Ujagar

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No sé en qué pensaba Kaled.

Estaba claro que hacía algún tipo de reclamo, no lo pensé antes porque a la hora de dormir todos tienen la maldita costumbre de regar sus alas por donde mejor les plazca, incluyéndome; sé que esto solo traerá más problemas entre Ỳổn y él, aunque Zachary también parece estar en el mismo carrusel suicida.

— Kaled, no juegues con ella —le advertí—, no la pongas en la absurda competencia que llevas con Ỳổn. —La pobre se había dormido del cansancio, atender a Alec no era nada fácil, ella masajeaba su cuerpo para que no se le ulcerara o lo que sea, y mantuviera la forma, vigilar la cosa inyectada a su brazo y limpiarlo era ya un gran esfuerzo de por sí. Zachary era quien le cambiaba los pañales que ella había sugerido para mantenerlo limpio y con el orgullo no tan destrozado.

— No asumas algo que no entiendes, hay una feria que se ha establecido muy cerca de aquí. —Eso llamó mi atención, el líder había escuchado su ofrecimiento para ayudar.

— Sabes que la están buscando.

— No la buscarán en un lugar no apto para humanos. —Sonrió examinando los largos cabellos castaños de Elaia.

Despertar | Choque de Mundos [Completo] Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora