Desperté muy tarde por la mañana.
Estaba junto a los rezagados que de alguna forma también dormían. «No vuelvo a quedarme despierta tan tarde», reflexioné para mis adentros.
— Elaia, ya era hora de que despertaras. —Zachary parecía divertido al ver mi cara avergonzada, el resto de pichones se había largado.
— Lo siento, es que estuve muy entretenida con los relatos de Kaled. —Él se sonrió y me empujó al pequeño comedor, tampoco vi a Kaled por ningún lado.
— Come, que no sé cuánta comida nos quede. —Lo miré con curiosidad—. Algunas conservas vencieron; creo que no hay forma de salvarlas. —Eso llamó mi atención, se suponía que el encargado era Rojo, quizás no entienda muy bien el concepto de fecha de vencimiento aunque se lo expliqué con mucho detalle.
Cuando probé los frejoles que me había servido, el potente sabor agrio me dio la bienvenida; no duraron ni un segundo más en mi boca, lo escupí de vuelta—. ¿Puedo ver las conservas?
Me sorprendía que hubieran comido esto y no enfermaran.
— ¿Están mal? —su incredulidad me desconcertó.
— Debería enviar a cualquiera al baño por semanas...o peor. —Zachary asintió reflexionando—, supongo que por eso salieron rápido.
Meneé la cabeza con negación al revisar las conservas; algunas ya habían vencido hacía tiempo. Rojo nos había tenido a base de galletas y chatarra, aunque lo más perturbador, fue ver a Zachary tragándose con ánimo los frejoles que habían quedado en la lata.
— Oye, en serio que estos están muy buenos.
Se me revolvió el estómago.
— ¿En serio comen esto y lo encuentran sabroso?
Zachary se encogió de hombros, limpiaba la lata con mucha emoción. Era un alivio saber que me habían tenido a base de galletitas y otras chucherías durante mi estado medio zombi.
— ¿Hay más de esos frejoles? —Eann asomó la cabeza esperando encontrar algo de comer—. Ỳổn dijo que son los mejores que ha probado.
¿En serio dijo eso?
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Separé lo estropeado de lo salvable y organicé las provisiones dando prioridad a lo que iba a vencer pronto, por suerte uno de ellos tuvo la previsión de conseguirme un calendario, solo tuve que encender mi celular moribundo y ver la fecha antes de volverlo a apagar.
Debíamos ponernos al día y estaba agradecida de que navidad hubiese pasado sin que me diera cuenta.
— Con esto, significa que has traído basura en vez de comida, Ỳổn. —Kaled no se veía muy contento, había llegado con más pastelitos que no dudé en devorar, eran mi desalmuerzo.
—Es lo que había —replicó enfadado.
—Ahora no hay más que sopa y espárragos para la semana entera. —Creo que Kaled odiaba las verduras, nada sospechoso dada la contextura atlética que se manejaba.
Le ofrecí un pastelito y él me dio una palmada en la cabeza sin tomarlo. No dudé en comerme el resto con la codiciosa gula renovada.
Ion me miró ceñudo.
—Dices que no debemos coger comida que caduque este mes. —Yo asentí con la cabeza tragando— ¿Y en dónde rayos está Zachary?
Unos sonidos contundentes provenían del baño improvisado, ubicado en una cámara conexa a la pared más alejada de la cueva, estaba cerca al exterior. No era necesario indicar a qué se debían.
Creo que algunos no comprendían a qué se debían.
Estoy muy agradecida que hubiesen dedicado la construcción del baño como primera prioridad.
— Me extrañó que todos hubieran disfrutado de los frejoles estropeados —el resto me miró con horror.
— Pasamos hambre por su culpa —rezongó Eann—, Ỳổn idiota, quiso que comiera eso —dijo gruñón.
Rojo lo cogió del pescuezo y se encaminó a la entrada de la cueva.
— Que alguien se deshaga de la basura —salieron aprovechando la neblina de la tarde—. Iré por algo ahora mismo —ladró.
— Yo podría ayudarlos —mi ofrecimiento atrajo demasiadas miradas, de nuevo.
Kaled se levantó con el ceño fruncido—. Es muy arriesgado, Elaia —dijo en negación.
Razón por la cual no insistí, no quería ser una carga—. Aunque podría funcionar —fijó su penetrante mirada en mí antes de salir sin decir otra cosa.
— Creo que me perdí de algo —murmuré.
Zachary, que acababa de salir del baño, empezó a recoger las latas vencidas, se veía pálido y algo demacrado—. Sé lo que planea, es muy precipitado, incluso yo se lo sugerí y recibí un buen derechazo —dijo conteniendo un calambre en el vientre,
Ezra sonreía de lo lindo al incluir los frejoles estropeados a la bolsa.
— Padre, deberíamos conservar algunas para cuando hayan visitantes no deseados —Zachary le ladró un par de improperios antes de ajustar la bolsa en un fuerte nudo; estos sujetos eran muy violentos, noté.
Ezra y Zachary avanzaron muchísimo en la ampliación de la cueva, la noche había caído y no había rastro de los otros, por otro lado yo revisaba a Doc, el suero unido a su brazo era el único sustento que tenía debido a su delicada condición y Ujagar no tenía a donde ir, así que lo atendía cuando yo me ocupaba de ver otras cosas, este último había estado negándose a comer sopa por su cuenta, así que terminé dándole de comer.
— No entiendo cómo puedes despreciar la sopa —le robaba un par de bocados de vez en cuando—, encima es de pollo. —me zampé otro buen bocado.
El hambre había vuelto con fuerza a mi organismo.
— Soy un guerrero, debería comer carne.
Ajam, yo debería meterle la sopa por algún agujero.
Kaled llegó de repente— ¿Qué haces?
Ambos lo miramos, yo tenía la cuchara en mi boca y Ujagar sostenía el plato.
— Me da de comer —azuzó el idiota— ¿Algún problema? —No negaré que me estaba volviendo un poco agresiva también, fue irresistible darle un cocacho suave al idiota.
Kaled no dijo nada, aunque su mirada seguía clavada en nosotros, tiró un maletín a los pies de Ujagar antes de sentarse a mi lado.
— ¿Quieres sopa? —le ofrecí.
Sus fríos ojos rojos me estremecieron por dentro—. Quizás no —murmuré entregándole la cuchara a Ujagar—. Come —le instruí al otro aprovechando la oportunidad, no siempre tenías al líder del grupo de tu lado.
— No como eso. —no me extrañaba esa respuesta del líder—. Duerme un rato. —Kaled estaba actuando raro.
Y ya que había comido un poco, decidí obedecer, no vaya a ser que quisiera hablar con los otros de algo importante, empecé a levantarme.
— No saques nada, solo descansa los ojos, será una larga noche.
Tanto Ujagar como yo, lo miramos con sospecha, no era fácil estar en sintonía con Kaled.
— Kaled, la estás asustando —el reclamo de Ujagar fue en vano, ya que Kaled cogió mi hombro y me acercó a él antes de cubrirme con su ala— ¡Eh, oye!
— Solo descansa Elaia — eso me dijo que estaba tratando de ser amable, me acurruqué como una pelotita en el hueco de su costado y no sé con exactitud en qué momento me quedé dormida, encontré relajante aspirar su limpio olor a agua salada mezclada con nuez moscada.
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Desalmuerzo: desayuno + almuerzo.
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Despertar | Choque de Mundos [Completo] Libro 1
FantasyElaia tiene un curioso defecto de nacimiento que la hace casi única: su sangre puede volverse azul. Como parte de ese club exclusivo, ella pensará que forma parte de una curiosa falla genética que no tendrá la menor importancia para su día a día; s...