando habíamos participado en las tradicionales reuniones en las que fácilmente podía pasar hambre o quedar misteriosamente atrapada en algún desolado y oscuro lugar, si uno de los dos se distraía.
A mis diecinueve años y tras un frustrante aplazamiento del quinto semestre en la escuela de danza gracias a una pierna rota en el verano, logré inscribirme en un estudio donde enseñaban instructores de la misma escuela.
Salía del estudio algo tarde, la etapa neoclásica era la que más sacrificio me costaba y estaba entusiasmada con la idea de personificar un personaje digno de drama y elogio. Quedarme hasta pasadas las ocho era lo mejor que podía hacer para granjearme una beca también.
Acomodándome el abrigo rosa chillón que mi abuela me había obsequiado la navidad anterior; no estoy segura si lo hizo con saña pero en verdad me gusta, soy una 'chica pinky' en el buen sentido de la palabra.
De repente recordé que debía comprar un pastel, se lo había prometido a mi hermanito Nico, solo debía cambiar mi trayecto habitual, perdería un poco de tiempo entre los escaparates del centro comercial pero sería divertido.
Josh era un pequeño de ocho años que no dejaba de encargarme cosas; a fin de retrasar las comidas para que no comiera sola. Sonreí con el pensamiento, mi hermanito era un pillo muy astuto que no dejaría de sacarnos canas verdes a todos cuando creciera.
Dejé escapar una risita mientras giraba hacia una calle poco transitada que ingresaba directamente al centro comercial, suspiré decidida al notar los escaparates repletos de pastelillos ubicados en el segundo piso; la pastelería estaba abarrotada de gente– Me las vas a pagar Nico –murmuré.
Me encontraba cruzando el umbral de ingreso cuando súbitamente el suelo se estremeció y una luz tan brillante nos cegó a todos, el cielo se cubrió de estrellas fugaces que empezaban a caer hacia nosotros junto a escombros y fuego, las explosiones en el cielo eran tan iguales como las que sucedían en tierra.
Todos pensamos que era alguna especie de guerra al ver a los militares aparecer de entre los edificios, incluso empezaron a llegar en transportes.
«¿Esos eran tanques de guerra?», pensé estupefacta, sin saber dónde esconderme; de pronto, empezó a caer gente del cielo, envueltos en llamas, solo podía pensar que era un avión o un helicóptero derribado o quizás caían de los edificios, empecé a correr hacia el centro comercial, alguna tienda podría protegerme.
—¡A ella no! –gritó alguien de repente a mis espaldas, cuando algo estalló muy cerca de mí, lanzándome por los aires; el sonido me dejó aturdida y sorda, los gritos parecían lejanos, el suelo no parecía alcanzarme y una sombra se dirigía hacia mí cubriéndome o aplastándome; empezamos a rodar sobre la nieve cuando las explosiones nos rodearon con un furioso frenesí y mente se apagó.
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Despertar | Choque de Mundos [Completo] Libro 1
FantasyElaia tiene un curioso defecto de nacimiento que la hace casi única: su sangre puede volverse azul. Como parte de ese club exclusivo, ella pensará que forma parte de una curiosa falla genética que no tendrá la menor importancia para su día a día; s...