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Abrí los ojos en aquel extraño lugar de nuevo.

Recordaba los cuadros colgados en las paredes de cristal, los extensos corredores que solo conducían a otras habitaciones con diversos cuadros de mundos, sistemas planetarios o solo el espacio exterior.

«Elaia, no pensé verte tan pronto», esa masculina voz, como la de un susurro en mi cabeza, inundó mis sentidos.

— ¿Quién es? —pregunté sobresaltada, ya no estaba en aquella calle rodeada de hombres alados.

«¿Dónde estaban los pichones?», me pregunté.

Un sujeto encapuchado se presentó ante mí surgiendo de un destello sutil de luz, vestía una especie de túnica blanca sobre su ropa.. ¿Cosplay?

Un par de ojos plateados sobresalían de una larga capucha bordada con hilos de plata, mostraba signos extraños como los jeroglíficos en el ribete, la tela del resto del conjunto parecía algún tipo de algodón blanco, ribeteada con hilos negros brillantes y plateados, de lo extraña que parecía, se veía muy elegante, excepto que debajo de tanta belleza el color naranja chillón de un buzo deportivo lo arruinaba.

— Tú deseas saber otras cosas, Elaia —dijo con gracia.

No supe qué decirle, la sangre se me había congelado en las venas.

— Es natural que te sientas confundida, solo has vivido lo equivalente a un humano con algo de mi ayuda, o ni siquiera podrías sentir algo por aquel mestizo llamado Kaled —parecía divertido al decirlo, yo solo me sentí ruborizada.

— Señor... —empecé.

— Kyle, solo Kyle —una blanca sonrisa se asomó tras la capucha, creí notar colmillos—. Podría decirse que soy 'ese time'.

De inmediato recordé el relato de los pichones sobre cómo habían llegado, el terror reemplazó mi confusión.

— No tienes de qué preocuparte, tus pichones intentaron romper mi barrera y me despertaron dejándome con mal genio —dijo sin más, como si hubiese leído mis frenéticos pensamientos—. Tú y yo tenemos otros asuntos pendientes entre manos.

Retrocedí un paso.

— Es un favor que le prometí a tu madre biológica, es una pena que no haya podido verte crecer —lo dijo sincero.

— ¿Qué dice? —las palabras de Rojo comenzaron a tomar vida.

— Tú llegaste a los Alvaren como el huevecillo de un cuclillo tejedor —me explicó con paciencia—, Ela y Jhon habían perdido a su pequeña bebé al nacer, tu madre necesitaba esconderte y cambiar tu futuro, supongo que puedes unir las piezas.

Mi pecho dolió como si me hubieran dado un golpe muy fuerte.

— Pero yo... —la garganta se me cerró de repente, no logré articular ninguna otra palabra ante la mirada oculta de aquel sujeto.

— Ellos cerraban el pico y tendrían una hija para amar.

Empecé a negar con la cabeza por los recuerdos que poco a poco se iban mostrando en mi cabeza: mi infancia, los juegos con mamá y luego Nico, los viajes familiares, siempre solos porque no nos comprendían, el resto de la familia no lo hacía, nadie lo hacía.

— Es simple Elaia, como en toda historia, tu verdadera familia tenía demasiado poder con muchos líos territoriales y el idiota time a cargo de su bio-sistema no encontró otra solución mejor que abrir un agujero negro para solucionar su lío.

Se encogió de hombros restándole importancia.

— Claro que no previno que podía terminar como el primer visitante a islas desconocidas por un error de cálculo.

Despertar | Choque de Mundos [Completo] Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora