Capítulo Cinco

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Detrás del edificio, donde nadie pudiera verles, Jack y Morgan intentaron arreglar lo inevitable.

- Vale, esta es la situación - el corazón de Morgan latía a una velocidad criminal. No solo por el hecho de que la habían cagado, sino porque probablemente, mucha gente se habría dado cuenta de lo que en realidad quería su corazón - Tú quieres enamorar a Becca, pero ella se cree que nosotros estamos saliendo. 

- Si, y siento decirte que eso no ayuda en nada. 

Las neuronas de Morgan trabajaban a gran velocidad aunque en el fondo pidieran más café para poder llegar al fin de la cuestión, como conseguir que Becca se enamore de Jack sin levantar sospechas. Y llegó a una conclusión.

Jack, por otro lado , se lamentaba de haber hecho lo que había hecho, debería haberles pedido consejo a sus amigos, aunque ellos fueran los hombres más mujeriegos sobre la faz de la tierra. En vez de cagarla y quedar en un lugar público con la mejor amiga de Becca. Pero en realidad no sabía que la decisión que había tomado, la que él hasta el momento lamentaba, iba a ser una de las mejores decisiones que podría haber tomado en el curso

- A ver, te tengo que decir esto Jack; Becca está por tí. Bueno, por lo menos lo estaba hace 48 horas. Pero ahora claramente esos sentimientos se resisten.

- ¿Me estás hablando en serio?

- Bueno, fuiste tú el que quería mantener todo en secreto - y era verdad, ambos sabían que la mayor parte de la culpa pesaba bajo la conciencia de Jack, aunque no toda. - El caso, Becca es muy enamoradiza así que vamos a hacer un plan para que consigas llevarla al baile de fin de curso.

- Pero Morgan, para eso quedan meses. - Un calendario imaginario se había dibujado en la mente de Jack, compuesto básicamente por los días que no tenían colegio. - ¿Por qué no la invito al baile de Homecoming?

- Porque claramente, cuando ella vaya contigo se acordará de lo que le hicimos y se arrepentirá en el último momento y al final acabará amargada en su casa comiendo helado mientras ve Pocahontas. La conozco, es mi mejor amiga, aunque en este momento me odie.

- Vale, entonces ¿cuál es el plan?

Ambos decidieron quedar en casa de Morgan para organizar todo. Iban a organizar todos y cada uno de los detalles. Hasta, cómo iba a pedirle Jack a Becca que fuera con él al baile de fin de curso. Morgan sabía que le rompería el corazón, que le costaría superarlo pero si todo era por la felicidad de dos personas, y más si una de esas era su mejor amiga, podría sacrificar lo que fuera.

El día en el High School pasó de forma extraña; las clases no pasaron ni muy rápido ni muy lento. El momento que Jack y Morgan más temían era la hora de la comida. Por suerte les tocaba a la misma hora. Y eso salvó más a Morgan que a Jack, quien, aunque se pensaba sentar con los del equipo, como siempre; decidió sentarse con ella, para hacerla compañía.. Morgan se lo agradeció inmensamente y, mientras disfrutaban de su comida, hablaron de asuntos sin ninguna importancia para ellos en ese momento: la actualidad en el mundo, la crisis en el país, cómo los terroristas aterrorizaban al mundo...

Esa conversación derivó en otras, que poco a poco fueron tomando más importancia; como por ejemplo el trabajo final de la clase de fotografía. 

El trabajo, que aunque era para final de curso había que empezarlo con mucha antelación, aterrorizaba a los alumnos de Senior Year. De ese trabajo dependía muchas veces sus becas en las distintas universidades. Muchos alumnos aprovechaban ese tipo de becas cuando sabían que el deporte no le iba a ser de gran ayuda. El temido proyecto consistía en un tema: cualquiera, el primero que te viniera a la mente, si querías; pero ese tema se tenía que reflejar en las fotos. Tenías que presentar un proyecto en el que las fotos explicaban el título, no se podía escribir nada aparte del título, solo las ediciones que les habías aplicado a las fotos, en caso de haberlo hecho. 

- ¿Tú tienes algún tema elegido para el proyecto final? - le preguntó Morgan a su compañero de comida.

- No, ni siquiera he pensado en ello

No hablaron mucho más del tema, ya tendrían tiempo para hacerlo en la clase de fotografía, la clase a la que se dirigieron después de su paso por la cafetería. Y aquel problema iba a estar solucionado en unos pocos minutos, tan pocos que Morgan no se podía imaginar el amor y a la vez odio que el karma tenía sobre ella.

- Buenas tardes, clase - La señorita Smith cerró la puerta con cuidado, como siempre hacia para no molestar al resto de clases a lo largo del pasillo. - Hoy quiero empezar nuestra clase doble de fotografía con un noticia en relación a...- se giró, dejando contemplar a sus alumnos su negra y rizada melena mientras escribía en la pizarra - bueno, el Proyecto de Fin de Curso va a ser un poco diferente este año.

- ¿Cómo de diferente señorita?

La joven señorita Smith, ya que tenía alrededor de unos 38 años les explicó en que consistía. Ese año el ICP: Instituto Central de Fotografía de Nueva York organizaba un concurso de fotografía a nivel nacional con distintas fases. El nivel escolar: en el cual, cinco parejas de fotógrafos serían escogidas de cada instituto; nivel estatal: dos parejas serían escogidas en todos y cada uno de los estados que formaban el país; y por último: el nivel nacional: en el que solo una pareja de fotógrafos sería elegida como la mejor del país.

- El premio será anunciado una semana antes de que empiece el primer paso en el concurso pero vuestra nota final se basará en el proyecto que presentéis en este primer paso; vuestra clasificación me será indiferente pero, como quiero que participéis todos en el concurso, no os voy a hacer hacer dos proyectos diferentes. Quiero que empecéis ya, así que manos a la obra. ¡Ah! Y antes de empezar quiero que me digáis las parejas, así que voy a pasar una hoja donde podéis escribir vuestros nombres. 

En ese momento, Jack y Morgan giraron la cabeza para ver cuales eran las opciones que tenían de parejas; pero en el fondo ambos sabían quien iba a ocupar ese lugar. Y así lo confirmaron, cuando sus miradas se cruzaron y ambos las aguantaron mientras sus labios se curvaban ligeramente hacia arriba, aceptándose el uno al otro como pareja. Formando un equipo que no se iba a separar en algún tiempo, o eso esperaban ellos.

Una chica normalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora